El reto del PSOE de liderar la alternativa
Con nombres y caras. Saludarles todos los días y tratar de resolver sus problemas o, al menos, escucharles. Dar la cara, siempre, desde la noche en que perdió las últimas municipales.
La candidatura socialista, junto a Pedro Sánchez y Teresa Jiménez. Miguel Rodríguez
Cuatro años más tarde, asegura que es distinto -“para mejor”- pero el mismo. Ilusiones renovadas, un grupo curtido y pocas nuevas incorporaciones con fuerza. Con más experiencia, un conocimiento profundo de la ciudad, de sus problemas y de cómo resolverlas. Ese es el reto: convencer a la ciudadanía de que confíen el PSOE, que esta vez sí que sí, y lograr una mayoría suficiente que le permita liderar la alternativa a los doce años de José Torres Hurtado. Convencer del proyecto socialista de ciudad y también contra la marea que cuestiona el bipartidismo. Contra ello, claramente expone que PP y PSOE no son lo mismo, sino que son radicalmente opuestos. Y se pregunta quién lo puede decir con seriedad, si se analiza cómo ha gobernado el PP y cuál ha sido su oposición y alternativas.
Seguidor acérrimo del Granada CF y amante del baloncesto –posee el título de entrenador nacional- ha echado el balón al suelo: son municipales. Hablamos de ciudad que es de lo que se trata. Y no significa con ello que rehúya debates que pueden trascender al municipio, pero ese su objetivo: cambiar la ciudad, para que sea más justa, más habitable, más humana. Ya toca Granada, dice el lema de su campaña.
Paco Cuenca cree que ha llegado la hora de la alternativa socialista. Miguel Rodríguez
Es el candidato a la Alcaldía socialista un político no muy corriente en sus filas. Es tenaz, como muchos, de muchos partidos, pero ha alzado la voz no pocas veces contra la Junta, por lo que entiende el bien de la ciudad, lo que es en el PSOE, como en el PP contra el Gobierno, lo que alienta la crítica al bipartidsmo.
Conocedor profundo de las administraciones y la burocracia que conlleva y retrasa –siete años en cargos de la Junta-, solo se ve en el Ayuntamiento. Y así, rompió la dinámica desesperanzadora de los socialistas que perdieron, de abandonar por la puerta de atrás con la derrota bajo el brazo. Cumplió su compromiso de seguir en la bancada de la oposición y, pese a que trataron de maniobrar para que no optara a la reelección, su tenacidad se impuso para presentarse a unas primarias que no se celebraron porque nadie, a la hora de la verdad, quiso enfrentarse a él en una votación con afiliados. Lo intentó Luis de Haro Rossi, cuando calibró de verdad sus opciones. Ahora es el número 2 de Vamos Granada.
Estas son algunas de las líneas del proyecto que ofrecen los socialistas para compartir con la ciudadanía y que el resto de partidos que pueden sumar en la alternativa de izquierda, observa con lupa para construir una alternativa al PP:
El programa del PSOE ha sido aprobado en asambleas participativas. Miguel Rodríguez
Equidad social. Todo el proyecto municipal socialista pivota sobre la construcción de una ciudad que elimine las desigualdades entre cada uno de los barrios y los vecinos. Igualdad, sí, pero con medidas especiales para que todos los distritos puedan disponer de los mismos servicios, de las mismas oportunidades y reequilibrar en el estrato superior de beneficio a toda la ciudadanía. La idea socialista, que se podía llamar equidad social, pretende avanzar en la igualdad real, de tal forma de que con actuaciones políticas se mejore la calidad de vida de Granada. No se trata solo de deparar la misma atención a ciudadanos y barriadas, supone, además, aplicar un diferencial a aquellos más abandonados, más humildes, que más precisan equipamientos y prestaciones.
Con la misma convicción se actuaría con emprendedores, comercios y pymes. Un ejemplo que emplean los socialistas es clarificador: las ordenanzas fiscales pueden ser un instrumento de reequilibrio. El propietario de un bar no puede pagar lo mismo, en el criterio del PSOE, por ocupar una vía pública en centro de Granada, que el que la ocupa en Joaquina Eguaras. No es justo. Ni el precio de la misma caña, ni el público que los frecuentan son equiparables. No es cuestión de gravar a los del centro, es cuestión de bonificar los de la periferia, por ejemplo, detallan en el PSOE.
Al final, es la generación de empleo la que saldría beneficiada, prioridad de Cuenca, que cree que desde el Ayuntamiento se puede y se debe explotar mejor los recursos para que sea un auténtico dinamizador.
La calle. Uno de los déficits y consecuencia de la pérdida de peso de los socialistas en la capital había sido la relajación de la presencia en la calle. “Hemos perdido la calle”, se quejaban algunos tras las derrotas municipales. La dirección local aplicó y el grupo municipal activó un plan de “zapatillas”, que contraponen a las “alpargartas” de Torres Hurtado, a las que aluden con sorna: “coche oficial y zapatos lustrosos”. Se distribuyeron barrios y distritos, casi por manzanas y esquinas. El fin era conocer el estado de la ciudad, pero evaluarlos con la opinión de los vecinos y conocerlos. Este puerta a puerta les ha permitido lograr un mapa de situación de ciudad que se actualiza continuamente, y, de paso, cómo no, hacer campaña durante cuatro años. Poder decirles a los habitantes del Albaicín, por ejemplo, que al PP poco le interesa este barrio, porque con dos bloques de pisos en Camino de Ronda ya suman más votos que los que pudieran conseguir en el histórico barrio.
Trabajo de pedagogía: explicar competencias, vías de mediación. Tan orgullosos están los socialistas del resultado del plan de acercamiento a la ciudadanía que cuando presentaron la lista completa en el patio de la Casa de los Tiros, uno a uno o por parejas, fueron citando a los integrantes de la candidatura, pero, antes, una vecina o vecino del barrio al que pertenecen, con adscripción o no al PSOE, explicaban lo que habían hecho por ellos.
El candidato junto al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la Plaza del Carmen. Miguel Rodríguez
Asambleas participativas. El partido, en la capital, también se ha abierto. Que la ciudadanía no sintiera a la organización como algo lejano, burocratizada, distante. El resultado han sido hasta cuatro concurridas asambleas participativas en estos tantos años, en el que se presentaban propuestas, se analizaban y se devolvían para ser aprobadas con sus soluciones. El PSOE ha logrado viveza y rapidez de respuesta. Queda por ver si el resultado final de la apertura, pese a las reticencias históricas del aparato, es el esperado.
Solo municipales. La estrategia socialista sitúa el foco exclusivamente en el municipalismo. Los problemas de la ciudad y sus posibles soluciones y escapar de otros debates que trascienden al ámbito local, para no perder la perspectiva y desviar la imagen. En un contexto tan complicado, con las autonómicas recientes, y sin materializar nuevo Gobierno en el Parlamento andaluz, y con la vista en las generales de otoño, eludir debates nacionales, andaluces es complicado cuando su principal oponente, el PP, ha hecho de la Alhambra prácticamente su única baza electoral. Sorprende, cómo a Cuenca no le descargan desde la organización provincial de semejante debate que incomoda, cargado de populismo.
Así, que insistir en su programa: en el tráfico, el transporte urbano, la limpieza… lo que consideran que interesa a la ciudad, y despertarla para que conozcan que hay otras alternativas a la gestión de Torres Hurtado, tras doce años de mandato, conseguidos con mayorías absolutas por el apoyo de la ciudadanía.
Conocimiento. Ligado a disputar exclusivamente municipales, Cuenca y su candidatura saben que tras debates externos que se suman a la campaña hay una realidad, la de la Granada, que, insisten, es necesario transformar. Y para ello, sostienen, cuentan con la experiencia y capacidad para poder llevarlo a cabo. Años en la oposición también sirven para comprobar cómo se mueven los hilos de la administración local y cómo poder actuar con eficacia.
LAC. Un PP acostumbrado a no cometer errores o disimularlos se inventó uno: un nuevo modelo de transporte urbano, la Línea de Alta Capacidad , que ha generado el mayor rechazo social de todo el mandato. Un filón para la oposición, que el PSOE ha hecho suyo con una alternativa que pretende volver a unir a los barrios, ahora desconectados, con líneas que puedan volver a pasar por el centro. La ciudad, asegura el PSOE, se ha fragmentado aún más. Está desconectada e impide el normal desenvolvimiento ciudadano. Aunque ello afee la lucha contra la contaminación ambiental o acústica. Es cuestión de prioridades. Y gobernar es decidir.
Con Susana Díaz en la presentación de su candidatura, en febrero. miguel rodríguez
Liderar una alternativa. Tras la fractura de la otra izquierda que fue incapaz de unir fuerzas y presentarse en bloque, los socialistas consideran que, al menos, serán la fuerza mayoritaria. Pero también que es altamente probable que necesiten agrupar idearios de izquierdas. Y no será fácil. Primero, por la existencia de heridas no cicatrizadas en el ámbito regional con IU, después de que Susana Díaz decidiera unilateralmente romper el pacto y precipitar las elecciones. Segundo, por la presumible irrupción de Vamos Granada, la marca de Podemos, una incógnita por carecer de antecedentes en la formación de un posible gobierno. Y, tercero, encajar programas y actuaciones prioritarias.
No es la necesidad de diálogo y generosidad tras el 24 de mayo lo que preocupa. Es fraguar un posible gobierno de convergencia que resista el recuerdo del “tripartito” que caló en la ciudadanía. Pero son nuevo tiempos. Y hay fórmulas, llegado el caso.
Antes, el PSOE debe demostrar en las urnas que está preparado para liderar la alternativa de izquierdas en Granada. La semana pasada les brindó su apoyo Pedro Sánchez, hoy lo hará Susana Díaz.