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METEDURAS DE PATA DE POLÍTICOS EN CAMPAÑA

A los cuneros los carga el diablo

Política - Gabriel Pozo - Sábado, 30 de Abril de 2022
Una deliciosa crónica de Gabriel Pozo sobre meteduras de pata de políticos paracaidistas en Granada. Y lo que nos queda...
Macarena Olona demuestra manejo con la muleta.
TOMADA DE WASAP
Macarena Olona demuestra manejo con la muleta.
  • Herrera Oria tuvo que esconderse de la multitud de pobres que le pedían limosna; Franco llamó ¡Malagueños! a los granadinos en su visita de 1961; el diputado Kirkpatrick  (AP) pensó que estaba haciendo campaña por Córdoba; Macarena Olona (VOX) parece que emula a Isabel la Católica

Dice la RAE de cunero: 1. adj. Dicho de un toro: Que se corre o lidia en la plaza, sin saberse o designarse la ganadería a que pertenece. /2. adj. Dicho de un candidato o diputado a Cortes. Extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno.

Me interesa la segunda acepción para lo que voy a comentar. He recibido un wasap que dice textualmente: “A la cunera Macarena Olona se le está poniendo cara de vicepresidenta de Andalucía”. Y lo acompañan de una foto en la da unos capotazos de salón.

Lo de llamar cunero a un candidato colocado con calzador ya no se lleva. Ahora lo llaman paracaidista. Será porque lo han arrojado desde el cielo. Es cosa habitual de todos los partidos, sobre todo aquellos que ya tocan moqueta y las listas de Madrid no tienen cabida para tantos. Sobre todo, para tanto ministro, jefe de gabinete y alto cargo orgánico

Lo de llamar cunero a un candidato colocado con calzador ya no se lleva. Ahora lo llaman paracaidista. Será porque lo han arrojado desde el cielo. Es cosa habitual de todos los partidos, sobre todo aquellos que ya tocan moqueta y las listas de Madrid no tienen cabida para tantos. Sobre todo, para tanto ministro, jefe de gabinete y alto cargo orgánico.

Recuerdo muy pocas legislaturas de la presente etapa democrática en la que a Granada no le haya tocado algún gordo enviado desde Madrid. Y no precisamente el de Navidad. Incluso ocurrió durante la II República. Eso duele y escuece a los paseantes locales en sede, que después se quedan compuestos y sin casilla en la lista de salida.

No es que yo esté en contra de que personas ajenas de mi circunscripción vengan a desplazar a los sufridores propios. Menos en el caso de Olona, que me dicen es mujer de valía contrastada. Lo malo de tener el carné de cunero es que, una vez con el acta en la mano, si te vi no me acuerdo. Prometen hasta que se meten. Vamos, que les interesa un pimiento la provincia de Granada. Aunque ha habido casos para todos los gustos en la historia de la representación democrática desde la instauración de las demarcaciones provinciales.

Los cuneros deben limitarse a ver, oír y callar. Lo contrario puede significar una grave metedura de pata o una carcajada del respetable, que está a atento a todo. Ahora, con las redes sociales, no te pasan ni una.

Herrera Oria, cunero en la República

El primer cunero en toda regla que llegó a Granada fue Francisco Herrera Oria, hermano del famoso cardenal. Ocupaba el cargo de consejero delegado de la Editorial Católica S. A. en Madrid. En la capital editaba El Debate, periódico de prestigio fundado por el hermano religioso. Decidió meterse en política a principios de 1936, se afilió a Acción Popular y Gil Robles le buscó un huequecito en su lista por Granada. Aquí se presentó don Francisco dispuesto a conseguir los votos de las mayorías y llevarse todos los diputados. El periódico de su propiedad, Ideal, hizo un despliegue de medios, para que no le faltase de .

El cunero Herrera Oria, presentado en Ideal en enero de 1936.

Debió ser buena persona don Francisco, generoso y desprendido. Se fue a pueblos cercanos de Granada a buscar votos. Se le ocurrió llevarse monedas para repartir entre los necesitados. Quizás no imaginó que estos no eran barrios ilustrados de Madrid donde vivía, sino el culmen de la miseria. Se corrió la voz allá por donde iba y los chiquillos no dejaban de ponerle la mano y metérselas en los bolsillos. Y bien que se lo había advertido el astuto y viejo D. Natalio Rivas, que iba en su misma candidatura: “Predica, predica, pero no des trigo”. Ya ningún diputado de la candidatura de la CEDA quiso salir de mitin con el cunero madrileño. Incluso los pobres iban a buscarlo a la vivienda que buscaron en San Jerónimo, al lado del periódico Ideal. 

Don Francisco Herrera salió elegido diputado en febrero de 1936. Pero anularon las elecciones en las provincias de Granada y Cuenca; en la repetición no presentó candidatura

Don Francisco Herrera salió elegido diputado en febrero de 1936. Pero anularon las elecciones en las provincias de Granada y Cuenca; en la repetición no presentó candidatura. No tuvo más remedio que regresar a su trabajo a El Debate con los bolsillos vacíos y escarmentado.

¡¡¡¡Malagueños…”!!!!

Por causas de fuerza mayor, quedó cerrada la democracia española entre 1939 y 1975. Pero unos cuantos centenares de granadinos tuvieron la suerte de poder reírse (para sus adentros, claro) cuando el jefe del Estado, Francisco Franco, protagonizó una de sus mayores meteduras de pata. A los presentes en la plaza del Ayuntamiento les recordó a un paracaidista que no sabía dónde había caído.

Sucedió la tarde del 29 de abril de 1961. Don Francisco había decidido hacer gira por Andalucía, una vez aceptado su régimen por la mayoría de democracias y asentado en El Pardo. Ya había dejado de vestir uniforme militar y adoptó el traje de civil. Visitó Málaga, donde arengó a los malagueños desde el balcón municipal. Después fue a inaugurar el embalse de los Bermejales. Para seguidamente darse un baño de granadinos en las Angustias, por las calles montando el descapotable del alcalde Manuel Sola y en la balconada del Ayuntamiento.

En la puerta de las Angustias, saludando a la cúpula de Capitanía, acompañado del alcalde Sola y de cuatro ministros. FOTO FRANCISCO ROMERO.

Con la plaza del Carmen abarrotada, como el día de la Toma, todo indicaba que se dirigiría a los granadinos. Pero no, se dirigió a todos los presentes con su vocecilla: “Malagueños… No os extrañe con estas calurosas acogidas que Andalucía me viene haciendo…”. Y así durante tres minutos de discurso.

Todos los asistentes se dieron perfecta cuenta de aquella metedura de pata. Se miraban de reojo. Pero nadie era capaz de alzar la voz ni de decirle que ya no estaba en Málaga, sino en Granada

Todos los asistentes se dieron perfecta cuenta de aquella metedura de pata. Se miraban de reojo. Pero nadie era capaz de alzar la voz ni de decirle que ya no estaba en Málaga, sino en Granada. Ni desde abajo ni quienes le acompañaban en el balcón consistorial. Todo fueron aplausos y vítores. Las decenas de policías de paisano, mezclados entre el pueblo, tenían oídos por todos sitios.

Y los censores se fajaban a gusto. A los fotógrafos de prensa se les aleccionó, de viva voz y por escrito, que no se acercaran a sacar primeros planos; no debían retratarlo con malos gestos o movimientos extraños. A poder ser, siempre sonriendo y con la mano alzada. Así lo hizo Francisco Romero, que trabajaba para el periódico falangista Patria y tuvo enmarcada la orden durante toda su vida. Por supuesto, ni el NODO ni Radio Nacional grabaron ni emitieron absolutamente ninguna palabra de Franco. Las agencias y los periódicos reprodujeron sus palabras exactas que, por supuesto, comenzaban llamando ¡Granadinos!... a los congregados. Nadie podía haber oído lo de ¡Malagueños! Incluso en los archivos históricos está guardado el discurso. Y obvia la palabra ¡Malagueños!

Así es que Franco era infalible e inviolable. Era imposible que alguien hubiese oído llamarles ¡Malagueños! a los granadinos.

En el siguiente enlace se puede ver lo que dijo el NODO de aquella visita: https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-957/1470437

Kirkpatrick el cordobés

Las elecciones generales de octubre de 1982 elevaron a Felipe González a la Presidencia del Gobierno. Pero en Granada elevaron un tal Kirkpatrick (el hombre de la tripe K) a la categoría de político con humor. O quizás al más despistado del mundo.

A su amigo Kirkpatrick le buscó un puesto en la lista por Granada. Total, si allí se comen lo que les manden desde Madrid (Ese dicho continúa siendo cierto a día de hoy, en todos los partidos)

Guillermo Kirkpatrick Mendoro era cercano a Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular y creador de Coalición Democrática para aquella cita electoral. A su amigo Kirkpatrick le buscó un puesto en la lista por Granada. Total, si allí se comen lo que les manden desde Madrid (Ese dicho continúa siendo cierto a día de hoy, en todos los partidos).

Y Chiqui Cascón (D.E.P.), que era un avanzado en el marketing, ideó una presentación de postín para el fichaje. Convocó a los periodistas en el hotel Alhambra Palace. Allí aparecería un peso pesado que acompañaría como ministro al nuevo presidente del gobierno, el incombustible Manuel Fraga.

Dejó a todo el mundo boquiabierto cuando se presentó con un puro en la mano, unas botas vaqueras de Ubrique, un sombrero ¡cordobés! y un zapateado sevillano. Sólo le faltaba una faja rondeña y una faca atravesada al cinto. Nadie de los presentes se atrevió a sacarlo de su error. Alguien por lo bajini comentó que hubiese sido mejor que se presentara con un catite y un trabuco.

Guillermo Kirkpatrick.

A pesar del ridículo inicial, Kirkpatrick salió elegido diputado. Fraga no consiguió ser presidente del Gobierno y se retiró al Europarlamento, antes de centrarse en la presidencia de la Xunta. Con el tiempo supimos en Granada que Kirkpatrick en realidad no tuvo la culpa del error: primero le dijeron que iba de cunero por Cádiz, después lo cambiaron por Córdoba y finalmente acabó en Granada. El lío que le formaron fue de órdago.

Estuvo los cuatro años siguientes (1982-86) de diputado por Granada; vino muy pocas veces a interesarse por los problemas de su demarcación. Hizo 67 preguntas en cuatro años, la mayoría de temas nacionales o internacionales. Lo único que preguntó de Granada fue el motivo de una supuesta exaltación castrista en las Capitulaciones de Santa Fe. Acabó su vida política como embajador en Suramérica.

Olona la Católica

He visto estos días fotos de Macarena Olona participando en la fiesta de la Toma de Granada, en la Capilla Real. Es diputada cunera por Granada desde 2019; esta provincia la acogió como una hija adoptiva. Dicen que viene con asiduidad por esta tierra, aunque sus orígenes e intereses están en Alicante. Añaden quienes la conocen que tiene la cabeza bien amueblada. Y que, con un poquitín de suerte, la cara que se le está poniendo de vicepresidenta de la Junta tiene visos de realidad.

Pero una cosa es ser diputada cunera y otra vicepresidenta paracaidista. De diputada se puede pasar completamente desapercibida, pero no de vicepresidenta. De golpe pisando mucha moqueta en San Telmo, sin haber respirado los aires andaluces con más profundidad. Y haber sufrido la malafollá granaína.

Me he preocupado al leer lo que va diciendo del comienzo de la Toma de Andalucía. No lo capto. Pensé que estaba todo conquistado y funcionando por aquí. Espero y confío en que no se le ocurra venir al hotel Palace liada en el capote de torera de la foto. Que se encarame en algún púlpito y nos llame ¡Alicantinos! O peor aún, que haga la campaña con el jubón de Isabel la Católica sin lavar… hasta que no consiga sentarse en la segunda silla del consejo.

A Isabel I le dio resultado la promesa de no cambiarse la camisa hasta no sentar sus reales en la Alhambra. ¿Seguirá su ejemplo?