'El acuerdo FEMP y Gobierno acerca de los ahorros de los ayuntamientos'
Cuando uno ha estado al frente de un ayuntamiento desde el milenio pasado, ha visto muchas cosas en la vida municipal; pero en el tema de la financiación todo ha estado casi siempre rodeado por el mismo fantasma: escasez.
Te sentías en la trinchera. Te llegaban los problemas antes, las urgencias de la crisis las veías el primero, y tenías que afrontar una atención de emergencia, tuvieses competencias o no, pues muchas veces era cuestión de pura humanidad.
"Lo que inventó el PP con la Ley de Estabilidad de 2012 fue situar la economía por encima de cualquier otra cosa, en muchas ocasiones por encima de actos de pura humanidad"
Lo que inventó el PP con la Ley de Estabilidad de 2012 fue situar la economía por encima de cualquier otra cosa, en muchas ocasiones por encima de actos de pura humanidad. Prohibía a los ayuntamientos atender cuestiones que no estuvieran en sus competencias, interpretando éstas siempre de manera restrictiva y marcial, mientras que los ahorros se destinaban a los bancos como una ofrenda a San Superávit.
Han sido años muy malos, pero los de la crisis fueron terribles. Lo importante era ahorrar, no atender las necesidades de los vecinos. Cuando se pervierten de esta manera las prioridades sientes que algunas cosas no funcionan en el sistema. Y ésta desde luego era una de esas cosas.
Lo ideal era cambiar esta Ley de Estabilidad, pero ni era seguro que se pudiera con los pesos parlamentarios actuales, ni se podía esperar mucho más, dado que los efectos de la nueva crisis económica ya han llegado. Así que se busca una solución que se va ajustando y negociando con rapidez entre la FEMP y el Gobierno central, al objeto de que se puedan utilizar de manera inmediata los remanentes inmovilizados.
"Cuando el PP habla de incautar estos remanentes inmovilizados, no es que sea oblicuo con la verdad, sino que directamente le da la espalda. En primer lugar, porque se trata de una medida voluntaria. Y en segundo lugar porque no se trata de incautar nada, sino de ofrecer una solución legal que desbloquee esos fondos"
Cuando el PP habla de incautar estos remanentes inmovilizados (bueno el alcalde de Zaragoza que es su máximo representante en la FEMP habla de robo, es más, de doble robo dice), no es que sea oblicuo con la verdad, sino que directamente le da la espalda. En primer lugar, porque se trata de una medida voluntaria. Y en segundo lugar porque no se trata de incautar nada, sino de ofrecer una solución legal que desbloquee esos fondos. Ésta pasaría por poner los remanentes de los ayuntamientos a disposición del Gobierno de España, el ayuntamiento que desee hacerlo insisto, y el Gobierno los devolvería durante diez años. Y además el Gobierno desembolsaría a los ayuntamientos 5.000 millones adicionales durante los próximos dos años para hacer frente a la crisis. Y además ingresaría 400 millones para compensar las pérdidas del transporte urbano. Y además establecería nuevos plazos para ejecutar las inversiones de superávit de 2018 y 2019. Y además presenta un auxilio a los ayuntamientos con riesgo financiero o para aquellos que no tengan remanentes, mediante apoyos desde las diputaciones a fondo perdido y en créditos. Otra cosa es que existen ayuntamientos que no disponen de remanentes y a los que se les ofrece acogerse a esta última medida mencionada de auxilio, y no al reparto de los 5.000 millones. Son unos 300 aproximadamente y se sienten agraviados. Bien, avancemos en soluciones añadidas para ellos, pero no invalidemos un acuerdo que es útil, beneficioso y de efecto inmediato.
Este acuerdo no supone seguramente la panacea, ni la solución definitiva, pues la financiación municipal es un asunto estructural de nuestra política reciente que necesita una reflexión más serena para buscar soluciones duraderas. Pero desde luego es un paso adelante firme, que supera una situación no sólo diabólica, sino inexplicable en la coyuntura económica en la que nos encontramos. Los ayuntamientos no necesitan sus ahorros en las cuentas corrientes de los bancos con el sello de intocables, sino a disposición de políticas útiles para la ciudadanía.
"Critican y tratan de bloquear la solución adoptada aquellos que han creado el problema; y no contentos con ello, no plantean alternativa coherente y viable alguna"
El juego político hace que a veces utilicemos casi cualquier elemento para confrontar. Y en este caso se ha tomado el de los remanentes municipales. Pero pocas veces se ha sido tan cínico. Critican y tratan de bloquear la solución adoptada aquellos que han creado el problema; y no contentos con ello, no plantean alternativa coherente y viable alguna. Ello nos aboca al status quo, a la preeminencia de la antipolítica: tener ahorros y no poder utilizarlos en aliviar la crisis de los vecinos y vecinas de tu municipio.
Son cosas de la oposición impaciente, en la que todo vale para desgastar al Gobierno, incluso la defensa de medidas que deberían quedar disueltas en el tiempo, porque no resultan eficaces para afrontar los difíciles días que esperan a los ayuntamientos, que al final es tanto como decir a las personas que habitan en ellos. En tanto en cuanto a la oposición impaciente le llega el turno de gobernar, que le llegará, les pedimos como el poeta, poder contar con ustedes, no contar hasta dos o hasta diez, sino contar con ustedes.
