Un repaso al año político que despedimos

2021, el año en el que las derechas volvieron a jugar con Granada (y perdieron)

Política - María Andrade - Viernes, 31 de Diciembre de 2021
Te ofrecemos un resumen del año que despedimos, en clave política.
Algunas de las imágenes del año político.
IndeGranada
Algunas de las imágenes del año político.

Dos años en política son "un mundo", un tiempo demasiado largo como para aventurar qué puede ocurrir. Lo dijo Luis Salvador el pasado marzo, cuando aún ocupaba el sillón de la Alcaldía de Granada y se le preguntaba por su futuro, dando entonces por hecho que la alternancia, o no, al frente del gobierno de la capital era cosa de PP y Ciudadanos y centrando el debate en cuándo se incorporaría a las filas populares. 

Pero en política, visto lo visto en Granada en este 2021 que llega a su fin -y en los dos años anteriores-, prácticamente todo es posible. 

La llegada a la Alcaldía de Granada del socialista Francisco Cuenca, que encabezó la lista más votada en las pasadas elecciones, ha sido posible por el mayor error de estrategia del PP de Granada -con el aval de Génova-

Este año ha traído un cambio de signo político en el gobierno de la capital, que ha permitido al socialista Francisco Cuenca, que encabezó la lista más votada, llegar a la Alcaldía dos años después de que el pacto de las derechas le cerrara el paso. Ha sido posible por el mayor error de estrategia del PP de Granada -con el aval de Génova-, sin autocrítica alguna por parte de la formación que ahora lidera Francisco Rodríguez. Sebastián Pérez ha dejado de ser militante del que fue su partido durante tres décadas; un PP del que salió Pérez y al que entró Fran Hervías, otrora todopoderoso en Ciudadanos, que llamaba al PP "máquina de corrupción" y tiene desde este año despacho en Génova. Mientras tanto, Luis Salvador fue expulsado de Ciudadanos, la formación que ayudó a construir y que poco a poco se diluye, y se ha vuelto a entender -cosas del destino- con quienes fueron sus compañeros en el PSOE. Un PSOE andaluz en el que Susana Díaz ya no es la secretaria general, y en el que el alcalde de Maracena, Noel López, se ha convertido en secretario de Organización. Hay otras cosas que no cambian, como el eterno debate a la izquierda sobre la necesidad de conformar una confluencia fuerte y sólida.

Llegó el 2+2, pero abriendo paso a la izquierda

Son esos algunos de los nombres destacados de un año político en el que, de nuevo, como ocurrió con la negociación del pacto de gobierno en 2019, las derechas volvieron a jugar con la ciudad de Granada, pero esta vez perdieron. 

La dimisión en bloque de los seis concejales que quedan en la bancada del PP, para dejar solo a Luis Salvador y forzar su salida, apostando por el 2+2 que nunca defendieron hasta que lograron apartar a Sebastián Pérez por la fuerza de los hechos, fue una gran falta de respeto a la ciudadanía granadina. Y un craso error político, porque subestimó la capacidad de resistencia de Salvador. Se hizo fuerte junto al fiel compañero José Antonio Huertas, después que los otros dos ediles de Ciudadanos se marcharan del partido, sin entregar el acta, para sumarse a la operación de acoso y derribo del PP para recuperar la Alcaldía. 

Lo vivido en Granada supuso un gran revés a la formación naranja, en su momento más débil, asestado por la mano de su socio de gobierno en la Junta. El propio Juan Manuel Moreno había garantizado ante Juan Marín, en una comparecencia en Granada, que no habría cambio en la Alcaldía de la capital. 

En el pacto de no agresión para aislar al Gobierno andaluz de la OPA de Génova a Ciudadanos, Granada no fue nunca una prioridad para Moreno y Marín

Pero en ese pacto de no agresión firmado entre Moreno y Marín para aislarse de la OPA lanzada desde Génova a las filas naranjas -el partido liberal, como ahora insiste en llamarse Ciudadanos-, Granada no fue nunca una prioridad. Porque la única prioridad para Marín, como ha demostrado, era mantenerse en el Gobierno andaluz y al frente de Ciudadanos en Andalucía. Dejó solo a Salvador -lo que además le venía bien para garantizarse un camino sin rivales- y de esa manera fortaleció la resistencia de este y su deseo de buscar una salida distinta a la escrita por PP y Cs para él, como así ocurrió.

Y aunque las miradas siempre apuntan a Madrid, es probablemente Granada uno de los mejores termómetros de cómo se encuentran las derechas.

Fotografía de una visita del consejero Elías Bendodo al Ayuntamiento de Granada cuando gobernaba el bipartito Cs-PP. En la fotografía, junto a Bendodo, la consejera Marifrán Carazo y el delegado de la Junta en Granada, Pablo García, están los concejales del PP, los entonces cuatro representantes de Ciudadanos, con Luis Salvador como alcalde a la cabeza, y los tres ediles de Vox. De la derecha, en esta foto, solo falta Sebastián Pérez. Foto: J.A./Ayto.Granada

Ciudadanos, que perdió Alcaldía y hasta grupo municipal, prácticamente ha desaparecido. Un ejemplo que describe su situación lo representa el nuevo coordinador provincial, Joaquín López-Sidro, director general en la Junta con Juan Marín, que solo habla a través de notas de prensa, con audios grabados correspondientes, eludiendo comparecencias ante la prensa. 

El PP granadino ha elegido la crispación y acritud, mucho más al estilo de Casado, que del perfil de moderado que trata de proyectar Moreno

El PP granadino ha elegido la crispación y la acritud, mucho más al estilo de Casado que del perfil de moderado que trata de proyectar Moreno -ayudado por la maquinaria de la Junta-. Se revuelve con dureza contra el PSOE, sobre todo en la capital, utilizando eslóganes como "gobierno tránsfuga", para referirse al equipo de Cuenca, por haber incorporado a Salvador y Huertas. Todo ello sin el mínimo pudor, pues el PP abandonó el Pacto Antitransfuguismo para afianzar el gobierno de Murcia, que se tambaleó por la fallida moción de censura socialista. 

Y, pese a no estar ya en sus filas -al menos así lo anunció públicamente-, repite la fórmula de Sebastián Pérez y se vuelca en la Costa y en Baza para tratar de arañar votos en las comarcas claves para los resultados electorales, sobre todo de cara a la Diputación, donde el socialista José Entrena gobierna ahora con mayoría absoluta. 

En este contexto, la ultraderecha de Vox aguarda sin inmutarse a que sus representantes nacionales hagan el trabajo, parapetados tras la diputada Macarena Olona, y beneficiados por el tratamiento que buena parte de la prensa dispensa al partido, aun cuando sus postulados, como el negacionismo de la violencia de género, se alejen de los más básicos principios democráticos.

Y los granadinos y granadinas en la Junta miran desde una atalaya, tratando de alejarse de ese rifirrafe para que no salpique a su gestión, que exprime las infraestructuras y el rosario de estudios informativos de proyectos pendientes que han rescatado como principal logro.

Patio del Ayuntamiento de Granada, donde se desarrolló el pleno de investidura de Francisco Cuenca el pasado julio. Foto: Alejandro Casasola

Mientras las cuentas pendientes entre los protagonistas del pacto fiasco entre las derechas en Granada propiciaban el cambio de signo político en la capital, en otros municipios granadinos hubo cambio para dar cumplimiento a los acuerdos entre PP y Cs, sí cerrados formalmente y no por WhatsApp. Huéscar o Trevélez son dos ejemplos. 

Otros cambios sorprendieron al PP, aún más descolocado al perder un buen bastión metropolitano, La Zubia, por una moción de censura que llevó de nuevo al PSOE a la Alcaldía, con Purificación López. Esta moción tiene además un especial significado, pues ha descabalgado a Inmaculada Hernández, portavoz provincial del PP, del mando municipal. 

Granada, escenario andaluz

Juan Manuel Moreno fue reelegido presidente del PP andaluz en Granada, ciudad que ha albergado el congreso regional del partido.



Juan Espadas eligió Granada para su primer mitin en la carrera hacia la Secretaría General del PSOE andaluz.



Teresa Rodríguez puso en marcha 'la refundación' de Adelante también en la capital granadina, en el Sacromonte. 

Ha habido más cambios políticos. Al frente de la Delegación del Gobierno de España en Andalucía se situó Pedro Fernández, que dejó la Alcaldía de Baza para dar el salto a la política andaluza al que le animaban desde hace tiempo en el PSOE. Su llegada supuso la salida de otra granadina Sandra García, en un sorprendente movimiento enmarcado en el cambio de etapa del PSOE andaluz, obligado a reinventarse. Para ello ha elegido a Juan Espadas, una apuesta arriesgada.

Unidas Podemos reivindica un espacio, mientras se perfila un nuevo proyecto

Con pico y pala busca Unidas Podemos la proyección de su trabajo, que en el Ayuntamiento de la capital lidera Antonio Cambril. Ha optado la confluencia por permanecer fuera del gobierno local, entre otras razones por ver inviable sentarse junto a Salvador y Huertas, no solo por la sombra del transfuguismo, sino por haber sido parte activa del anterior bipartito de derechas. Desde fuera, se han marcado el objetivo de ser decisivos. Y lo son. Sus votos son necesarios para la mayoría que garantiza sacar adelante políticas de izquierda. Como ha ocurrido con las recién aprobadas ordenanzas fiscales.

Pero más allá del papel en la capital, Unidas Podemos debe encontrar un espacio en la provincia. Izquierda Unida, con Mari Carmen Pérez al frente, sí tiene un amplio bagaje de gestión en ayuntamientos, pero Podemos, aunque haya ganado presencia con la renovacion de su dirección provincial, con Manu Ríos y Alejandra Durán como referencias, tienen aún mucho trabajo por hacer. 

En una Granada en la que también tratan de asomar Adelante, Andalucía por Sí o Más País, se echa en falta la presencia de la nueva referencia para la izquierda como es la vicepresidenta Yolanda Díaz, y su proyecto. 

Otro resumen del año: