'Un apunte (reconocido) de urgencia sobre Cataluña'
Sí, reconozco que esto es un apunte de urgencia. Porque pretender que lo que se diga hoy, o estos días, sobre el resultado de las Elecciones catalanas del pasado día 12 no está basado en cierta urgencia opinante, sin duda tiene su dosis de osadía, de atrevimiento o directamente de ignorancia del contexto político y social en el que nos movemos. Al margen de que nos guste (el contexto, no el resultado) más o menos. Pero incluso siendo de urgencia, no me resisto a escribirlo y hacerlo público. Fundamentalmente, porque he leído y escuchado otros apuntes pretendidamente definitorios que no sólo no reconocen esa urgencia, sino que discurren por la visceralidad y la ramplonería más desternillante que he conocido por estos lares. Y he conocido mucha de ambas.
Los datos son tozudos. El Partido Socialista de Cataluña gana con holgura y obtiene el mejor resultado de la historia en Elecciones Autonómicas desde las primeras del año 1980. Las fuerzas nacionalistas/independentistas obtienen, conjuntamente, el peor resultado desde idéntica fecha y no alcanzan la mayoría absoluta del Parlamento
Los datos son tozudos. El Partido Socialista de Cataluña gana con holgura y obtiene el mejor resultado de la historia en Elecciones Autonómicas desde las primeras del año 1980. Las fuerzas nacionalistas/independentistas obtienen, conjuntamente, el peor resultado desde idéntica fecha y no alcanzan la mayoría absoluta del Parlamento. Eso en el trazo grueso. Y en el definitorio, diría yo. Pero hay más datos. El Partido Popular sale del pozo donde lo situaron las catalanas y los catalanes en las últimas elecciones y (evidentemente) a costa de la desaparición de Ciudadanos se posiciona razonablemente en el tablero político catalán. Digo razonablemente, porque creo que, a día de hoy, su comprensión de la realidad catalana no da para más. La extrema derecha consolida, incluso diversifica, sus apoyos, y anda a la par con el PP en cuanto a representación.
Esa contundencia electoral no ha caído del cielo. Se debe, obviamente, a decisiones adoptadas, estrategias seguidas y políticas desarrolladas. Por unos y por otros, actores políticos catalanes y españoles, no por marcianos ni otra especie de extraterrestres. Se debe al grado de explicación de las posiciones propias y los objetivos perseguidos. Y también al grado de crítica de posiciones ajenas y sus objetivos. Siempre es así en la política. Cada cual desarrolla su estrategia y el electorado dictamina. Sin fallo. No sólo cabe reconocer una estrategia como acertada o mejor que otra. Conviene resaltar los resultados obtenidos por cada estrategia, pues su grado de efectividad y acierto viene derivado, precisamente, de su aceptación popular expresada en el voto. Creo recordar que es un axioma liberal muy clásico esto ultimo que digo.
Como si la política (esa que llevan años intentando demoler con sus vómitos semanales) fuera ajena a esta demostración popular. Como si no tuvieran que ver las decididas, y arriesgadas, apuestas políticas acometidas en los últimos años, con un resultado electoral que, valida unas cosas, o las valida más, y no valida otras, o las valida menos
Pero, y de ahí, la (reconocida) urgencia de mi texto, resulta que para la "opinancia" general del centro-conservadurismo-liberalote nacional, estamos ante una "buena noticia", o como groseramente ha señalado un opinólogo de cabecera, ante "más o menos una buena noticia, que no deja de ser preocupante". O sea, que han debido conjurarse los elementos meteorológicos con algunas meigas, para producir la "noticia" de un resultado electoral tan incontestable, como parece que "molesto" o "preocupante" para según que articulistas u opinantes. Como si la política (esa que llevan años intentando demoler con sus vómitos semanales) fuera ajena a esta demostración popular. Como si no tuvieran que ver las decididas, y arriesgadas, apuestas políticas acometidas en los últimos años, con un resultado electoral que, valida unas cosas, o las valida más, y no valida otras, o las valida menos. En definitiva, como el resultado ha sido A, le quitamos el valor a las políticas y el resultado es una noticia. Porque obviamente (¡alguien lo duda!) si el resultado hubiera sido B, la culpa única e intransferible sería, ahora sí, de las políticas del malvado ya sabemos quien y de sus cesiones intolerables a ya sabemos quienes. Siempre nos quedará el consuelo de que España y los españoles somos así.
Pues vas a resultar que no. Que las opciones políticas que se adoptan ofrecen unos resultados y no otros. Que va a resultar que el "inflamiento" electoral del independentismo tenía su origen en una determinada cerrazón argumental y práctica que, eso si, pareció dar sus frutos electorales en otras partes de las Españas, no se sabe para que objetivos. Que va a resultar que el "desinflamiento" electoral del mencionado independentismo tiene su origen en una determinada racionalidad, generosidad, comprensión y respeto del adversario, trufada con inteligencia, valentía y diálogo político en pos de unas determinadas medidas políticas, sociales y presupuestarias. A ver si va a resultar que somos como los civilizados "europeos", que hablando se entiende la gente.
No dejo de entender el enfado de según qué medios de comunicación y según qué fuerzas políticas. Se les desmorona el montaje que han acumulado durante años de mentiras, insidias, bulos, falsedades e histrionismo de barra de bar
No dejo de entender el enfado de según qué medios de comunicación y según qué fuerzas políticas. Se les desmorona el montaje que han acumulado durante años de mentiras, insidias, bulos, falsedades e histrionismo de barra de bar. Justamente de esas barras de bar donde se fundamenta el muy español "sostenella y no enmendalla". Algo que, insisto, tiene muy poco de liberal, de verdadero espíritu liberal. Ese "sostenella y no enmendalla" de articulistas, opinantes y dirigentes frente a la evidencia electoral, tan propia de barra de bares, de la que dicen abjurar tantos talentos, pero de la que acreditan (en estos días de análisis de urgencia) separarse tan sólo cuando acuden a miccionar antes de volver a llenar.