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Antonio Guzmán García. Imagen cedida por su nieta Vidalina Guzmán.

Natural de Granada, ejerció durante cinco años como maestro en Gabia Grande, donde era muy apreciado y querido, tras ejercer en Alamedilla y Cúllar Vega.

En Gabia ascendió a inspector en enseñanza y en 1936, antes del golpe de estado, fue nombrado maestro en propiedad del Instituto Ganivet

Fijó su residencia en Gabia Grande, donde vivía en el número 5 de la calle Arroyo Grande, junto a su esposa, Vidalina Marín, y sus 4 hijos: Manuel, que a la muerte de su padre contaba con 17 años, Antonio, de 12, Vidalina, de 10 y Luis Guzmán Marín, de 2 años, nacido en Gabia Grande.

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En el centro, su hija Vidalina. Foto cedida por su nieta Vidalina Guzmán.

Durante su estancia en Gabia ascendió a inspector de enseñanza y en 1936, antes del golpe de estado, fue nombrado maestro en propiedad del Instituto Ángel Ganivet.

Sobre este nombramiento, aparece una nota en un diario provincial que cita:

Según cuantas sus nietas, recogiendo testimonios de la época, fue un gran maestro, pero también un gran poeta, pues dedicaba sus horas libres a la poesía.

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Firma de Antonio Guzmán García.

Pese a recibir inquietantes rumores de que estaba en las listas negras y que estaba amenazado, como tantos otras y otros, convencido de que su correcta actuación durante su reconocida trayectoria profesional y personal permanecía tranquilo

Coincidiendo con el golpe de estado de los sublevados franquistas, recibió el nombramiento para ser gobernador civil de Almería.

Había triunfado el golpe de estado en Granada y, pese a recibir inquietantes rumores de que estaba en las listas negras y que estaba amenazado, como tantos otras y otros, convencido de que su correcta actuación durante su reconocida trayectoria profesional y personal permanecía tranquilo.

Antes de partir a Almería para tomar posesión de su cargo, dejó a sus hijos con una hermana suya en Iznalloz y decidió quedarse un día más en Gabia para terminar de corregir unos exámenes.

Pero en ese día de más fue detenido y nunca pudo llegar a su destino.

Estuvo preso varios días en la cárcel de Granada y fue fusilado en las tapias del cementerio de Granada, a los 44 años.

En la prisión, envió una carta a su hermano Nicolás, fechada el día 6 de agosto de 1936, rogándole que reuniera a su familia, su esposa Vidalina y sus hijos, para que fueran a visitarlo a la cárcel, con la intención de despedirse de todos ellos, presagiando el cruel destino final que le aguardaba.

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Carta manuscrita de Antonio Guzmán a su hermano Nicolás desde la Prisión de Granada para que llevara a la cárcel a su esposa e hijos, para despedirse personalmente de ellos. Foto cedida por su nieta Vidalina Guzmán.

Antonio Guzmán García aparece en el libro Los últimos días de Lorca, de Eduardo Molina Fajardo, en la relación de personas “involucradas en manejos revolucionarios”, a los que se ordena la confiscación de todos sus bienes.

Fue otra de las víctimas de la campaña sistemática de la erradicación de la política educativa y cultural de la República, pues para configurar la educación bajo el franquismo, los maestros republicanos tenían que ser eliminados

Fue otra de las víctimas de la campaña sistemática de la erradicación de la política educativa y cultural de la República, pues para configurar la educación bajo el franquismo, los maestros republicanos tenían que ser eliminados.

El día 26 de noviembre de 1939, la Comisión Depuradora requiere, por medio del Boletín Oficial de la Provincia de Granada, la comparecencia de 39 maestros en proceso de depuración, entre los que figuran Santiago Rodríguez Martín y Antonio Guzmán García.

El requerimiento se efectúa para “que en el plazo improrrogable de diez días señale cada uno, con la necesaria exactitud, cuál es su domicilio actual, bajo apercibimiento de que, si no lo hiciese ante esta Comisión Depuradora, se seguirá sin más trámite el expediente (…) hasta dictarse la resolución que en el mismo fuese pertinente”.

El requerimiento a presentarse ante la Comisión Depuradora es una nueva muestra del cinismo franquista, porque sabían, que dos años antes habían sido fusilados.

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Manuel Izquierdo Rodríguez es funcionario del Ayuntamiento de Las Gabias. Autor del libro “Historias Desenterradas. Las Gabias 1936”, presentado en abril de 2010, como un acto de justicia, reparación y homenaje a todas las familias víctimas de la guerra civil y en particular a sus dos abuelos, Félix Izquierdo y Alejandro Rodríguez, fusilados el 5 y el 13 de agosto de 1936.Esta historia está extraída de su libro, con nuevas aportaciones. Con el relato sobre los fusilados de Las Gabias obtuvo en 2015 el premio “Tu historia es nuestra historia”, que glosa la memoria histórica del socialismo, concedido por el Instituto Jaime Vera.

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