artículo de opinión por joan carles march

'Escuela Andaluza de Salud Pública: 40 años de excelencia, 7 de progresivo desmantelamiento'

Ciudadanía - Joan Carles March - Sábado, 19 de Julio de 2025
En el 40 aniversario de la creación de la Escuela Andaluza de Salud Pública, una referencia como es Joan Carles March, con conocimiento de causa, firma este imprescindible artículo, que te recomendamos, que invita además a la reflexión.

Entrada a la Escuela Andaluza de Salud Pública. IndeGranada.

Hoy 19 de julio se cumplen 40 años del nacimiento de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP).

Después de 35 años trabajando en la EASP, habiéndolo sido prácticamente todo —desde alumno a director en una de sus etapas de las que más disfruté— no puedo permanecer en silencio ante lo que considero un retroceso institucional, una decisión errónea y un golpe innecesario a la salud pública en Andalucía, en España y más allá

Después de 35 años trabajando en la EASP, habiéndolo sido prácticamente todo —desde alumno a director en una de sus etapas de las que más disfruté— no puedo permanecer en silencio ante lo que considero un retroceso institucional, una decisión errónea y un golpe innecesario a la salud pública en Andalucía, en España y más allá.

Una vida dedicada a la Escuela

He crecido profesional y personalmente en la EASP. He compartido pasillos, ideas, proyectos, viajes, clases y sueños con cientos de profesionales. Aquí aprendimos y enseñamos juntos. Desde los programas de formación más innovadores —másteres y diplomas avalados por la Universidad de Granada— hasta la consultoría que nos situó como una de las entidades más influyentes del sector en España y América Latina, la EASP fue siempre más que un trabajo. Fue mi casa (y sigue siéndolo, aunque no con el mismo ambiente ni la misma áurea). Fue mi causa.

¿Quién puede creer que esto se sustituye con una “fusión administrativa” como la creación del Instituto de Salud de Andalucía, que no saben como arrancar?

En estas casi cuatro décadas, hemos formado a más de 400.000 profesionales, hemos asesorado en más de 2.500 proyectos, muchos de ellos pioneros en gestión sanitaria, salud pública, enfermedades crónicas, innovación, ciudadanía o salud internacional. Hemos cooperado en casi 30 países, en los cuales el papel de la EASP ayudó a cambios en la conformación de los sistemas sanitarios. Nos reconocieron como Centro Colaborador de la OMS, dirigimos oficinas internacionales y fuimos parte activa de redes europeas de excelencia. ¿Quién puede creer que esto se sustituye con una “fusión administrativa” como la creación del Instituto de Salud de Andalucía, que no saben como arrancar?

Siete años de progresivo desmantelamiento

Recortes presupuestarios, cambios organizativos sin rumbo, desvalorización interna, falta de proyecto estratégico, pérdida de liderazgo institucional… han sido una constante en estos últimos 7 años que nos acercan a un olvido premeditado

La desaparición de la EASP, aunque nominal, lleva fraguándose desde hace tiempo. En los últimos siete años se ha asistido a una erosión silenciosa pero constante, a una muerte lenta. Recortes presupuestarios, cambios organizativos sin rumbo, desvalorización interna, falta de proyecto estratégico, pérdida de liderazgo institucional… han sido una constante en estos últimos 7 años que nos acercan a un olvido premeditado.

Una Escuela única en su especie

Porque la EASP no fue una escuela más. Fue un espacio donde se integraban conocimiento técnico, compromiso social y enfoque ciudadano. Trabajamos para profesionales, para pacientes, para directivos y para la ciudadanía. Desarrollamos herramientas como la Escuela de Pacientes, proyectos de alfabetización sanitaria, investigaciones punteras como el proyecto EPIC sobre dieta y cáncer, y programas que abordaban la salud desde las desigualdades estructurales, trabajando con inmigrantes, personas drogodependientes con el gran proyecto de heroína PEPSA o colectivos excluidos.

Fuimos innovadores. Fuimos referencia. Fuimos útiles. Y fuimos humanos. Esa es la palabra que mejor resume lo que la EASP supuso para muchos: humanidad por los cuatro costados con un equipo de personas que se ilusionó para transformar y mejorar la salud pública y los sistemas sanitarios

Fuimos innovadores. Fuimos referencia. Fuimos útiles. Y fuimos humanos. Esa es la palabra que mejor resume lo que la EASP supuso para muchos: humanidad por los cuatro costados con un equipo de personas que se ilusionó para transformar y mejorar la salud pública y los sistemas sanitarios.

Una pérdida que será difícil de reparar

No se puede borrar de un plumazo una historia como esta. No se puede sustituir una trayectoria de impacto internacional, premios, reconocimientos y afectos. El riesgo no es solo simbólico: es real.

El desmantelamiento progresivo de la EASP implica la pérdida de capacidad para cooperar con otros países, para impulsar la salud pública como valor social, para transformar políticas, para ayudar a un cambio necesario en todo lo relacionado con la salud.

Y lo más doloroso: se habido perdiendo un modelo de gestión basado en el conocimiento, la colaboración y la equidad. Un modelo que debería ser replicado, no diluido

Y lo más doloroso: se habido perdiendo un modelo de gestión basado en el conocimiento, la colaboración y la equidad. Un modelo que debería ser replicado, no diluido.

A quienes hicieron posible la EASP

Este artículo es también una carta de agradecimiento. A los compañeros y compañeras, a los administrativos, técnicos, investigadores, docentes, personal de apoyo, y a los más de 1.000 colaboradores externos que han sido parte esencial de esta historia. Gracias por vuestro trabajo. Gracias por vuestra lealtad. Gracias por haber hecho que la Escuela haya sido mucho más que una institución. Gracias también a quienes creyeron en nosotros, como Patxi Catalá o Pablo Recio, cuya visión hizo posible que Granada albergara esta joya del sistema público andaluz y español. Su creación fue un hito. Su situación actual, una pena.

Este artículo es también una carta de agradecimiento. A los compañeros y compañeras, a los administrativos, técnicos, investigadores, docentes, personal de apoyo, y a los más de 1.000 colaboradores externos que han sido parte esencial de esta historia

Seré siempre de la EASP

Hoy sigo reafirmando mi compromiso. Seré siempre de la EASP. De lo que fue y de lo que representó. De sus valores, de su gente, de su vocación transformadora. Y espero que algún día, quienes tienen ahora la responsabilidad de gestionar el sistema de salud entiendan lo que están perdiendo.

Mientras tanto, los que fuimos parte de esta historia seguiremos trabajando —desde donde podamos— por una salud pública digna, inclusiva y científica.

Como aprendimos en la Escuela. Como enseñamos desde ella.