Homenaje a Antonio Machado en Baeza en 1966. Primera parte

'¡A por los barbudos!' (I)

Política - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 7 de Mayo de 2022
El historiador Alfonso Martínez Foronda revive en esta maravillosa crónica de dos capítulos el homenaje a Antonio Machado en Baeza en 1966, con el singular protagonismo de Granada en este acto contra el régimen en plena dictadura.
Parte del cartel diseñado por Miró para el homenaje a Machado en 1966.
Parte del cartel diseñado por Miró para el homenaje a Machado en 1966.
Un acontecimiento histórico poco conocido es el Homenaje a Antonio Machado en Baeza el 20 de febrero de 1966 donde algunos estudiantes y profesores universitarios de Granada conocerán, por primera vez, a algunos agentes de la Brigada Político Social (BPS) que se distinguieron por su brutalidad con la oposición antifranquista. Y es que los estrechos márgenes que ofrecía la cultura oficial del franquismo y de la propia Universidad facilitaron la disidencia. En la imagen, Antonio Machado, pintado por el villacarrillense Cristóbal Ruiz Pulido.

El homenaje a Machado, había surgido, unos años antes, de una inocente propuesta del fiscal Jesús Vicente Chamorro a su amigo de carrera Manuel Gómez Villaboa, que era juez de Baeza. Pensó que aquello no sería inmediato, pero en 1965 llega a Baeza en un viaje que había hecho, con su mujer, por Andalucía. Dada la condición de fiscal de Chamorro, el amigo le presenta al alcalde de la ciudad, Fernando Viedma, que dio muestras de entusiasmo por la idea, prometiendo toda clase de facilidades. Se pondrá a trabajar en ello y lo primero es proponerle a Pablo Serrano que hiciera una escultura con el busto del poeta y que el arquitecto Fernando Ramón diseñara el entorno. Ambos quedaron fascinados por el proyecto e iniciaron sus trabajos de forma altruista. Luego se creó una comisión organizadora formada por el propio Chamorro, Pablo Serrano, Fernando Ramón Moliner, el ginecólogo José Antonio Hernández Jiménez, Aurora de Albornoz, Jesús López Pacheco, José M. Caballero Bonald y Valeriano Bozal. A ella se añadirían, sobre el terreno, el propio juez de Baeza y el titular de la cátedra de francés del instituto de esa ciudad. Un grupo heterogéneo, como señala Caballero Bonald, pero unidos por la figura del poeta. En la Comisión de Honor figuraban, entre otros, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, José Luis Aranguren, Antonio Buero Vallejo, Miguel Delibes, Salvador Espriú, Paulino Garagorri, Blas de Otero o Dionisio Ridruejo. Por otra parte, las universidades y otras instituciones culturales habían apoyado el acto. Pero en todo este entramado cultural también participarán activamente los intelectuales del PCE y el propio partido será quien lo extienda y lo impulse por toda la geografía española y por el incipiente movimiento obrero de las CCOO.

Fotos de algunos organizadores (de arriba a abajo): Jesús Vicente Chamorro, Aurora de Albornoz y Caballero Bonald.

El homenaje debía celebrarse el día 20 de febrero de 1966 y se llamó “Paseos con Antonio Machado”, para alejarse de un acto frío y oficial al tiempo que pudiera emular el itinerario que el propio poeta había realizado en el tiempo que vivió en aquella ciudad entre 1912 y 1919

El homenaje debía celebrarse el día 20 de febrero de 1966 y se llamó “Paseos con Antonio Machado”, para alejarse de un acto frío y oficial al tiempo que pudiera emular el itinerario que el propio poeta había realizado en el tiempo que vivió en aquella ciudad entre 1912 y 1919. Para los organizadores, el reconocimiento del poeta significaba “la permanencia viva, y nunca el fosilizado formalismo, de todo lo que Machado es y significa en el tiempo y el espacio históricos que nos tocó vivir”, como se recogía en la contraportada del disco que grabaron Fernando Rey, Paco Rabal y Fernando Fernán Gómez. Además del busto de Pablo Serrano y el monolito de Fernando Ramón, el pintor Joan Miró regaló a los organizadores el cartel anunciador y los actores Fernando Fernán Gómez, Fernando Rey y Francisco Rabal grabaron un disco especial con algunos poemas de Machado. Habían comprometido su presencia personalidades como Carlos Castilla del Pino, José Luis Cano, Alfonso Sastre, Eva Forest, José María Moreno Galván o José Duarte. El homenaje, por tanto, debía ser sencillo, pero –como afirma Carlos Castilla del Pino- “era evidente que se pretendía poner en un compromiso al gobierno”. El acto iba a consistir en colocar el busto de Machado en las afueras de Baeza, en el paseo de las Murallas, donde él solía frecuentar por las tardes para enjugar la melancolía por la reciente muerte de Leonor. Y se había previsto que allí, Fernán Gómez, Fernando Rey y Paco Rabal, recitarían algunos de sus poemas.

Contraportada del disco donde recitan Fernán Gómez, Fernando Rey y Paco Rabal. Copia en Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.

Andalucía se sumará al homenaje desde tres puntos de interés: Córdoba, Sevilla y Granada. Si en las dos primeras, había espacios culturales ya desarrollados, respecto a Granada la situación es distinta

Andalucía se sumará al homenaje desde tres puntos de interés: Córdoba, Sevilla y Granada. Si en las dos primeras, había espacios culturales ya desarrollados, respecto a Granada la situación es distinta. Aquí no se ha formado todavía ningún círculo cultural antifranquista, ni tampoco ningún intelectual reconocido tiene contactos ni con el PCE, ni con la oposición antifranquista española. Por eso, la información del homenaje no le llega a ningún profesor universitario, sino al estudiante de Filosofía y Letras, Bernabé López García, pariente de Lorca. Tendremos que ir a finales de 1965 cuando Bernabé López reciba unas tarjetas y un cartel grande de su prima “Tica” para el homenaje. Su prima, Vicenta Fernández-Montesinos García, primera sobrina de Lorca, conocida como ‹‹Tica››, le envía a Bernabé, desde Madrid, las tarjetas y el cartel del homenaje a Machado.

La iniciativa de Granada partirá de Bernabé López que, entusiasmado por la figura del poeta, colocaría el cartel de Miró en la Facultad de Filosofía y algunos estudiantes, en idéntico estado de ánimo, publicitaron el acto entre compañeros y profesores de la Facultad

Las ilustraciones que Joan Miró hizo expresamente para el acto nos muestran su relevancia en el mundo de las artes y las letras, con la participación de intelectuales de la talla del pintor catalán. Sólo lo recibió Bernabé, que no sospechaba siquiera que era el PCE el que estaba detrás de todo esto. A esas alturas, el PCE no tiene contactos definidos en la Universidad de Granada, aunque uno de sus integrantes –quizá el único- era el estudiante onubense Emilio Escobar Toscano. Por tanto, ni en la Universidad, ni en el propio PCE de Granada, conocen dicha convocatoria y es lógico porque se circunscribió en muchos lugares a un acto netamente cultural. Esa es la lógica que sirve también para el PCE de Jaén, como explica Ernesto Caballero Castillo, a la sazón miembro del Comité Regional del PCE y encargado de reorganizar a los comunistas en la provincia jiennense en esos momentos. Recuerda que “la organización del PCE en Jaén no tuvimos conocimiento del homenaje a Machado hasta el día después que escuchamos la Pirenaica. De haber estado informados la organización del Partido habría movilizado a un buen número de personas de la provincia, pues tenía presencia orgánica para haberlo hecho”. En todo caso, la iniciativa de Granada partirá de Bernabé López que, entusiasmado por la figura del poeta, colocaría el cartel de Miró en la Facultad de Filosofía y algunos estudiantes, en idéntico estado de ánimo, publicitaron el acto entre compañeros y profesores de la Facultad. Juan de Loxa y el propio Bernabé organizaron el viaje a Baeza en el entorno de la Universidad de Granada y concertaron un autobús con la empresa Liñán, que salió completo desde la plaza del Campillo ese mismo 20 de febrero de 1966. En él viajaban los hermanos Moreno Carrillo, Carmelo y Claudio Sánchez Muros, Pablo del Águila, Juan de Loxa y media familia de Bernabé López García, entre otros.

Cartel diseñado por Miró para el homenaje a Machado en 1966.

El homenaje estaba inicialmente autorizado porque, en aquellos momentos, Antonio Machado empezaba a ser usado por el régimen como un poeta sin connotaciones políticas

El homenaje estaba inicialmente autorizado porque, en aquellos momentos, Antonio Machado empezaba a ser usado por el régimen como un poeta sin connotaciones políticas y, aunque parte de su obra –fundamentalmente su Juan de Mairena- había sido censurada, ahora, se pensaba que podía ser hábilmente manejable. Por ello, el homenaje fue bien acogido inicialmente e, incluso, alentado por el entonces alcalde de Baeza. Sin embargo, cuando el régimen calcula la trascendencia del acto y tiene noticias ciertas de que la ciudad jiennense se llenaría de “rojos”, cambia de opinión y lo prohíbe, aunque nadie se enteró hasta poco antes de la hora en que iban a comenzar los actos ese 20 de febrero de 1966. De hecho, los organizadores ya se temían algo similar cuando saben que su diseño del homenaje, alejado de presencia oficial, no gusta en los mentideros políticos de Madrid y que el predominio de intelectuales de izquierda –sobre todo del PCE y su entorno- había despertado las lógicas sospechas del régimen.

El organizador del acto, Bernabé López García, en su casa de Madrid. Foto de Alfonso Martínez Foronda.
Pablo Serrano, elaborando en su taller el busto de Machado. Fundación Pablo Serrano.

Una sospecha que venía de días antes cuando el fiscal Chamorro y Caballero Bonald tuvieron que emprender un viaje nocturno urgente “en un coche renqueante” a Baeza, convocados por el alcalde de la ciudad. Según Caballero Bonald el alcalde, tras algún prolegómeno “desapacible” se dirigió a él “sin ninguna amabilidad” y tras una tensa discusión una tanto “enardecida” entre los tres, el alcalde les insinuó –sin dejarlo claro- que podría ser prohibido, porque había llegado a sus oídos que le iban “a llenar el pueblo de rojos”. La reunión acabó de malos modos y con la advertencia de que se atuviesen a las consecuencias.

La presencia de muchos “barbudos” y con un aspecto intelectual en Úbeda no pasó inadvertida en la capital de La Loma, ni por los lugareños ni por la propia policía, como recuerda Joaquín Sabina viéndolos por las calles de su ciudad u oyendo algún comentario de su padre que, a la sazón, era inspector de policía en aquella ciudad

Dado que el homenaje no fue prohibido con la antelación suficiente, todo se puso en marcha para día 20, coincidente con el aniversario de la muerte del poeta el 22 de febrero de 1939, en Colliure (Francia). Aunque el grueso de los participantes debía llegar ese mismo día en autobús o en tren a la Estación de Linares-Baeza, otros muchos lo hicieron el día anterior y ocuparon el parador nacional de Úbeda, ubicado en la maravillosa plaza de El Salvador. La presencia de muchos “barbudos” y con un aspecto intelectual en Úbeda no pasó inadvertida en la capital de La Loma, ni por los lugareños ni por la propia policía, como recuerda Joaquín Sabina viéndolos por las calles de su ciudad u oyendo algún comentario de su padre que, a la sazón, era inspector de policía en aquella ciudad. Castilla del Pino recuerda que esa noche se dieron cita allí un centenar de personas que hasta la una de la madrugada pudieron oír al cantautor Raimon –poco conocido, pero cuya popularidad iba en aumento- que les deleitó desde las escaleras del edificio renacentista. Una velada agradable, como recuerda Caballero Bonald “entre discretas copas y pláticas abigarradas”. Todos pensaron que el homenaje sería un éxito y una gran fiesta antifranquista, aunque tampoco estaban absolutamente confiados, como comprobarían horas más tarde. 

El cantautor Ramón Pelegero Sanchís, “Raimon”.

Bibliografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (Coord.), La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas (1965-1981), Editorial El Páramo, 2012, pp. 103-115.
  • CASTILLA DEL PINO, Carlos, Casa del olivo, Tusquets, 2004, pp. 342-347.

  • CABALLERO CASTILLO, E.: Vivir con memoria, Editorial El Páramo, Córdoba, 2011, p. 370

  • CABALLERO BONAL, José Manuel, la novela de la memoria, Seix Barral, 2010, p. 748.

  • Diario El País, 31.3.2011, la crónica, en edición digital “La errante y azarosa vida de un busto de Machado prohibido hace quince años y arrinconado en un desván”.

  • Entrevista a Bernabé López García, en Fondo Oral CCOO de Andalucía.

  • Entrevista a Joaquín Martínez Sabina, en Fondo Oral CCOO de Andalucía.

Alfonso Martínez Foronda. Licenciado en Filosofía y Letras, profesor de Secundaria e históricamente vinculado al sindicato CCOO, en el que ocupó distintas responsabilidades, como investigador ha profundizado en el movimiento obrero y estudiantil.

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