Centena, centenar, ciento o cien. Señala la wikipedia que "Centena" es la agrupación de 100 caracteres, objetos o cosas; que, matemáticamente dicho, se refiere a 100 unidades, es decir cien veces uno, expresado como 100x1=100. Pues eso, que trasladado a estas Reflexiones del por Venir, son cien reflexiones, cien post,  en definitiva, cien encuentros con las amables personas que lean mis opiniones, en este generoso medio que me ofrece sus amplias ventanas para asomarme a la actualidad que nos rodea.

Fue el 7 de mayo de 2015 la primera vez que me asomé por aquí. Fui de los primeros en sumarme a la aventura de un nuevo medio digital en Granada, El Independiente de Granada. Una aventura nunca bien valorada ni ponderada por lo que de heroica puede llegar a ser. Pero una aventura compartida, deseadamente compartida, gozosamente compartida, libremente compartida. Con tanta gente que anhela libertad, debate, razonamiento, diálogo, democracia y pluralidad. Y que rechaza autobombo, eslogan, autosatisfacción, encorsetamiento y florituras. Por muy adornadas que vengan.

'Cuatro años no son nada o son mucho. Ha sido un periodo lleno de acontecimientos dignos de ser comentados y analizados. La vida política está en ebullición, sigue en ebullición y sigue ofreciendo material para vivirlo y diseccionarlo'

Cuatro años no son nada o son mucho. Ha sido un periodo lleno de acontecimientos dignos de ser comentados y analizados. La vida política está en ebullición, sigue en ebullición y sigue ofreciendo material para vivirlo y diseccionarlo. Hablaba en el primer post del 7 de mayo de hace cuatro años de un tiempo político que ofrecía evidentes síntomas de agotamiento. Síntomas reales y metafóricos, perceptibles o intuibles, evidentes y sorprendentes. Un tiempo agitado y cambiante, con verdades que duran un segundo y mentiras que se estiran meses y años. Con debates que se pretenden cerrar en un santiamén y con imposturas que se creen inmunes al paso del tiempo. Cuatro años en los que he dejado mi reflexión, sin más condicionante que el adecuado uso de la lengua castellana y dejar abierto el portillo suficiente para que cupiera la sana, deseada y democrática réplica, siempre enriquecedora.

Sin disimular, ni pretenderlo, qué pienso y en qué creo; contra qué lucho y qué apoyo. Huyendo de la comodidad, como hace el medio que cobija mis reflexiones, que supone (eso dicen) la equidistancia y la calculada ambigüedad, que nunca jamás son tales, aunque en este caso, sí lo pretendan. Pero procurando no perder de vista que la mera repetición y reiteración argumental empobrece las visiones, y no deben caber en lo que se viene a denominar "columna de opinión". Como decía mi abuela, "para ese viaje no se necesitan esas alforjas". Lícita es la repetición argumental, pero no ha de buscarse en un medio cuyo lema es "Alguien tiene que contarlo", ni en las personas que en él colaboramos.

De modo que, sin prisas pero sin pausas, y con el permiso de la autoridad competente, iremos acumulando nuevas unidades a esta hermosa centena, que ha venido a coincidir con los primeros cuatro años de nuestro Independiente. Que ustedes lo sigan leyendo¡