La campaña de Sebastián y el PP
En algunas reflexiones anteriores me he referido a la curiosa circunstancia que muy posiblemente se produciría en Granada si se confirmaba lo que era un rumor a voces. Que Sebastián Pérez superara todos los "trámites" y se confirmara su candidatura a la alcaldía de nuestra ciudad por el PP. Curiosa por el hecho de que dicha candidatura y la posterior precampaña (ya parece que ha sido inaugurada ) y campaña (se ha anunciado que coincidirá estrictamente con el periodo legal de 15 días) vendrían acompañadas de un cínico, aunque no por ello menos asombroso, ejercicio de amnesia política que procurara borrar el importantísimo papel desempeñado por el señor Pérez en los 13 nefastos años de gobierno del PP en Granada.
Curiosa por el hecho de que dicha candidatura y la posterior precampaña y campaña vendrían acompañadas de un cínico, aunque no por ello menos asombroso, ejercicio de amnesia política que procurara borrar el importantísimo papel desempeñado por el señor Pérez en los 13 nefastos años de gobierno del PP en Granada
Mencionaba en las citadas reflexiones anteriores que para el máximo dirigente provincial del PP, senador y sobre todo, poderoso ex-teniente de alcalde de la ciudad de Granada durante los 13 años de gobierno de su Partido, señor Sebastián Pérez, el lodazal de corrupción y de prácticas dañinas y perjudiciales para el interés público en que convirtieron Granada durante sus mandatos, era sólo una cuestión con "tufillo" electoralista sin mayor importancia. Así lo ha manifestado públicamente en más de una ocasión, al parecer sin inmutarse, como única explicación al vendaval de casos que se amontonan, uno tras otro, sobre el negro escaparate judicial que ya constituye la gestión del PP en nuestra ciudad.
Ni el desastre urbanístico ni la ruina económica y patrimonial provocada en Granada parecen perturbar el ánimo del señor Pérez ni de su equipo dirigente. Nada de toda la desastrosa herencia producida por el PP merece la menor explicación, ni siquiera piadosa justificación por parte del presidente provincial del PP, al parecer, decidido a continuar la carrera electoral, como si fuera "nuevo" en estos menesteres. Desde el acceso a la alcaldía del PSOE en Mayo de 2016, llevamos conociendo, prácticamente sin pausa, que en las causas judiciales abiertas por asuntos urbanísticos aparecen informes periciales que acreditan la existencia de graves perjuicios económicos para la ciudad de Granada, además de constatar irregularidades flagrantes e incumplimientos legales. Hechos que han provocado nuevas citaciones judiciales y la imputación de nuevos delitos a quien fuera Concejal de urbanismo y compañera Tte. Alcalde del señor Pérez, además de a altos cargos municipales. También los actuales concejales del PP en el Ayuntamiento (recordemos que el señor Pérez tuvo que huir de dicha responsabilidad) continuarán imputados debido a su "clara participación" en los hechos investigados.
Ni el desastre urbanístico ni la ruina económica y patrimonial provocada en Granada parecen perturbar el ánimo del señor Pérez ni de su equipo dirigente
Es lamentable que las granadinas y granadinos tengamos, permanentemente, que recordar los penosos acontecimientos de abril de 2016, que culminaron con la salida (escoltado por las Fuerzas de Seguridad) de Torres Hurtado de la Alcaldía, y las dimisiones de Isabel Nieto y del propio Sebastián Pérez. Y más lamentable aún que tengamos que asistir a una "puesta de largo" electoral, sin que nadie del PP se ponga colorado o colorada de vergüenza al pretender aparecer ante la ciudadanía como adalides de no se qué medidas regeneradoras o propuestas de mejora de la ciudad, cuando tan lacerante es el conocimiento público y notorio de su herencia municipal.
Parece que esa es la campaña que nos espera. Un continuo intento de lavar una cara para lo que no existe detergente suficiente en toda Granada. Es innegable que las campañas electorales deben versar sobre las propuestas y las soluciones que ofrece cada opción política, así como en el debate sobre la gestión realizada por cada una de éstas en un periodo reciente. Se dice, y con razón, que eso es lo que espera la ciudadanía de sus representantes políticos. Pero es igualmente innegable que dichos debates no pueden aislarse de un exhaustivo conocimiento de las consecuencias que ha tenido y tiene sobre la vida de Granada, una determinada manera de gestionar los intereses generales (es un decir) por una determinada fuerza política, representada por una candidatura que tanto ha tenido que ver con esas desastrosas consecuencias. Sobre todo cuando dicha candidatura pone tanto énfasis en escabullirse de su innegable responsabilidad en aquella gestión.
Ni sería responsable con Granada, ni sería responsable con su institución municipal, ni desde luego lo sería con las gentes que van a depositar su voto el próximo 26 de mayo, abordar la campaña electoral pasando página de una de las etapas más negras y mas dañinas que se han conocido en nuestro Ayuntamiento.