Granada rastrea la huella del franquismo en sus calles para eliminarla
"La exhibición pública de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones, como el callejero, inscripciones y otros elementos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública, realizados en conmemoración, exaltación o enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial, se considera contraria a la Memoria Democrática de Andalucía y a la dignidad de las víctimas".
Así lo establece la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, que recoge la obligación de las administraciones públicas de adoptar las medidas necesarias para la retirada o eliminación de esos símbolos. En Granada, una comisión técnica creada por el Ayuntamiento trabaja ya para dar cumplimiento a la ley aprobada en abril del pasado año.
La comisión, en la que están representadas la Universidad de Granada, la Junta de Andalucía y asociaciones memorialistas, además del propio Ayuntamiento, se constituyó en febrero y se reunió por segunda vez a mediados de marzo, según explica a El Independiente de Granada la teniente de alcalde y responsable del área de Presidencia, Ana Muñoz. Su objetivo: repasar todo aquello que pueda contravenir la ley, desde nombre de calles a elementos fascistas o de exaltación al régimen franquista.
La comisión trabajará "con todo el rigor y con seguridad jurídica"
Para ello el primer cometido ha sido la revisión del callejero y sus en torno a 2.500 vías. Los elementos detectados se analizarán con rigor científico, de ahí la importancia de que la UGR esté presente en este trabajo, destaca Muñoz, que incide en que las conclusiones de esta comisión tendrán una base "rigurosa" y un informe que justifique por qué esas calles o insignias contravienen la Memoria Democrática andaluza. "Con todo el rigor y con seguridad jurídica", enfatiza la teniente de alcalde que adelanta que ya hay una veintena de calles detectadas.
Las calles que aún reflejan la huella del franquismo están localizadas fundamentalmente en dos zonas de la ciudad: las barriadas de La Cruzada y Santa Adela, en el Zaidín, y Cercado Bajo de Cartuja. Fuera de esos dos grandes núcleos también se somete a estudio la calle Rector Marín Ocete, que firmó el expediente de expulsión de la UGR de Jesús Yoldi, profesor universitario que fue alcalde de Granada en la II República, que fue asesinado.
Los vestigios franquistas no permanecen únicamente en las vías. Inexplicablemente hay centros públicos que aún conservan nombres ligados al franquismo y espacios que sonrojan. Entre estos últimos se encuentra el azulejo del Patio de Santiago en el Cementerio de Granada dedicado a "los caídos por Dios y por la patria". Entre los centros públicos figura el Colegio de Infantil y Primaria Gallego Burín, que toma el nombre del alcalde franquista. En este último caso hay otra Administración, la educativa, que debe participar en la decisión.
CEIP Gallego Burín, en la capital. p.v.m.
La comisión debe analizar cada uno de esos nombres y emitir informes para determinar si deben ser retirados. Hay casos que no suscitan duda alguna, pero otros sí que generan debate. De ahí la importancia de los informes que sustentarán las decisiones, cuya importancia coinciden en resaltar todas las fuentes consultadas por este diario para elaborar esta información.
La creación de esta comisión técnica da cumplimiento a una moción presentada por Izquierda Unida que fue aprobada en pleno en abril del pasado año. La moción salió adelante por 12 votos a favor, los que sumaban en ese momento PSOE, Vamos Granada e IU, 4 abstenciones de Ciudadanos y 11 votos en contra de los concejales del Partido Popular.
El portavoz de IU en el Ayuntamiento de Granada, Francisco Puentedura, recuerda que la ley andaluza fija un plazo de 18 meses para la retirada de estos símbolos, y subraya que la moción se presentó con ese plazo como referencia con el objetivo de que la ciudad fuese "adelantando trabajo". Por ello lamenta que la comisión no se haya constituido hasta febrero de este año.
"Cualquier referencia al régimen no democrático que supuso represión, tortura y asesinatos no puede estar, debe ser retirada"
El concejal sí hace hincapié, en una conversación con este diario, en el hecho de este grupo de trabajo tenga carácter técnico, para apoyar con informes históricos y jurídicos las decisiones. No obstante, resalta que "cualquier referencia al régimen no democrático que supuso represión, tortura y asesinatos no puede estar, debe ser retirada". "Hay que cumplir la ley y no dar tantas vueltas" con algunos debates, como la retirada de la inscripción a José Antonio Primo de Rivera en la fachada del Sagrario, añade el edil. De ese rótulo el Arzobispado ya ha eliminado el color rojo que lo resaltaba, pero el concejal recuerda que la Delegación de Cultura de la Junta aún no ha emitido el informe sobre la manera de eliminarlo por completo.
Y con esa reflexión y el hecho de que la mayoría de las calles y vestigios franquistas que aún quedan en la ciudad "estén más que detectados", pide "agilidad" para cumplir la ley.
Una parte importante de este foro de trabajo lo constituyen las asociaciones memorialistas. El presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael Gil Bracero, en declaraciones a El Independiente de Granada pone el acento también en que "lo que se hace es cumplir un mandato legal". Es un trabajo "positivo", que se está haciendo también, recuerda, en otros ámbitos. Hay comisiones similares impulsadas por la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía. "Tanto el Ayuntamiento, como la Diputación y la Junta están haciendo los deberes", destaca.
Gil Bracero recuerda que desde la Transición se han ido revisando emblemas y modificando el nombre de calles. Varios centenares en la capital, precisa resaltando ese trabajo ya hecho.
De las conclusiones a las que llegue este foro municipal considera fundamental realizar una labor de divulgación para explicar el porqué del cambio, qué significó en su momento su nombre y por qué no debe conservar esa simbología. Pone como ejemplo La Cruzada o Santa Adela, barriadas obreras donde "la lectura de la simbología de la estructura de sus calles refleja quién mandaba".
En la comisión trabaja también la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación. La asociación, cuyo portavoz es Francisco Vigueras, ha presentado una amplia propuesta que recoge cerca de cincuenta propuestas. A las calles mencionadas añade otras vías que inducen a confusión, como Varela en el Realejo, que no está dedicada al general franquista, o la calle Obispo Hurtado. Es una propuesta de máximos, que no deja pasar tampoco a las cofradías que mantienen títulos honoríficos a Franco o Fraga, y espacios como el Patio de Santiago del cementerio.
Consulta la propuesta íntegra presentada por la VJR Granada en los siguientes enlaces:
- Propuesta VJR Granada sobre símbolos franquistas
- Informe VJR Granada sobre lugares Memoria Histórica
- Informe VJR Granada sobre distinciones
Ampliar los Lugares de la Memoria y dignificarlos
La retirada de los elementos franquistas de las calles no es el único objetivo de esta comisión, que también se centrará en la posibilidad de ampliar la declaración de Lugares de la Memoria. Ahora tienen esa consideración la puerta de la antigua cárcel provincial, o las tapias del cementerio de Granada, donde fueron asesinadas miles de víctimas y junto a las que el pasado verano se inauguró un memorial en su homenaje.
Puerta de la antigua prisión provincial, declarada Lugar de la Memoria. p.v.m.
Hay consenso sobre nuevos espacios que deben ser protegidos como parte de esa Memoria Democrática: la que fuera cárcel de mujeres durante los años de la represión franquista, el Convento de San Gregorio, en el Albaicín, o el antiguo Cuartel de las Palmas, en el Realejo.
Por el primero pasaron muchas mujeres que fueron asesinadas por los golpistas. Acceder a la Iglesia del Convento en la que aguardaban que llegara ese momento, en colchones apilados sobre el suelo, impresiona. El Cuartel de las Palmas, en la Cuesta de Escoriaza, fue un centro de tortura y represión. Donde se llevaron a cabo semejantes prácticas existe hoy un parque público.
Iglesia del Convento de San Gregorio, que acoge aún hoy una orden de religiosas. p.v.m.
Entrada al antiguo Cuartel de las Palmas, hoy un parque público en uno de los accesos al Realejo. p.v.m.
Antonio Bernardo Espinosa Ramírez y Yael Guilat resumieron en un artículo publicado en El Independiente de Granada investigaciones que han presentado en congresos internacionales en las que reivindican lo hecho por las primeras corporaciones democráticas en Granada y plantean el debate de si es preferible eliminar pequeños testigos del pasado franquista o que la ciudad sea un libro abierto que nos permita leer su historia.
Puedes leerlo en el siguiente enlace: