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DOSSIER: HISTORIA DE LA SANIDAD GRANADINA (I Parte)

Del Maristán al Hospital del PTS: siete siglos de Medicina que ha prestigiado a Granada

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 28 de Julio de 2019
Recuperamos este excepcional reportaje de Gabriel Pozo primera parte de los tres dedicados a la historia de la sanidad en Granada: siete siglos que han prestigiado la ciudad. En esta primera parte, desde el primer hospital, el Maristán, a las faldas de la Alhambra, -que la Junta anunció recientemente que procedía a su rehabilitación, a la sanidad morisca- y el primer hospital cristiano.
Los restos del Maristán, a las faldas de la Alhambra.
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Los restos del Maristán, a las faldas de la Alhambra.
Granada fue la primera ciudad de Al-Ándalus que contó con un hospital, el Maristán. Tuvo una prestigiosa escuela de ciencias médicas en época islámica, la Madraza. Esa tradición médica y botánica musulmana la recogió la Universidad a partir de 1522, con la creación de la Facultad de Medicina. Cinco han sido las sedes de esta Facultad en los últimos 500 años. Los Reyes Católicos fundaron varios hospitales en el siglo XVI; las órdenes religiosas siguieron su iniciativa. El prestigio de la Medicina y los médicos de Granada han sido envidiados por los profesionales de esta disciplina. En las épocas doradas de la Facultad todo futuro doctor deseaba estudiar aquí. Granada es sinónimo de Salud. Una muestra: el 10 por ciento de los miembros de la Real Academia Nacional de Medicina (RANN) proceden de la UGR.
Llevamos algo más de medio año de quejas y movilizaciones sobre el sistema sanitario público de Granada. Las pésimas noticias sobre la presunta mala Sanidad de Granada han trascendido las fronteras locales. Los medios de comunicación nacionales  ya se han hecho eco sin saber muy bien qué enfoque darle. Es indudable que la supuesta mala salud hospitalaria granadina ha empeorado a ojos de foráneos. Eso no se puede negar: listas de espera que se alargan, cierto caos por no saber adónde acudir, desorientación de paciente, desconcierto del colectivo de profesionales de la salud, etc.

Pero de ahí a opinar que “vaya mierda de sanidad que tenéis en Granada” hay mucho trecho. Esa expresión me la ha dicho un familiar de Cataluña (¡precisamente de Barcelona, que viene regularmente a llevarse un arsenal de medicinas!). Por ahí sí que no paso, primo. Unas disfunciones de tipo administrativo, con crasos errores de bulto por la parte político-gerencial, unidas a cierto grado de soberbia y falta de diálogo, no pueden salpicar a la SANIDAD, con mayúsculas, de Granada. Esta ciudad fue pionera en establecer un sistema sanitario, de salud, de centros de enseñanza y de médicos desde hace ya ocho siglos. O quizás aún más tiempo. El prestigio médico secular de Granada no se puede enmierdar en un rato.

El Maristán, Primer Hospital

Granada tuvo en época islámica, nazarí para más señas, el primer y único hospital de que se tiene referencia de todo Al-Andalus. Se llamaba Maristán y lo más probable es que fuese una copia del situado en El Cairo.

Un poquitín antes, hacia 1120-1147, ya había en el barrio judío de Granada (actual Realejo) unos afamados médicos a cuya casa viajaban enfermos de África y reinos cristianos en busca de curación. Se llamaron Samuel (padre) y Yehudá ibn Tibón (hijo). Pero tuvieron que huir a la llegada de los Almohades para recalar en el Sur de Francia, donde sus descendientes crearon la Facultad de Medicina de Montpelier.

Esa tradición judía, muy diferente a las dañinas flebotomías que desangraban a los enfermos cristianos, las recogieron médicos nazarita y la practicaron en el Maristán de Granada. Aquel primigenio hospital estaba situado en la ruina de solar que hay entre el Convento de la Concepción y la Carrera del Darro. Lo mandó edificar el rey de Granada en el año 1365. Era un edificio porticado de dos plantas, rectangular, con alberca en el centro del patio; tenía dos leones de piedra enfrentados en sus lados largos que escupían agua por sus bocas. Esas fuentes leonadas estuvieron muchos años cumpliendo la misma función en el estanque del Partal. Hoy ya los guardan en el museo de la Alhambra. Es uno de los pocos restos que han quedado del primer hospital de Granada, el Maristán. Hoy el edificio ya no existe.

Recreación de la fachada principal del Maristán. www.legadonazari.blogspot.com.es

Es sumamente lamentable el destino que tuvo el Maristán. Y el que continúa teniendo en 2017, justo treinta años después de que la Junta de Andalucía se hiciera con sus restos, lo declarase bien de interés cultural (BIC) y lo convirtiera en una escombrera llena de ratas. ¿Por cuánto tiempo seguirá así?, querido Pepe Vallejo. (Hace tres años lo criticabas, hoy tienes mando en el Ayuntamiento. A ver si puedes hacer algo).

Entre 1367 en que se acabaron las obras y 1502, el Maristán funcionó como hospital. Los médicos curaban allí a los enfermos de la época, en sus salas y sus 64 minúsculas habitaciones. Pero la primera revuelta de mudéjares y su paso a moriscos se lo llevó por delante. El Maristán pasó a ser Casa de Moneda; ahí empezaron las primeras modificaciones de su estructura para adaptarla a fábrica de metales. Hacia 1660 la ceca pasó a fabricar sus monedas en la misma Alhambra, para lo cual el antiguo hospital no servía. Un tanto desfigurado, la Corona lo vendió a un particular.

Pasó por varias manos privadas hasta 1742, en que sabemos era propiedad de los frailes Trinitarios del Convento de Belén. Ese año lo adquirió un bodeguero y transportista, José Merchante, que lo adaptó a sus necesidades, incluyendo la introducción de grandes tinajas.

Un siglo justo transcurrió siendo bodega, cuadra, almacén, cuartel-presidio y casa de vecinos. Llegamos a 1843, año en que la ruina era tal que el Ayuntamiento autorizó su demolición a cachos. Poco quedaba ya del esplendor de tiempos pasados: la fachada con filigranas estaba deteriorada, la alberca cegada de escombros, las piezas más artísticas arrancadas… casi un metro de escombro se había acumulado en el solar por encima de la solería original. Menos mal que hubo dos personas que, al menos, tuvieron la precaución de hacer unos dibujos para la posteridad: fueron Juan de Dios de la Rada (fachada y portada) y el arquitecto F. Enríquez (esquema idealizado de sus mejores tiempos).

La demolición no fue total, quedaron algunas partes en las caras este y sur. Siglo y pico después, hacia 1984, las protestas vecinales consiguieron paralizar un proyecto para levantar un bloque de modernos apartamentos; allí, precisamente debajo de la Alhambra y flanqueado por la Casa de Zafra, el  Convento de la Concepción y el Bañuelo. Las presiones llamaron la atención de la novísima administración autonómica, la Junta de Andalucía, que había recibido las competencias en el cuidado del patrimonio. En 1987, justo 30 años atrás, compró el solar y lo declaró BIC. Parecía inminente recuperar lo poco que quedaba y darle un uso. ¿Residencia para estudiantes al estilo de la Corrala de Santiago, Centro Cultural…? Hubo varias propuestas. Incluso la Universidad se interesó por ello.

Fachada y sección del Maristán. Archivo del Patronato de la Alhambra

Corrieron a encargar hasta seis excavaciones arqueológicas en aquel cascajal de casi dos metros sobre el patio de 1357. La última en el año 1999. Incluso la Fundación Aga Khan se interesó en ayudar a recuperar, reconstruir, hacer una réplica del Maristán… lo que conviniese. Estudiosos del CSIC hicieron varias propuestas con bastante sentido. Pero al final todo se quedó en construirle encima una estructura con vigas de acero, tejado de chapa y olvidarse del asunto. Hasta hoy.

En ese ruinoso, lamentable y vergonzoso estado continúan los restos de lo que fuera el primer hospital público de Granada hace casi ocho siglos. ¿Estaría así de haber caído en la Barcelona de mi primo?

Sanidad morisca y primer hospital cristiano

La población morisca que habitaba mayoritariamente el Albayzín y Axares acudía a los médicos en el Hospital General de Moriscos que fue habilitado en la Plaza del Abad, muy cerca de la iglesia del Salvador, casi enfrente del Convento de las Tomasas. No tenemos noticias ciertas de las características ni del tiempo que permaneció abierto aquel dispensario, pero no debió llegar al siglo XVII.

También tenemos referencias a que funcionaba por aquella época otro pequeño hospital, llamado de Peregrinos, en la Calderería, justo tres casas por encima de la antigua ubicación del Pilar del Toro.

Hospital Real, sede del Rectorado de la UGR. commons.wikimedia.org 

Conocemos que la sanidad privada por aquel siglo XVI era aplicada por médicos formados en la Madraza islámica. La inmensa mayoría de médicos de Granada eran de origen musulmán o recién convertidos al cristianismo. Cobraron fama debido a su buena formación en la Escuela de Física o Medicina de la antigua universidad arábiga.

Hay referencias a que curaban en pequeños despachos de la Alcaicería, donde los médicos atendían otros múltiples oficios relacionados con las letras. Ese fue el caso de Alonso del Castillo y Miguel de Luna, famosos médicos/traductores (los inventores de los Libros Plúmbeos) que tenían alquilada una minúscula consulta en el mercado de sedas en torno a 1550. El primero de ellos estuvo en El Escorial haciendo otros trabajos para Felipe II y dejó rastros como magnífico médico islámico entre galenos cristianos.

Para principios del siglo XVI granadino, los Reyes Católicos habían decidido importar el modelo sanitario castellano. Decidieron levantar en Granada varios hospitales, el primero de ellos Hospital Real. En 1504, Isabel y Fernando destinaron una importante suma para curar y alojar a enfermos, pobres y peregrinos. Por entonces, los ricos eran atendidos en sus casas, también morían en ellas. La nobleza de los materiales con que está construido ha sido la garantía de que haya llegado a nuestros días en mejores condiciones que las que tuvo en el siglo XVI.

El Hospital Real ha pasado por muchos avatares, todos ellos relacionados con la sanidad y la asistencia social: hospital de sangre, residencia de enfermos, maternidad, hospicio de ancianos, casa de locos, etc. Llegaron a especializarlo en el tratamiento de la sífilis en tiempos de la Guerra de la Independencia. Hasta que en el último tercio de siglo XX dejó de tener funcionalidad y pasó a Rectorado de la UGR.