El retraso del metro a finales de 2016, otro revés para las infraestructuras
Corría el verano de 2007, las obras del metro habían comenzado en marzo de ese año en el tramo entre Albolote y Maracena, y la entonces consejera de Obras Públicas, Concha Gutiérrez, prometió que el metro de Granada estaría acabado “en cuatro años”, antes de las elecciones de noviembre de 2011.
Desde entonces el metropolitano, al igual que otras infraestructuras de la provincia como el AVE o las autovías (A-44, A-7, segunda circunvalación...) ha ido sufriendo retraso tras retraso. Tras 2011 se instauró 2012 como el año oficial para poner en marcha el nuevo transporte, pero entonces llegó la crisis, los impagos de la Junta a las empresas constructoras..., a lo que había que añadir el constante desencuentro entre Junta y Ayuntamiento sobre el trazado de los tramos para frenar aún más los trabajos.
Hasta ayer, la última de esa larga lista de fechas anunciadas e incumplidas para que comenzara a funcionar el metro era finales de este año 2015, al menos para el tramo de Albolote hasta Granada. Así lo dijo el pasado marzo la anterior consejera de Fomento y Vivienda, María Jesús Serrano, quien garantizó que no habría más retrasos.
Pero ayer el nuevo consejero del ramo, Felipe López, añadió un año más y anunció que el metro no estará operativo hasta finales de 2016. Lo dijo justo antes de reunirse con los alcaldes de los municipios por donde pasa la infraestructura (Granada, Armilla, Maracena y Albolote), para informarles de las últimas novedades y como primera toma de contacto con ellos como consejero.
Muchos flecos por cerrar
Según explicó López, la obra civil terminará a finales de este año. Pero hasta abril de 2016 no estarán implantados los sistemas asociados a la infraestructura (seguridad y control, señalización, energía...). También hay que licitar la explotación comercial del metro, que iniciará la Junta a partir de septiembre con un largo proceso administrativo "obligado", dice el consejero, porque, por ejemplo, la licitación tiene que estar 52 días publicada en el Boletín Oficinal de las Comunidades Europeas, aparte de otros plazos legales.
La empresa que se haga con la explotación, en torno a la primavera de 2016, tiene que seleccionar el personal -100 empleados trabajarán en el metropolitano, anunció López-, hacerse con la gestión de la infraestructura y realizar las pruebas reales del metro, como si llevara viajeros en todo su recorrido, con sus horarios y paradas. Y hay que hacer trabajos complementarios para recomponer la trama urbana en las zonas afectadas por las obras, aunque el consejero dice que son obras compatibles con el funcionamiento del tranvía.
De forma que Felipe López situó la puesta en marcha del metro "en el último cuatrimestre de 2016" y descartó que se haga por tramos. El metropolitano empezará a funcionar en todo su recorrido, de Albolote a Armilla, a la vez. López no quiso valorar este nuevo retraso respecto a lo que dijo en marzo su antecesora, pero para el nuevo consejero, una demora "de tres o cuatro meses", según calculó él, "es una anécdota".
Sin embargo, la “anécdota” significa que la infraestructura, una vez que sea operativa, y si no se producen más retrasos, acumulará nueve años y medio de trabajos, más de dos legislaturas, casi una década. La demora anunciada por López supera incluso la augurada por el PP hace dos semanas, que calculaba para mitad de 2016 la puesta en marcha del metro tras oír la comparecencia del consejero en el Parlamento andaluz. La parlamentaria Ana Vanessa García sugería “analizar si una obra como esta ha tenido una duración similar en algún otro lugar del mundo”.
Lo cierto es que el nuevo retraso supone otro varapalo más en un momento especialmente delicado para las infraestructuras de transportes de la provincia, que ve perder conexiones de tren, como la de Barcelona, aviones con Madrid, que aún espera que se terminen autovías y que llegue un AVE -con nuevas demoras- que partirá en dos el barrio de La Chana, que espera aún el término de autovías, y que sigue sin ver solución a problemas como los accesos al centro Nevada y PTS, que colapsarán ese entorno de forma inminente.
El metro de Granada ha ido viendo pasar hasta ocho consejeros de la Junta responsables de la infraestructura. Los consejeros se fueron, las obras seguían. Primero fue Concha Gutiérrez, con quien se inició el proyecto, que prometió la puesta en marcha del tranvía para 2011. Le sucedió Luis García Garrido, en 2008, que mantuvo 2011 como año de finalización. Mar Moreno fue la siguiente, aunque por poco tiempo. Volvió Luis García y después Rosa Aguilar, quien se encargó de arreglar los desencuentros con el alcalde por el trazado del metro en el Zaidín y fijó la puesta en marcha del tranvía para 2012. La siguiente responsable, Josefina Cruz, mantuvo al principio el término de las obras en 2012, pero después los impagos a las empresas constructoras y la consiguiente ralentización de los trabajos hizo que a final de 2011 Cruz fijara el horizonte de la puesta en marcha en 2013. Elena Cortés, consejera por IU, añadió a mitad de 2012 un año más al retraso, es decir, el metro no estaría acabado hasta 2014. Su sucesora, María Jesús Serrano, para 2015, y ahora, el último consejero, para no ser menos, nos "regala" un año más, para 2016.
Lo que tampoco se sabe es la tarifa que tendrán que pagar los usuarios por viajar en el metro, aunque el consejero aseguró que el precio rondará "lo que cuesta un billete de transporte público normal", sin entrar más en detalle. La previsión de viajeros para el primer año es de 12,6 millones, según informó la Junta en una nota.
Felipe López dijo que, aunque la explotación del metro corra a cargo de una empresa privada, el control de la infraestructura será "publico al 100%", por lo que la concesión afectará únicamente a la gestión del servicio, debido a que "la estructura administrativa de la Junta no puede crecer más" por cuestiones presupuestarias y de cumplimiento del déficit público.
López se congratuló de que el nuevo sistema de transporte metropolitano de Granada haya sido considerado como "Gran Proyecto" por la Unión Europea, lo que supone un "respaldo a través de Fondos Feder", cuantificado en casi 263 millones de euros, que servirán a la Junta para recuperar parte de la inversión realizada en estos años y también para anticipar parte de los créditos que se pidieron al Banco Europeo de Inversiones (BEI).
El consejero, cuarto por la izquierda, con ediles de los municipios por donde pasa el metro. M. Rodríguez
La financiación del metropolitano, que ha soportado exclusivamente el Gobierno andaluz, conjugó en una primera fase, hasta 2011-2012, recursos presupuestarios directos, hasta 214 millones de euros y, en una segunda fase financiación bancaria hasta los 558 millones de euros previstos en el plan económico-financiero.
Por tanto, la subvención otorgada por la UE, que es la de mayor importe recibida hasta la fecha para una sola infraestructura de la Consejería de Fomento, dice la Junta, contribuye, de un lado, a recuperar la práctica totalidad de los recursos presupuestarios anticipados por la Junta hasta 2012 y, por otro, a amortizar anticipadamente hasta el 10% del crédito BEI.
Según el consejero, “esta decisión de la UE resalta las ventajas de este proyecto en términos de implantación de un transporte rápido, fiable y accesible, así como sus beneficios en la reducción de emisiones contaminantes y acústicas, y de su capacidad transformadora en términos urbanos y de articulación del área metropolitana”.
Obras de reurbanización
El titular de Fomento y Vivienda informó a los alcaldes de las obras de reurbanización que restan en los ejes viarios paralelos al trazado de metro por estos municipios, por los que se canalizaron los desvíos alternativos de tráfico durante la ejecución de la infraestructura. Estas actuaciones, que incluyen la reposición de sendos colectores, se llevarán a cabo en la calle Argentina de Maracena, con un presupuesto de 1,2 millones de euros, idéntica inversión que se aplicará a la calle Alhambra, en Armilla.
En la capital, tal y como recoge la adenda al convenio de colaboración firmado en octubre de 2014 con el Ayuntamiento de Granada, las obras consisten en la reurbanización del eje entre la calle Palencia y Arabial, cuyos trabajos se licitarán tras el verano, con un presupuesto de 4,5 millones de euros.