El Observatorio de la Sostenibilidad pide limitar los regadíos para luchar contra el cambio climático
El informe de 2017 que acaba de publicar el Observatorio de la Sostenibilidad (OS) es contundente: “El actual desgobierno del agua respecto a pozos ilegales, vertidos, falta de reutilización de aguas y falta de depuración con niveles adecuados de calidad en muchas zonas hace que el sistema hídrico de soporte a la vida pueda colapsarse”.
Y en su evaluación en la que destaca que “las restricciones al riego se multiplican en todas las cuencas, con graves efectos sobre las explotaciones agrarias, y aunque no ha habido grandes cortes en el abastecimiento urbano en medianas y grandes ciudades”, advierte de que las restricciones en el suministro de agua a la población “podrían producirse en el futuro inmediato si se mantiene la situación actual”.
El informe del OS, como los que realiza desde 2015, son elaborados por un cuadro técnico de profesionales procedentes de diferentes ámbitos del conocimiento, como la sociología, ecología, ingeniería, economía… supervisados por un Comité Científico de apoyo de alto nivel.
“La falta de contención de la demanda producida por el aumento de regadíos, el incremento de la superficie urbana y los millones de turistas y visitantes, unidos a las periódicas situaciones de escasez de lluvias del clima mediterráneo y a los efectos acumulativos de las malas prácticas en la gestión de nuestros sistemas hídricos, han situado al país en una situación de crisis de extraordinaria gravedad respecto al agua”.
El informe cree que una vez sobrepasados unos umbrales críticos de insostenibilidad, las medidas planteadas deberían acometerse de manera urgente
Además, en los últimos meses, con un 30% menos de precipitaciones y a pesar de mantenerse la sequía, no se están gestionando los caudales y los consumos con la imprescindible prudencia que aconsejaría hacerlo; por ello, el Observatorio de Sostenibilidad eleva una serie de demandas a los agentes implicados en la gestión hídrica, aunque reseña que “ muchas de estas medidas ya se tendrían que haber tomado hace meses e incluso años, pero aun asumiéndolo, el OS cree que una vez sobrepasados unos umbrales críticos de insostenibilidad, las siguientes tareas deberían acometerse de manera urgente”.
Entre ellas, reclama a las administraciones central y autonómicas que comiencen a iniciar en los regadíos “actuaciones de adaptación al cambio climático, reduciendo el conjunto de las superficies y de dotaciones, reprogramando los cultivos más apropiados para cada zona, y priorizando la importancia relativa de cada zona para hacer una reducción ordenada si la sequía empeora”.
Y ello tras detectar el sobredimensionamiento de los regadíos en España, que han aumentado en 2 millones de hectáreas en 50 años.
Andalucía. La superficie de riego es ligeramente superior a un millón de hectáreas, lo que supone un 20,8 por ciento del total de superficie agraria de la comunidad autónoma y un 28 por ciento del total de la superficie de regadío de España. Es decir: más de una cuarta parte de todo el regadío español está en Andalucía. Por supuesto es la primera comunidad por superficie de regadío.
Entre 1987 y 2016 la superficie de regadío se incrementó en un 58 por ciento, siendo la cuarta comunidad autónoma que más ha incrementado esa superficie desde ese año. El consumo de agua de esta superficie de riego es del 94 por ciento del total disponible. Es la comunidad que más porcentaje de sus reservas de agua destina al riego. Las pérdidas reales en los sistemas de suministro municipal son de del 19,6 por ciento, lo que significa 50 litros por habitante y día.
Las principales recomendaciones ante la grave situación existente, son dirigidas a las administraciones públicas y tienen que ver con la búsqueda de alternativas de abastecimiento a cada ciudad para tomar medidas en caso de persistir la sequía
Si quieres conocer con más detalles del informe del OS: