Mr. Marshall de Granadamerío
Estos ojos míos, cansados de tantas visiones, ya no van a ver la llegada del Mr. Marshall a Granada. Dicen que va a venir en tren. Dentro de quince, veinte o cincuenta años. Me da que para entonces estaré bastante calvo. Pero me pongo a la cola de la ventanilla.
Unos están proponiendo un monte Testaccio, largo como una serpiente. Envolverá bajo una bóveda de 9 metros las vías del tren. Parecerá una inmensa anaconda tumbada entre Villarejo y Bobadilla, con convoyes entrándole por el ano y escupiéndolos por la boca. En eso de soterrar en Granada somos maestros. Pregunten a los ríos Darro y Beiro. Incluso a la Acequia Gorda. Por cierto, ahora los modelnos los quieren desenterrar.
En la cola se han puesto primero los vecinos más cercanos a las vías, los de la Rosaleda. Con razón. Tienen la mosca detrás de la oreja porque se temen que el monte artificial les va a llegar al nivel de la tercera planta
En la cola se han puesto primero los vecinos más cercanos a las vías, los de la Rosaleda. Con razón. Tienen la mosca detrás de la oreja porque se temen que el monte artificial les va a llegar al nivel de la tercera planta. Pues sí, no se engañen, que al final los de una acera no conseguirán ver a los de enfrente. Mejor, así no tienen que correr los visillos por temor a perder intimidad.
En la cola también están los que quieren centros culturales y parkings en espiral. Y pisos, muchos pisos. No solo unas pastillitas en las esquinas, como hicieron en la Plaza de Toros. Al final será eso lo que más importa, una justificación para macizar aún más. Y otro pelotazo urbanístico.
A ver, el siguiente: ¿Usted quiere un hotel encima de la estación? Pues concedido. ¿Y ustedes? Un jardín colgante como los de Babilonia. Anoto, visto bueno. El de más atrás ya viene pidiendo un tranvía que llegue por lo menos a Santa Fe. Y ése, el de la cinta en el pelo y camiseta de ranner, seguro que plantea unas pistas polideportivas. No debe haberse enterado Marsá, porque no ha venido a pedir una ciudad deportiva.
Falta por entrar el que está amarrando la bici en la reja. Seguro que pide un velódromo. Todavía no han llegado los que quieren hacer un lago como el del Retiro (¿No había hecho otro el alcalde Cuenca en Bobadilla?). Tampoco se sabe nada de los caseteros y feriantes, que pedirán su cacho de recinto para el Corpus del mediodía y del día y medio. Tampoco el representante de la Universidad ha llegado, que esos siempre se apuntan a lo de pedir.
Esto cada vez se va pareciendo más a la ventanilla que montó Pepe Isbert en su ayuntamiento de Villar del Río. ¡Orden, orden!, no me alteren la fila. Que Pepita Sevilla va tomando nota de todo lo que quieren que les traiga Mr. Marshall, cuando llegue al pueblo
Esto cada vez se va pareciendo más a la ventanilla que montó Pepe Isbert en su ayuntamiento de Villar del Río. ¡Orden, orden!, no me alteren la fila. Que Pepita Sevilla va tomando nota de todo lo que quieren que les traiga Mr. Marshall, cuando llegue al pueblo. Forman, junto a Manolo Morán, el comité de visita a Madrid a entregar el pedido en casa del morillero del puto amo.
A ver si esta vez tenemos más suerte y el convoy del pucelano deslenguado no pasa de Ganadamerío a la velocidad de los americanos. Digo, de Villar del Río. Me temo que los ojos de la mitad de los granadinos no alcanzaremos a ver hecha realidad una obra tan costosa y compleja. Menos da una piedra: en esconder el Darro tardaron 435 años; y el Beiro, 58. Paciencia y buenos alimentos.
P.D. Oiga Ud., el de la ventanilla. Yo sólo pido un scalextric soterrado, para ir practicando. ¡Concedido!