opinión por José Luis Martos García Secretario General de la Sección Sindical de CCOO en la UGR

CCOO, a favor de la vuelta a las aulas en la Universidad de Granada

E+I+D+i - José Luis Martos García - Martes, 30 de Marzo de 2021
José Luis Martos García, secretario General de la Sección Sindical de CCOO en la Universidad de Granada, firma este artículo de opinión en la que defiende la vuelta de la presencialidad en la institución académica.
Aula en una facultad de la UGR antes de suspenderse las clases presenciales.
ÁLEX CÁMARA/EP ARCHIVO
Aula en una facultad de la UGR antes de suspenderse las clases presenciales.
  • Es hora de poner fin a la docencia virtual, que dura ya el equivalente a un curso académico, y que no garantiza un aprendizaje completo.

Hace seis meses la Junta de Andalucía decidió cerrar las aulas de la Universidad de Granada. Fue la respuesta a unas imágenes aparecidas en todas las televisiones durante el puente del 12 de octubre en las que grupos de personas se amontonaban en la calle Ganivet.  No eran estudiantes, pero ante el escándalo la Junta de Andalucía optó por imponer a la Universidad de Granada el cierre de sus aulas.

Desde entonces el alumnado de nuestra universidad no ha vuelto a pisar una clase (salvo para algunas prácticas). Incluyendo el confinamiento llevan ocho meses sin recibir docencia presencial. CCOO siempre ha considerado una barbaridad este cierre, más largo que el de cualquier otra universidad del país. No parece sensato que mientras los bares siguen abiertos y los autobuses llenos las aulas universitarias -en las que no se había producido un solo brote- estén vacías.

También ha supuesto una gran carga para el alumnado, que pasa sus mañanas y sus tardes delante de un ordenador. Y después del equivalente a un curso completo sin docencia en las aulas ya sabemos que, pese a todo este trabajo, el resultado no alcanza a ser el mismo

Para el profesorado universitario este cierre ha exigido un gran esfuerzo, intentando que alumnos y alumnas adquirieran desde sus casas los conocimientos pertinentes. También ha supuesto una gran carga para el alumnado, que pasa sus mañanas y sus tardes delante de un ordenador. Y después del equivalente a un curso completo sin docencia en las aulas ya sabemos que, pese a todo este trabajo, el resultado no alcanza a ser el mismo.

Por eso, CCOO ha defendido repetidamente la vuelta a las aulas, siempre con las máximas medidas de seguridad y prevención posibles. Y en el momento actual creemos que será beneficioso que el segundo semestre (aún queda más de la mitad) siga en presencial. Nuestros alumnos y alumnas necesitan recuperar cuanto antes una docencia integral y las medidas sanitarias serán suficientes para conseguir que, como a principios de curso, no se produzca en la UGR ningún brote. 

Por todas estas razones CCOO apoya la vuelta a las aulas el próximo 12 de abril. Habrá quien eche la culpa a la Universidad de cualquier rebrote de contagios que se produzca, como si mientras no ha habido clases presenciales no hubiesen subido las curvas de contagios.

¿Detrás de algunas defensas de la virtualización de la universidad no habrá una intención de reducir la inversión en el sistema universitario?

Para terminar, debemos preguntarnos por las intenciones (más allá del miedo, siempre disculpable) de quienes defienden la enseñanza virtual como la modernización de la universidad. CCOO considera que salvando la atención a quienes por alguna razón no pueden acudir a las aulas, que ya cubren las universidades a distancia, el resto de universidades debe seguir siendo presenciales. La calidad de la docencia es otra, y la interacción con el propio profesorado y con compañeros y compañeras constituye también un elemento esencial del aprendizaje. Las nuevas tecnologías son muy interesantes, y deben ayudar a la labor docente, pero en ningún caso deben sustituir la docencia impartida cara a cara en las aulas.

Por eso nos planteamos: ¿detrás de algunas defensas de la virtualización de la universidad no habrá una intención de reducir la inversión en el sistema universitario? Pensemos por un momento en el ahorro que supondría convertir la Universidad de Granada en una universidad preferentemente virtual: la UGR podría vender la mayor parte de sus edificios, podría prescindir del personal de limpieza, de conserjería, de mantenimiento, así como de gran parte del personal de administración. También de una parte de su profesorado, quedándose sólo con algunos profesores y profesoras (eso sí, los mejores, nos dirán) que, desde sus casas, darían las clases teóricas a todo el alumnado de una misma asignatura (y por qué no, la mayor parte de las prácticas). ¿Qué necesidad tenemos de una universidad con muchos metros cuadrados y 6000 trabajadores?  

CCOO quiere señalar el peligro que supone defender más y más virtualización de la universidad y por ello nos alegramos de que la Universidad de Granada haya tomado la decisión de volver a las aulas.

José Luis Martos García es secretario general de la Sección Sindical de CCOO en la Universidad de Granada.