Los cazadores se unen a agricultores y colectivos ciudadanos contra la megaplanta solar de Baza-Caniles
Los cazadores de la comarca de Baza se han puesto también en pie de guerra, junto a agricultores, ganaderos y la Plataforma Di No a las Torres, entre otros colectivos, en contra de la megaplanta fotovoltaica Ququima, que ocupará unas 700 hectáreas y que afectará a sus cotos privados de caza. El megaproyecto solar se encuentra actualmente en información pública.
Según informan el colectivo de cazadores en una nota, son seis los cotos afectados por la megaplanta solar entre los municipios de Baza y Caniles, en concreto: Las Yeseras, Cortijo Nuevo, Las Canteras, Cuevas del Sargento, Las Capellanías y Cantarranas, estos dos últimos con aprovechamientos tanto de caza menor como de caza mayor.
Se trata de cotos privados de caza en cuyos hábitats se crían y desarrollan especies como el conejo, la liebre, la paloma torcaz, codornices, perdices, ánades, zorro, etc. Y en cuanto a la caza mayor, el jabalí, incluso la cabra montesa.
El titular y presidente del coto Cuevas del Sargento (GR-11697), Félix Martínez, ha expresado su disconformidad con el proyecto Ququima, ya que el estudio de impacto ambiental "no hace ni alusión a la afección que tendrá sobre estos terrenos cinegéticos", afirma. El coto tiene una extensión de poco más de 300 hectáreas y la central fotovoltaica ocupará sobre el mismo una superficie de más de 80 hectáreas valladas, "por lo que el coto desaparecerá, ya que, según la normativa de la Junta de Andalucía, no se permiten cotos de caza con superficie inferior a 250 hectáreas", explica. Por ello, el presidente del coto ha indicado que “se perderá una actividad cinegética aprovechada por los vecinos que han vivido aquí durante siglos, así como las actividades económicas relacionadas”.
Por su parte, Juan Gallardo, presidente del coto Cantarranas (GR-10775), ha manifestado que la megaplanta Ququima implica una reducción de más de la mitad de sus terrenos cinegéticos y ha indicado que “la central eléctrica supone la pérdida de la conectividad del coto, es decir, debido a los vallados no podemos pasar de un lado a otro del coto, las especies cinegéticas se van a perder y por lo tanto se pierde la actividad económica que supone este coto en la comarca”.
La implantación de la megaplanta fotovoltaica provocará a su vez la pérdida del hábitat y de refugio de muchas especies de fauna cinegética, tal es el caso de la liebre. Si bien la zona es el hábitat de la especie ibérica (Lepus granatensis), los inviernos duros es zona de refugio de otras especies o subespecies mucho más escasas (posiblemente Lepus europaeus o Lepus capensis), por lo que estas últimas serán desplazadas por la central eléctrica. estima este colectivo.
La actividad cinegética, según los cazadores, "tiene un papel importante en el control de las sobrepoblaciones puntuales de algunas especies que pueden causar daños en cultivos, sobre el ganado doméstico, contagio de enfermedades, daños sobre infraestructuras, accidentes de tráfico, o hace que algunos ejemplares deambulen por núcleos urbanos con los posibles daños que esto puede ocasionar. De igual forma, la caza contribuye al control de especies invasoras", estiman.
Según indican los titulares de los cotos de caza, presentarán alegaciones a la megaplanta solar Ququima, ya que "es incompatible con las actividades cinegéticas y supondrá una grave pérdida de especies silvestres autóctonas y sus hábitats".