Maika Makovski: “No me repito de un trabajo a otro por necesidad de aprender y no aburrirme”
─Cada concierto, leo, que son conciertos primeros y últimos de MKMK…
─En el caso de Granada, y ha sido así en esta gira. Menos mal que podemos ir, aunque sea para despedirnos.
"Cuando entras en ellos (conciertos), aunque uno sea eléctrico y otro más bien acústico, uno más introvertido, otro más extrovertido, ves que tienen mucho en común"
─Aunque bien pensado, cada ‘nueva’ MM casi empieza y termina en cada temporada ¿de dónde sale esa urgencia mutante?
─Ahí tienes un buen título, ¡“urgencia mutante”! (Risas). Creo que es por necesidad de aprender y no aburrirme, por eso no me repito de un trabajo a otro. Pero cuando entras en ellos, aunque uno sea eléctrico y otro más bien acústico, uno más introvertido, otro más extrovertido, ves que tienen mucho en común.
─La hemos visto con grupo, sola al piano, cuarteto de cuerda, con guitarra… ¡y ahora en una banda de casi hard-rock, muy años setenta! Uffff…
─No diría que la banda suena hard-rock, pero sí que los setenta han tenido una gran influencia en esta etapa. Punk, disco, art-rock, rock clásico, pasaron cosas maravillosas en esa década que cogen mucho espacio en mi discoteca y en este disco quisieron salir.
─¿Cuántas MM nos quedan por conocer?
─Espero que muchas, significará que me queda mucho que aprender!
"Mi banda está compuesta de músicos que me noquearon, me enamoraron, me extasiaron cuando les vi tocar"
─¿Por cierto, cómo armó esa banda, que se les nota tan concentrados y secretamente cómplices?
─Mi banda está compuesta de músicos que me noquearon, me enamoraron, me extasiaron cuando les vi tocar. Hubo alguno más, pero además de extasiarme tenían que poder tocar varios instrumentos porque en los conciertos vamos intercambiándonoslos. Tengo mucha suerte. Quería que el público tuviera serios problemas decidiendo a quién mirar, y lo he conseguido.
─Entre cada entrevista que hace para este periódico, se ha ‘hecho’ varios países más… ¿En los últimos tiempos qué tierras distintas ha pisado?
─He vuelto a Francia, he ido a Portugal por primera vez, y se han frustrado un montón de planes con la pandemia que espero se retomen con el siguiente disco.
─Hace música, pinta, presenta TV… ¡Me dicen que hasta planea hacerse agricultora!
"Doy 0,50€ por disco vendido a la reforestación. Eliminé el plástico de retractilado, que me ha traído muchos dolores de cabeza porque algunas plataformas no lo querían sin, las camisetas de merchandising son todas de segunda mano, la ropa de la banda prácticamente toda también"
─Como siga el clima así, va a ser muy difícil… Lo único que ha sobrevivido a este verano en mi huerto han sido los pimientos picantes, ¡porque no hay plaga que se atreva! El resto, nada. A ver si los gobiernos de verdad toman medidas. Es vergonzoso cómo miran a otro lado. Mientras tanto, os recomiendo la permacultura.
─El grupo Niños Mutantes plantaba árboles en cada gira intentando compensar la agresión medioambiental de sus desplazamientos (o, por lo menos, llamando la atención al respecto), usted también colabora tengo entendido ¿no?
─No sabía eso de Niños Mutantes y me alegro mucho. Yo también, sí. En mi caso doy 0,50€ por disco vendido a la reforestación. Eliminé el plástico de retractilado, que me ha traído muchos dolores de cabeza porque algunas plataformas no lo querían sin, las camisetas de merchandising son todas de segunda mano, la ropa de la banda prácticamente toda también… Hago lo que puedo, ¡ojalá fuera Musk o Bezos! Increíble como algunos se obsesionan con Marte y gastan lo que necesitaría la Tierra…
─¿Y del espacio de TV qué (buenos recuerdos) le quedan?...
─Muchísimos. Fue una experiencia enriquecedora. Para empezar no las tenía todas conmigo de que se me fuera a dar mínimamente bien presentar. Pero con un equipo como el que teníamos lo difícil se hace más fácil. Sobre todo, me queda el orgullo de que la música volvió a la tele pública con gran dignidad: sonando bien al fin.
Sobre sus orígenes andaluces: "Cuando me enseñaba a hacer cualquier cosa, me decía “¡con sangre!”, y aquí estoy hoy, con eso grabado a fuego cada vez que me subo a un escenario"
─Su madre es andaluza… ¡vamos que es medio de los nuestros! ¿En qué se lo nota?
─¡Y mi abuela lo era más aún! (Risas). Cuando me enseñaba a hacer cualquier cosa, me decía “¡con sangre!”, y aquí estoy hoy, con eso grabado a fuego cada vez que me subo a un escenario.
─Viene a un teatro. ¿Lo va a convertir en una sala de rock?
─Si el público le echa la “sangre” a la que nos hemos referido anteriormente, ¡será un cohete! Ahora que ya no nos obligan a estar ensillados. Nosotros no vamos a guardar nada para después, y esa, lo prometo, es mucha energía.