Memoria Histórica

Ruta Saramago-Lorca

Ciudadanía - Paco Vigueras - Martes, 9 de Abril de 2024
La Fundación Saramago, en colaboración con la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación, visita los lugares lorquianos, desde Víznar hasta Alfacar.
Participantes en la ruta Saramago-Lorca en el Barranco de Víznar.
P. Vigueras
Participantes en la ruta Saramago-Lorca en el Barranco de Víznar.
Esta visita guiada ha formado parte de la Ruta Saramago-Lorca, que empezó en Lisboa, pasó por la Fosa de Pico Reja, en Sevilla; siguió por la Pirámide de la Memoria, en Málaga; después se dirigió a Torre del Mar, para rendir homenaje a las víctimas de La Desbandá; más tarde, continuó por las fosas de Víznar y terminó en el Memorial dedicado a las víctimas del franquismo, en las Tapias del cementerio de Granada. 

La visita guiada con este colectivo portugués se inició en el laboratorio que el equipo arqueológico de la UGR ha instalado en el antiguo molino de Viznar, cedido por el Ayuntamiento. En este laboratorio se han analizado ya los restos de las 130 víctimas del franquismo, exhumadas hasta el momento, en cuatro campañas de excavación. Estamos en un lugar donde se hace memoria democrática con rigor científico y, para entrar, tenemos que ponernos mascarillas, con el fin de no contaminar los restos óseos. 

Sobre una mesa, observamos el esqueleto de una víctima recientemente exhumada. Recibió un disparo en la nuca, con una pistola y a corta distancia

Sobre una mesa, observamos el esqueleto de una víctima recientemente exhumada que los antropólogos han reconstruido. Según el sociólogo Fran Carrión, los restos pertenecen a un hombre de unos 50 años, que sufrió una muerte violenta, pues presenta un orificio de bala en el cráneo. Todo parece indicar que recibió un disparo en la nuca, con una pistola y a corta distancia. Es decir, no fue fusilado por un pelotón, sino ejecutado por un pistolero.

Miembros de la Fundación Saramago en el laboratorio antropológico de Viznar, donde ya se han analizado los restos de 130 víctimas del franquismo.

También nos dice que algunas de las víctimas exhumadas llevaban medallas de la Virgen de las Angustias. Por tanto, no todas eran comunistas o anarquistas, los sicarios del capitán Nestares también mataban a cristianos, por ser leales a la legalidad democrática de la República.

El sociólogo Fran Carrión, muestra una medalla de la Virgen de las Angustias, hallada junto a los restos de una víctima. No todos los represaliados eran comunistas o anarquistas, los franquistas mataban también a cristianos, por ser leales a la legalidad democrática de la República.

Nuestro recorrido por la carretera de Viznar nos lleva hasta La Colonia, un lugar siniestro convertido en prisión por los golpistas, donde las víctimas pasaban sus ultimas horas de vida, antes de darles el "último paseo". Y entre las víctimas, el poeta Federico García Lorca, el maestro Dióscoro Galindo y los anarquistas Galadí y Cabezas, convertidos hoy en símbolo de aquella brutal represión. Un episodio documentado por investigadores como Agustín Penón, Ian Gibson o Marcell Auclair.

En una de las fosas, han encontrado cuatro víctimas no civiles, es decir militares. Lo saben por que, junto a los restos, han hallado dos insignias del arma de ingenieros y otras dos del arma de artilleros

Seguimos caminando hasta el Barranco de Viznar, donde los arqueólogos han abierto ya 15 fosas comunes. En una de las fosas, han encontrado cuatro víctimas no civiles, es decir militares. Lo saben por que, junto a los restos, han hallado dos insignias del arma de ingenieros y otras dos del arma de artilleros. Podrían ser militares ejecutados por ser leales a la República, que trabajaban en la Fábrica de Pólvoras del Fargue. Este hallazgo nos recuerda que no todos los militares fueron golpistas, ni deshonraron el uniforme. Es el caso de Miguel Campins Aura, capitán general de Granada. Se mantuvo fiel a su juramento de lealtad constitucional y fue fusilado en Sevilla por el criminal de guerra Queipo de Llano.

Lectura del libro de Ian Gibson sobre el asesinato de Lorca, en las fosas de Viznar.

Fran Carrión señala que han localizado otras dos fosas en el barranco y después marcharán a Puerto Lobo, donde han encontrado casquillos de bala, que pueden ser indicio de más fosas: "Calculamos que podría haber unas 300 víctimas, sólo en esta zona. Pero hay más fosas, añade, pues ya estamos haciendo los primeros sondeos en el Barranco del Carrizal, situado en el municipio alpujarreño de Órgiva".

Sin embargo, volvamos al Barranco de Víznar, que es el lugar donde se hacen los homenajes más emotivos a las víctimas del franquismo. Ángel del Río, coordinador de la Ruta Saramago- Lorca, destacó el homenaje que hacen Curro Albaicin y los gitanos del Sacromonte, cuando suben al barranco, de madrugada y sólo iluminados por velas, para cantar y bailar flamenco a pie de fosa. También leyó el poema "El crimen fue en Granada", que Antonio Machado dedicó a Lorca:

Se le vio, caminando entre fusiles,

por una calle larga,

salir al campo frío,

aún con estrellas de la madrugada.

Mataron a Federico

cuando la luz asomaba.

El pelotón de verdugos

no osó mirarle la cara.

Todos cerraron los ojos;

rezaron: ¡ni Dios te salva!

Muerto cayó Federico

-sangre en la frente y plomo en las entrañas-

... Que fue en Granada el crimen

sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada.

Antes de abandonar este lugar de memoria, los participantes en la ruta colocaron un ramo de claveles en el monolito "Lorca eran todos", un gesto que nos recordó la canción Grándola Vila Morena, melodía cantada durante la Revolución de los Claveles, que el próximo 25 de abril cumplirá 50 años.

Seguimos caminando hasta el monolito del Parque García Lorca de Alfacar, donde los arqueólogos hicieron, en 2009, la primera búsqueda arqueológica de la Fosa de Lorca.

Miembros de la Fundación Saramago en el monolito de Alfacar, donde se hizo en 2009 la primera búsqueda arqueológica del poeta Federico García Lorca, del maestro Dióscoro Galindo y de los anarquistas y banderilleros Francisco Galadí y Juan Arcollas Cabezas.

No encontraron nada: "ni una esquirla de hueso". El colectivo portugués leyó entonces el poema de Federico García Lorca "No me encontraron":

Cuando se hundieron las formas puras

bajo el cri cri de las margaritas,

comprendí que me habían asesinado.

Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias.

Abrieron los toneles y los armarios.

Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.

Ya no me encontraron.

¿No me encontraron?

No. No me encontraron.

Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,

y que el mar recordó ¡de pronto!

los nombres de todos sus ahogados.

La ruta terminó en el Memorial de la tapia del cementerio de Granada, con un mensaje del escritor portugués José Saramago. El Premio Nobel de Literatura, en 1998, apoyó la memoria histórica con estas palabras "no tener memoria es olvidarnos de nosotros mismos. Las heridas tienen que cicatrizar, porque no es humano pasar página sobre el sufrimiento de miles de personas".

Paco Vigueras, periodista y portavoz de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación