Más truenos y viento que lluvia, aunque se mantiene la alerta en el litoral
Las últimas horas han estado dominadas en lo meteorológico por las fuertes rachas de viento y las tormentas eléctricas en la provincia de Granada. Desviados cuatro vuelos de Málaga a Granada.
P.V.M.
Un árbol derribado por el viento en el Zaidín.
Las mayores tormentas se registraron sobre las tres de la madrugada, con abundante aparato eléctrico, así como con fuertes rachas de viento, que alcanzaron hasta los 76 kilómetros por hora.
Aunque no se registraron grandes incidencias, el viento sí que dejó su estela con árboles y ramas caídas, como se aprecia en la imagen, tomada en una plaza del Zaidín, en la capital granadina.
La estación de Sierra Nevada, en temporada estival, no ha podido abrir hoy los medios mecánicos, debido, precisamente, al fuerte viento.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene para este lunes la alerta naranja (riesgo importante) en el litoral, que pasará a amarillo (riesgo) en la provincia para el martes y miércoles.
Debido a las tormentas, diez vuelos, por el momento, se han desviado desde el aeropuerto de Málaga a distintos aeródromos andaluces, como son el de Sevilla y el Federico García Lorca Granada-Jaén, debido a las tormentas en aproximación al aeródromo malagueño.
En concreto, al Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén se han desviado cuatro vuelos, según han informado a Europa Press fuentes de Aena. Un vuelo de Ámsterdam, que tendría que haber aterrizado a las 09.55 horas; otro de Tenerife, que lo tendría que haber hecho sobre las 10.40 horas; otro de Londres, que lo debería de haber hecho a las 11.20 horas y otro de Estocolmo a las 11.25 horas.
Una vez que los aviones llegan a los aeropuertos a los que han sido desviados son las compañías las que deciden si, esperan, y vuelven al aeródromo malagueño u optan por el transporte terrestre en autobús.
Pasajeros de vuelos desviados han tenido que permanecer en algunos casos más de dos horas en el interior de los aviones desviados a Granada, una vez aterrizados, debido a la falta de personal en tierra para desembarcarlos, lo que ha ocasionado quejas de los viajeros. Una circunstancia que ha ocurrido también en el Aeropuerto de Sevilla.