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El fuego quemó más de 5.000 hectáreas de cinco municipios

La Guardia Civil detiene a un antiguo bombero forestal como presunto autor del devastador incendio de Los Guájares

Ciudadanía - IndeGranada - Jueves, 31 de Agosto de 2023
Se trata un hombre de 62 años que en la fecha del fuego trabajaba en labores de prevención.
Imagen de archivo de los devastadores efectos del incendio.
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Imagen de archivo de los devastadores efectos del incendio.

La Guardia Civil ha detenido al presunto autor del devastador incendio de Los Guájares del año pasado, que quemó más de 5.000 hectáreas. Se trata de "un hombre de 62 años que había sido bombero forestal y que en la fecha del suceso trabajaba en labores de prevención", según informa la Guardia Civil en una nota, que no precisa cómo se originó exactamente el incendio ni tampoco alcara si fue provocado intencionadamente o causado por negligencia. 

El detenido se encuentra en libertad a la espera de que el juzgado de instrucción de la costa granadina que lleva la investigación le tome declaración. Así lo han señalado a Europa Press desde la Guardia Civil, que le tomaba declaración tras su detención, este pasado martes, 29 de agosto.

“Oasis perdido” es el nombre de la operación que el Equipo de Policía Judicial Medioambiental del Seprona de la Guardia Civil de Granada abrió para investigar los hechos desde el comienzo del fuego, iniciando una labor que se ha extendido durante un año hasta conseguir identificar al presunto responsable del incendio.

La labor de los investigadores que ha llevado a la identificación del presunto autor del incendio ha sido de las más complejas afrontadas en los últimos años por la Guardia Civil, llegando a recoger más de 100 testimonios durante la investigación.

Un solo autor, sin terceras personas

El análisis de numerosos informes técnicos, reconstrucciones in situ, análisis de evidencias físicas dejadas por las llamas para la identificación del punto de inicio, así como el empleo de técnicas de investigación que, como se ha indicado, hasta el momento sólo se habían empleado para el esclarecimiento de delitos como homicidios, secuestros y otros ilícitos penales de gravedad, han permitido a los agentes reunir diferentes indicios y sitúan al detenido de manera inequívoca en el lugar y hora del inicio del incendio, descartando la participación de terceras personas.

Con los investigadores ha colaborado el GIMA 4 de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) de la Jefatura de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, el cual incorporó un análisis forense llevado a cabo con medios técnicos habitualmente empleados en investigaciones complejas, como homicidios y otras relativas al crimen organizado.

En el inicio de la investigación participó también la Brigada de Investigación de Incendios Forestales del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, la cual, junto con el equipo de investigadores de la Benemérita, colaboró en la identificación y ubicación del punto de inicio del siniestro.

Afectó a cinco municipios

El incendio se inició en el paraje conocido como “Barranco Girón”, del término municipal de Los Guájares, el día 8 de septiembre del pasado año 2022, y afectó a una superficie de 5.194 hectáreas de los términos municipales de Los Guájares, Albuñuelas, El Pinar, El Valle y Vélez de Benaudalla, y permaneció activo durante 27 días, hasta que se dio por extinguido el 5 de octubre. 

La dirección de extinción decretó el Nivel 1, debido a la gravedad del siniestro, y se activaron medios de extinción del Infoca de diferentes puntos de la Comunidad Autónoma andaluza, viéndose movilizados por jornadas más de un centenar de medios aéreos, tales como aviones anfibios y de carga en tierra, aeronaves de coordinación y helicópteros de extinción, además de cientos de autobombas, bulldózers y, por supuesto, el esfuerzo sostenido de infinidad de bomberos forestales y bomberos.

La Guardia Civil tuvo que emplearse a fondo, no solo en la investigación del siniestro desde el inicio, sino también en perimetrar la zona para garantizar la seguridad, participar en la evacuación de personas, mantener la seguridad del tráfico y, en definitiva, prevenir que el incendio pudiera cobrarse víctimas humanas. Por la magnitud y peligrosidad del fuego tuvieron que ser evacuadas personas de cortijos y viviendas aisladas de la zona, siendo necesario incluso confinar a los habitantes de las pedanías de Acebuche e Ízbor.

El siniestro llegó a alcanzar un frente de 60 km, y arrasó zonas cultivables, pinos y matorral mediterráneo, provocando grandes y graves daños erosivos para el monte y la destrucción de los recursos naturales afectados.