"Estamos ante un intento de maquillar esta fiesta marcada por la intolerancia, que hace apología del fascismo y se basa en una manipulación histórica, lamenta Granada Abierta que insiste en que la Toma es "una anomalía democrática que debió desaparecer durante la Transición", como ocurrió con la fiesta franquista del 18 de julio. Y reitera que "una fiesta que obliga a hacer un amplio despliegue policial para evitar enfrentamientos, no puede llamarse fiesta".

Por todo ello, Granada Abierta reclama los siguientes cambios al nuevo gobierno municipal:

• Sustituir la tremolacíón del pendón, "que es un símbolo de conquista, por un manifiesto a favor la tolerancia", desde el balcón del Ayuntamiento.
• "Desmilitarizar" los actos de la Toma para "no fomentar el enfrentamiento entre vencedores y vencidos". "Es necesario un acto cívico y de reconciliación en el que nadie se sienta agraviado ni excluido".
• Darle un carácter "laico" a la conmemoración del 2 de enero, como corresponde a una institución democrática como el Ayuntamiento de Granada que "respeta el carácter no confesional de la Constitución y el Estatuto de Autonomía".
• Y en 2017, por motivo de calendario, la fiesta local del 2 de enero queda vacante, por lo que exige que la festividad se traslade al 26 de mayo, Día de Mariana Pineda, "símbolo de igualdad y libertad".