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EMOTIVO HOMENAJE A LA RESISTENCIA ANTIFASCISTA

Cartas desde la prisión

Ciudadanía - Francisco Vigueras - Viernes, 17 de Julio de 2020
Francisco Vigueras, periodista y portavoz de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación, recuerda el valor simbólico del arco de entrada a la antigua prisión provincial, convertida por los golpistas del 36 en un centro de represión y exterminio, y reclama su rehabilitación como centro de Memoria, en un artículo que ofrece también una crónica del homenaje a los héroes granadinos de la resistencia antifranquista, convocado por las asociaciones memorialistas.
Juan Pinilla dedica sus cantes republicanos a los héroes de la resistencia antifranquista, durante el homenaje en la antigua prisión de Granada.
AVJR
Juan Pinilla dedica sus cantes republicanos a los héroes de la resistencia antifranquista, durante el homenaje en la antigua prisión de Granada.

Este año, debido a la crisis provocada por el coronavirus, el movimiento memorialista ha organizado un homenaje testimonial a los presos antifranquistas, en el solar que ocupó la antigua prisión de Granada. El recinto fue derribado, pero nos queda el Arco de entrada, con el escudo de la República, que para nosotros tiene gran valor simbólico. Hemos asistido con mascarilla y dos metros de distancia interpersonal, cumpliendo así las medidas sanitarias. El acto ha consistido en un minuto de silencio, una ofrenda floral y, el momento más emotivo, los cantes republicanos que Juan Pinilla ha dedicado a los presos que sufrieron tortura y muerte en este lugar de triste recuerdo.

Homenaje a los héroes antifascistas

Reunidos de forma modélica, manteniendo la distancia de seguirdad y todas y todos con mascarilla, ante la puerta de la antigua prisión de Granada, coronado por el escudo de la República, las asociaciones memorialistas rindieron esta tarde merecido tributo a los hérores granadinos de la resistencia antifraquista, que dieron sus vidas contra la sublevación fascista de Franco. Y también a los que pasaron por esta prisión, lugar de memoria Histórica, para recordar que fue centro de represión y tortura, de terribles sacas nocturnas.

El comprometido cantaor Juan Pinilla leyó el manifiesto con en el que las asociaciones memorialistas de Granada exigen el adecentamiento del pabellón, víctimas de actos vandálicos, como otros lugares de la provincia, como el Barranco de Víznar, el fuerte de Carchuna o la desembocadura del río Guadalfeo.

Recordó Pinilla a los “hombres y mujeres que sufrieron tortura y muerte en esta prisión, a los valientes hermanos Quero, que lograron escapar de la prisión” y poner en jaque a la dictadura, y a los guerrilleros que lucharon en las sierras de Granada, entre ellos, Antonio García Ordoñez, que a sus 93 años es el último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada.

Al Ayuntamiento de Granada les exigen que proteja y adecente este lugar y a la Junta de Andalucía que convierte el pabellón en recinto museístico que explique mediante carteles el sitio de horror que fue.

También, que sean sancionados los autores de los actos vandálicos y todos los lugares de memoria dignificados.

Las asociaciones consideran “irrenunciable el conocimiento de la verdad histórica sobre el pasado reciente como patrimonio colectivo de los andaluces y andaluzas” como única forma para que “no se repita una ruptura de la convivencia por el ascenso de los valores autoritarios y antidemocráticos” y exigen a los poderes públicos “el fortalecimiento de La Memoria, dotar a la ley de recursos y apoyar a las asociaciones memorialistas”.El acto fue convocado por la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación; Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica;Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica 14 de Abril; la Asociación Memorialista La Desbandá y Grupo Memorialista de Zenete-Guadix.IndeGranada

Los protagonistas de este homenaje han sido algunos familiares de las víctimas, como Gabriel Fernández Valladares y Antonio Martínez Maldonado. También estuvo con nosotros Luis López, militante del PCE, encarcelado en esta prisión en los años 60. Así como Nati Bullejos, Francisca Gómez y María Rivas, militantes comunistas que, en plena dictadura, fundaron el Movimiento Democrático de Mujeres para ayudar a los presos y sus familias. Y Antonio García Ordóñez, último superviviente de la agrupación guerrillera de Granada, que participó en el acto, a pesar de sus 93 años.

Fusilamientos en las tapias del cementerio

Los golpistas del 36 convirtieron esta antigua prisión en un centro de represión y exterminio. Aquí encarcelaron a más de 2.000 presos republicanos, en duras condiciones de hacinamiento y humillación. Los presos vivían con terror las sacas nocturnas, cuando eran trasladados en los camiones de la muerte hasta las tapias del cementerio para ser fusilados. Disponemos de algunas cartas que describen este ambiente de pánico. Testimonios estremecedores de presos que tuvieron el coraje y la entereza de escribir cartas íntimas de despedida a sus familias, ante su inminente ejecución. Es el caso de Pedro Martínez, que escribió: “Querida esposa e hijo. En mi hora suprema me despido de vosotros y Dios os depare mejor destino que a mí y no desesperéis que mi hermano Zacarías y mis padres no os abandonarán, pues es lo único que les pido y a Dios sobre todo…”. O la carta del alcalde Luis Fajardo, en la que decía: “A mi esposa, mis hijos y mis hermanos… Escribo hoy viernes 7 de agosto de 1936 y son las ocho de la noche. No sé lo que me sucederá esta noche…”.

Sólo en el mes de agosto del 36, los militares golpistas sacaron de este recinto penitenciario a 572 internos para ejecutarlos en las tapias. Resulta escalofriante el caso de Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada. Fue brutalmente golpeado en prisión y cuando lo llevaron a la tapia para fusilarlo, ya había muerto. A pesar de todo, fusilaron su cadáver, como prueba del odio visceral que sentían contra este periodista que había denunciado los abusos del caciquismo y la conspiración contra la República

El diario Ideal también publicó, en su edición del 8 de agosto, una carta firmada por destacados presos políticos para condenar los bombardeos republicanos sobre la ciudad: “Nuestro dolor ha llegado a su colmo cuando por la prensa de esta mañana nos hemos enterado del imperdonable atentado artístico que supone el bombardeo de la Alhambra, el más inapreciable tesoro de Granada, y de las víctimas producidas”. Los presos apelaban en esta carta a la “caballerosidad de los militares españoles”, en un intento desesperado de lograr la clemencia de los sublevados, que estaban fusilando en represalia por los bombardeos, pero no hubo ni caballerosidad ni clemencia. Y siguieron fusilando.

Sólo en el mes de agosto del 36, los militares golpistas sacaron de este recinto penitenciario a 572 internos para ejecutarlos en las tapias. Resulta escalofriante el caso de Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada. Fue brutalmente golpeado en prisión y cuando lo llevaron a la tapia para fusilarlo, ya había muerto. A pesar de todo, fusilaron su cadáver, como prueba del odio visceral que sentían contra este periodista que había denunciado los abusos del caciquismo y la conspiración contra la República. 

“Mediquillos de pueblo caen por docenas”

Sobre el fanatismo que alcanzó la represión franquista, también nos dan una idea las cartas escritas por el abogado José María Bérriz, simpatizante de la rebelión militar, que ha rescatado el investigador Tito Martínez. En ellas, Bérriz justifica el desprecio que los sublevados sentían hacia los defensores de la legalidad republicana. Sus cartas demuestran que la represión en Granada fue fríamente calculada: 

    “El camino es vencer o morir matando granujas… El ejército quiere extirpar la raíz de esa mala hierba que se comía España y creo que lo va a conseguir. Funcionan día y noche los juzgados militares y las penas son severísimas… Siguen los fusilamientos. directivos de sindicatos, dirigentes, maestros y mediquillos de pueblo caen por docenas. La ciudad animada…”.

José María Bérriz llama “granujas” al ingeniero Juan José de Santa Cruz, al presidente de la Diputación, Virgilio Castilla, al abogado Enrique Marín Forero, a los sindicalistas Antonio Ruiz y José Alcántara, al médico Saturnino Reyes, al alcalde Manuel Fernández Montesinos o a los concejales Juan Fernández Rosillo, Maximiliano Hernández y Juan Comino, que ya habían sido fusilados en la tapia. Pero semejante atrocidad no escandaliza al abogado golpista, que vuelve a escribir, sin piedad ni remordimiento: “La cosecha no está nada mal para un solo mes de contienda”.   

Algunos presos, ni siquiera llegaban al cementerio. Tras recibir una paliza, aparecían ahorcados en sus celdas, en un simulacro de suicidio. También sabemos de un preso que fue ejecutado con el brutal garrote vil en el patio de esta prisión.  Y que los hermanos Quero lograron escapar, en una acción que todavía se recuerda en Granada por su audacia. Los Quero organizaron una guerrilla urbana, con la que pusieron en jaque a la dictadura franquista y ayudaron a los familiares de muchos presos. 

El arco de entrada de la antigua prisión de Granada ha sido declarado Lugar de Memoria, pero ha sufrido actos vandálicos y está abandonado. Es necesario rehabilitarlo, protegerlo y convertir el pequeño pabellón en un centro expositivo para informar a los visitantes sobre la sistemática violación de los derechos humanos que se produjo en este lugar, pues conocer la verdad es una forma de hacer justicia. 
Francisco Vigueras es Periodista, biógrafo de Constantino Ruiz Carnero y portavoz de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación