'Remi Wolf brilla con su adictivo funk-pop'
Antes de tomarme un descanso estival, mi última crítica fue del disco de Charli XCX, y tal como ya podía intuirse entonces, el verano ha estado marcado por su BRAT y los singles posteriores, incluyendo el lujurioso remix de “Guess” con Billie Eilish, otra colaboración inesperada que incendió las redes. Dicho sea de paso, en el momento en que escribo estas líneas, Eilish es la artista con más oyentes mensuales en Spotify, gracias al efecto combinado de ese remix y de su estupendo nuevo disco. La única artista pop que ha tenido una presencia comparable a la de estas dos ha sido Chappell Roan, cuya irrupción gracias al maravilloso single “Good Luck, Babe!” y a sus múltiples actuaciones en vivo y televisadas ha sido fulgurante. Su disco debut, The Rise and Fall of a Midwest Princess, lanzado el año pasado, se ha revalorizado comercial y críticamente, y son muchas voces las que afirman que tenemos entre nosotros a la próxima Lady Gaga. Eso sí, mientras estas tres megaestrellas copaban los titulares y los memes, otra artista bastante menos conocida ha sacado el que para mí es el disco pop del verano: Remi Wolf.
Esta cantante, compositora y productora californiana ya me había fascinado con su debut en largo, 'Juno' (2021), para mí uno de los mejores discos de aquel año
Esta cantante, compositora y productora californiana ya me había fascinado con su debut en largo, Juno (2021), para mí uno de los mejores discos de aquel año. Se trataba de todo un estallido musical, lleno de instrumentales coloridos y algo caóticos sobre los cuales la potente y versátil voz de Wolf brillaba con luz propia. Ahora, con Big Ideas, siento que ha terminado de redondear y pulir su sonido, llegando a un resultado algo menos sorprendente, pero perfectamente medido y cuidado para permitir que sus excelentes composiciones tengan el máximo impacto. La mayor parte de los cortes suenan a un funk-pop estilizado pero aun así cargado de detalles deliciosos, que recuerda al trabajo de Ana Frango Eléctrico del año pasado. Entre ellas, sin duda la más destacada es la inicial “Cinderella”, con esos vientos tan adictivos, esos juguetones toques de silbato y todo un derroche de ganchos melódicos y frases indelebles (mi favorita: “me and the boys in the hotel lobby!”).
La cuestión es que en 'Juno', estos sonidos se habrían mezclado y superpuesto más, mientras que en 'Big Ideas' se mantienen mayormente separados; algo quizás menos arriesgado, pero que por eso mismo lleva a menos patinazos
No obstante, no es que Wolf haya perdido su eclecticismo: también hay temas que se inclinan por un sonido alt-rock de los años noventa, como “Alone in Miami”, en cuya segunda mitad Remi despliega su talento para cantar a voz en cuello y poner la carne de gallina al oyente; o “Wave”, en cuyo estribillo las guitarras llegan a ser tan atronadoras como en una canción de nu metal. Otros estilos que se exploran con enorme efectividad son el synth pop ochentero, en “Soup”, o el soul más romántico y sensual, en “Motorcycle”. La cuestión es que en Juno, estos sonidos se habrían mezclado y superpuesto más, mientras que en Big Ideas se mantienen mayormente separados; algo quizás menos arriesgado, pero que por eso mismo lleva a menos patinazos. Creo que por eso choca especialmente el sonido de “Frog Rock”, tan maximalista, disparatado y, por desgracia, algo ridículo, como una versión menos fresca de “Liquor Store”, la primera canción de Wolf que me enamoró.
Este álbum habla sobre los tumultuosos cambios que ha experimentado su vida desde que alcanzó el éxito, y sobre sus paradójicos deseos de disfrutar de ese caos, por un lado, y de poder enamorarse, formar una familia y llevar una vida doméstica feliz, por el otro
Aunque también hay que decir que “Frog Rock” es la única canción del tracklist que deja algo que desear a nivel compositivo, lo cual no deja de ser bastante admirable, dado que se compone de doce canciones más un bonus track. El talento de Wolf para componer y cantar melodías siempre estuvo claro, pero en Big Ideas no solo hay grandes momentos, sino canciones completas que funcionan a todos los niveles. Y a ello hay que sumarle una mejora sustancial en el apartado lírico. Este álbum habla sobre los tumultuosos cambios que ha experimentado su vida desde que alcanzó el éxito, y sobre sus paradójicos deseos de disfrutar de ese caos, por un lado, y de poder enamorarse, formar una familia y llevar una vida doméstica feliz, por el otro. Gracias a su poderosa voz, las letras románticas adquieren una fuerza impresionante, y algunas cuentan historias que enganchan: la psicodélica “Cherries & Cream” habla sobre su affaire con un hombre que tiene pareja; la minimalista “When I Thought of You” explora el vértigo de una relación tóxica; y el díptico formado por la sensual “Toro” y “Alone in Miami” cuenta un viaje a dicha ciudad marcado por el desenfreno y una sensación de alienación.
El álbum cierra muy bien con “Just the Start”, una canción de folk minimalista y naíf a lo Moldy Peaches donde Wolf navega con ironía sus dudas acerca de su identidad como “artista”, la combinación de síndrome de la impostora y deseos de absorber capital cultural que la invade cuando se relaciona con otros artistas y la paranoia que la persigue, la sensación de que la van a “atrapar”
Dicho todo esto, es cierto que la segunda mitad del disco no termina de mantener el extraordinario nivel de la primera, que culmina en la excelente “Kangaroo” (que además de un gran estribillo tiene el pasaje instrumental más salvaje, con un saxo totalmente fuera de control que casi podría recordar a Maruja). No es que canciones como “Pitiful” o “Slay Bitch” no sean divertidas, pero es cierto que son algo menos sorprendentes y atrapantes que las que las preceden. Por fortuna, el álbum cierra muy bien con “Just the Start”, una canción de folk minimalista y naíf a lo Moldy Peaches donde Wolf navega con ironía sus dudas acerca de su identidad como “artista”, la combinación de síndrome de la impostora y deseos de absorber capital cultural que la invade cuando se relaciona con otros artistas y la paranoia que la persigue, la sensación de que la van a “atrapar”. La conclusión, sin embargo, es que en realidad “the thing about getting caught/Is you think it's the end, but you know that it's not/It's just the start”. Desde luego, si este es el comienzo de algo para Remi Wolf, yo al menos quiero estar presente en todo lo que venga después; y es que Big Ideas es fácilmente uno de los mejores discos del año.
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Puntuación: 8.3/10
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