Los perros del hortelano
Es conocida la obra de Lope de Vega y la expresión idiomática: «Ser como el perro del hortelano, que no come ni deja comer»; el perro es un animal no vegetariano que no come los vegetales del huerto de su amo, pero no deja que los otros animales los coman. Toda la frase se refiere al argumento de la obra citada, y significa que Mariana no puede amar a Florencio y por eso, no lo deja amar o ser amado por cualquier otra persona.
Trasladada la expresión al ámbito político municipal, nos encontramos con una trama muy similar en lo que respecta a la actitud de los Grupos municipales de cara a prestar algún tipo de apoyo al Gobierno en minoría del PSOE. Aquí no se trata de "no poder" apoyar, salvo que existan circunstancias misteriosas y desconocidas para la ciudadanía que ocasionen esa imposibilidad, sino lisa y llanamente de "no querer" hacerlo, y además procurar impedir por todos los medios que ese apoyo pueda llegar.
Con tremendas dificultades, y en absoluta soledad, el gobierno socialista ha logrado evitar el naufragio del barco y se encuentra ante la ocasión de intentar mantenerlo a flote y enderezar un poco el rumbo. Dicho en abstracto, parecería escaso bagaje
Por tanto, bien pudiera decirse que "ni comen ni dejan comer", en un intento de dejar transcurrir el tiempo hasta las próximas elecciones municipales. 21 meses han transcurrido desde la llegada a la alcaldía del PSOE, en las circunstancias de sobra conocidas, y 15 meses son los que restan para dichas Elecciones. Con tremendas dificultades, y en absoluta soledad, el gobierno socialista ha logrado evitar el naufragio del barco y se encuentra ante la ocasión de intentar mantenerlo a flote y enderezar un poco el rumbo. Dicho en abstracto, parecería escaso bagaje. Visto con la perspectiva de la situación heredada, es un logro notable, a ojos de cualquier observador sensato, desapasionado y razonablemente objetivo.
Sensatez, desapasionamiento, razón y objetividad. Conceptos necesarios y recomendables para un acertado diagnóstico de nuestra realidad municipal. Desgraciadamente, y sólo cabe remitirse a los hechos, conceptos opuestos a los que adornan la actitud de los Grupos municipales, más caracterizados por una irracional inquina hacia quienes asumieron, en franca minoría y en circunstancias excepcionales, el gobierno de la ciudad. Por un oportunismo irresponsable a la hora de abordar el análisis y las posibles soluciones a los asuntos municipales. Por un alarmante desconocimiento de la gravedad de la situación económica y de los instrumentos legales con que ha de abordarse la misma. En definitiva, por un inasumible ensimismamiento en su propia y miope estrategia electoral, que no parece ser otra que dejar "solo ante el peligro" al gobierno de 8 personas, sin prestar colaboración alguna, para no "quemarse" en la adopción de las medidas necesarias para salir del abismo, y esperar el desgaste del PSOE para intentar recoger réditos electorales, sin importarles que, mientras tanto, Granada y sus gentes resulten perjudicadas por esa actitud.
Si Lope de Vega fuera coetáneo nuestro, que duda cabe que Mariana y Florencio no hubieran sido los inspiradores de su comedia. Lo serían los y las concejales de Ciudadanos, o su líder aúlico, de Vamos o Podemos o Vamos Unidos a Poder (no se sabe en que acabará el culebrón), de Izquierda Unida, en su indivisible individualidad, y naturalmente, y aunque en este caso, parezca lo esperado, del Partido Popular con toda su carga de pasado y futuro acuestas.