Pepe Vida
La triste noticia de su muerte me pilló lejos de Granada, hace apenas una semana. Tiempo suficiente para asumir el hecho, y también para dejar que los recuerdos, los propios y los inducidos, se vayan ordenando en la mente y permitan trazar una modesta semblanza de un ser excepcional, con quien compartí momentos y experiencias únicas, en el ámbito político, en el universitario, y también en el personal y familiar, pues me cupo el honor de oficiar la boda de su hijo, en mi calidad de concejal del Ayuntamiento de Granada. Varios amigos y conocidos comunes han glosado ya, con gran acierto, su brillante trayectoria vital, académica, profesional y, por supuesto, política. Sólo cabe compartir tales reconocimientos, y si acaso, constatar que se han quedado cortos.
Estas sentidas líneas pretenden destacar los trazos gruesos de una trayectoria que he conocido y en la que también me valdré de experiencias compartidas por otras personas que tuvieron la suerte de cruzarse con Pepe Vida en sus caminos
Estas sentidas líneas pretenden destacar los trazos gruesos de una trayectoria que he conocido y en la que también me valdré de experiencias compartidas por otras personas que tuvieron la suerte de cruzarse con Pepe Vida en sus caminos. Reconociendo, desde el principio, la especial sintonía que presidió nuestra relación, quizá influenciada por una determinada manera de entender y ejercer una "malafollá" que en realidad no lo era. Él solía decir que "qué raro este Chema", que "me apoya para todo"; para Rector, "sin vanagloriarse de que su voto ha sido decisivo", cuando en realidad lo fue, el mío y el de todas y todos, pues su victoria sobre el profesor Vera Torres fue por sólo 2 votos (385 a 383). Y para Alcalde , "sin que dicho apoyo vaya unido necesariamente a ir luego en la Candidatura", siendo evidente que posteriormente sí figuré en la Candidatura socialista liderada por Pepe Moratalla, el ganador de aquellas primarias para la Alcaldía.
Mi buen amigo Rafael Vílchez, socialista del municipio de Gobernador, cuenta que su abuelo, del mismo nombre, y apodado El Rada (apodo heredado por su nieto), solía acudir a Granada, mediados los años 70 del siglo pasado, a reunirse, entre otros, con Vida Soria, en el Albaycín, para reconstruir el PSOE. Decía de él que "era la persona más noble e inteligente que había conocido". Nobleza e inteligencia que aplicó a su tarea política durante la Transición, destacando para quien suscribe, su contribución a la redacción del Estatuto de los Trabajadores en 1980. No soy el único que sostiene que todas las modificaciones posteriores a dicha norma, sólo han conseguido empeorarla. Como tampoco soy el único testigo de sus "enfados" al observar la evolución legislativa de los derechos laborales en España y en Europa.
Momento de conocerse su victoria para Rector, en el Claustro de la Universidad el 12 de Abril 1984. Gano por 2 votos a Vera Torres, 385 a 383.
El asociacionismo estudiantil, surgido para impulsar la modernización de la Universidad, encontró en el rector Vida Soria su mejor aliado para trabajar y gobernar desde la integración, en unos momentos en que la Universidad abordó la redacción y elaboración de sus Estatutos, como primer paso para iniciar su despegue
La carrera hacia el Rectorado de nuestra Universidad, acreditó dos valores esenciales en la concepción de la vida pública de Pepe Vida. El valor de las estrategias aglutinadoras de intereses, aunque éstos no fueran idénticos, le hizo entender la importancia del movimiento asociativo estudiantil, incipiente en aquellos años 80, y su carácter vertebrador de la voluntad y las inquietudes del colectivo estudiantil, frente a otras visiones más corporativas y disgregadoras, aunque desde luego más llamativas. Se puede decir que el asociacionismo estudiantil, surgido para impulsar la modernización de la Universidad, encontró en el rector Vida Soria su mejor aliado para trabajar y gobernar desde la integración, en unos momentos en que la Universidad abordó la redacción y elaboración de sus Estatutos, como primer paso para iniciar su despegue.
Ya como Rector, propició la incorporación a la Universidad, como personal laboral posteriormente equiparado en sus condiciones al personal funcionario, de personas cuya característica principal fuera ser cabeza de familia en situación de desempleo o exclusión. Sigue rememorando Rafael Vílchez, el Rada, que estando su padre trabajando en los jardines del Hospital Real, se les acercó el Rector y les recriminó que se ocultaran para fumarse un cigarro, señalando que "en todos los trabajos se emplean 5 minutos para echar un cigarro, también en el trabajo de jardinero, de modo que no hay que esconderse".
Su papel protagonista en el PSOE de la Transición y en las dos primeras legislaturas democráticas; su magisterio en materia laboral y de seguridad social; su compromiso académico; su inconformismo político que le llevó, en palabras de Ángel Díaz Sol, a "aspirar a la Alcaldía de Granada presentándose a unas primarias reñidas, cuando había rechazado dicha candidatura en circunstancias más propicias"
Casi todo lo demás, es bien conocido y está suficientemente acreditado. Su papel protagonista en el PSOE de la Transición y en las dos primeras legislaturas democráticas; su magisterio en materia laboral y de seguridad social; su compromiso académico; su inconformismo político que le llevó, en palabras de Ángel Díaz Sol, a "aspirar a la Alcaldía de Granada presentándose a unas primarias reñidas, cuando había rechazado dicha candidatura en circunstancias más propicias". Dicho inconformismo también le llevó a no ser, a veces, suficientemente entendido, por algunas mediocridades políticas que, como las meigas, "haberlas haylas".
Queda el apartado de vicios y pasiones. El jazz, era habitual verle subir al Auditorio Falla (sede de las primeras ediciones de nuestro hoy famoso Festival de Jazz), con su mochila/cartera al hombro, al terminar sus largas jornadas de trabajo, para disfrutar de la buena música. Siempre presumía de su colección de discos de jazz. El tabaco negro, Habanos, y un buen whisky, para relajar ambientes cargados y post-reuniones tensas, en las que administraba los turnos de palabra con sabiduría, mandando callar a quienes se movían en lugares comunes y dejando hablar a quienes discurrían por la heterodoxia. Y los churros, esos que nos tomaremos en el Café Fútbol, un día de éstos, Paco Pérez y yo, pues Pepe Vida ya no nos acompañará en esa cita, que tan mal hemos hecho, sobre todo yo, en ir demorando.