Una mínima habitabilidad
Quizá eso sea lo primero que debamos conseguir en el debate que vivimos en el PSOE, unas condiciones de mínima habitabilidad, que permitan sosiego, sensatez, legítima discrepancia de pareceres o preferencias y libertad, toda la libertad. Dicha habitabilidad debe partir de asegurar la mayor lealtad en el debate. Lealtad, que consiste, básicamente, en debatir en el tiempo del debate, es decir ahora y hasta el Congreso, y conciliar y ahormar mayorías tras el Congreso, una vez conocidos, y naturalmente asumidos, los resultados del mismo. Lo contrario, además de desleal con el conjunto, es simple y llanamente, querer hacer trampa. Es decir, hablar de consenso y unidad en el tiempo del debate, para no debatir, y luego simplemente administrar el resultado.
Por mucho que se quiera negar, por muchos paños calientes que se quieran poner, en el PSOE faltan condiciones de habitabilidad
No resulta baladí hablar de condiciones de habitabilidad. "Eppur si muove", se cuenta que un hombre murió por decir eso, que "la tierra se movía". Hoy en día la misma frase se utiliza con el fin de expresar que, aunque se niegue la veracidad de un hecho, este es totalmente verídico. Pues ahora igual, por mucho que se quiera negar, por muchos paños calientes que se quieran poner, en el PSOE faltan condiciones de habitabilidad. Y en pleno siglo XXI aún hemos de defender las garantías mínimas de un procedimiento democrático. Porque hay que hacerlo, aunque suene extraño. Casi tan extraño como si hubiera que pedir que se garantice el voto de las compañeras. Nadie lo entendería a estas alturas. Pues eso.
Pese al evidente hartazgo que me produce tener que proclamar lo obvio, la habitabilidad dentro del PSOE es lo primero a asegurar. Que podamos convivir en el mismo edificio, que quienes residen en la tercera planta no le tiren las colillas a los del segundo. Que los del quinto no eleven el volumen de la música para fastidiar a los vecinos enfermos del sexto. Parece simple, pero si una inspección visitara el Edificio del PSOE, hoy, no nos concedería la cédula de habitabilidad.
La única manera de avanzar en lo dicho es libertad, democracia, igualdad de oportunidades, respeto y garantía absoluta de secreto en la decisión individual.
Porque ahora mismo todos nos miramos de reojo, con cautelas, incluso con miedos. Seamos sinceros y claros, sepamos habitar colectivamente y respaldemos la propuesta elevada a los órganos federales del PSOE por la Agrupación granadina, para unas primarias competitivas y transparentes. Y cumplámosla, es lo menos que podemos ofrecer a la sociedad ya bien entrado el siglo XXI.