Campaña contra la violencia digital

'Madres protectoras'

Blog - Punto de fuga - Cristina Prieto - Jueves, 6 de Enero de 2022
Un niño, en la concentración en Parque Nueva Granada por asesinato machista de Lorena Requena Portero.
La Volaera
Un niño, en la concentración en Parque Nueva Granada por asesinato machista de Lorena Requena Portero.

Cuando en miles de hogares casi se empezaban los preparativos para la última cena del año y los medios de comunicación nos bombardeaban con los protagonistas que se asomarían, un año más, a las pantallas de nuestros televisores para retransmitir las campanadas de Nochevieja, dos mujeres se rompían en mil pedazos al conocer la muerte de su pequeña de tres años. Eran la madre y la abuela de Abril. Alertada por la ausencia de noticias de su expareja, a pesar de haber luz en el domicilio, la madre de la pequeña llamó a la Policía que encontró a la niña muerta junto a su asesino, el padre, que se había suicidado. El año 2021 se cerraba así con siete menores víctimas de violencia vicaria, la más cruel que puede ejercerse contra las mujeres a quienes sus parejas o exparejas infligen el dolor más grande asesinando a sus hijos e hijas. Este daño irreparable deja a las madres muertas en vida, completamente destruidas.

Nadie como ellas conocen a sus parejas, nadie como ellas saben de lo que son capaces, nadie como ellas presienten el peligro en el que se encuentran sus hijos e hijas cuando un juzgado obliga a estas madres a entregar a sus vástagos a los maltratadores

Nadie como ellas conocen a sus parejas, nadie como ellas saben de lo que son capaces, nadie como ellas presienten el peligro en el que se encuentran sus hijos e hijas cuando un juzgado obliga a estas madres a entregar a sus vástagos a los maltratadores. Y, sin embargo, la Justicia continúa haciendo oídos sordos, en muchas ocasiones, a las llamadas de socorro de estas mujeres que incluso llegan a perder la custodia de sus criaturas enredadas en laberintos burocráticos que los abogados de los maltratadores aprovechan para invocar el SAP (Síndrome de Alienación Parental) que la propia Guía del Consejo General del Poder Judicial califica de inexistente  porque "no ha sido reconocido por ninguna asociación profesional ni científica” y su inclusión contó con el rechazo de “los dos grandes sistemas diagnósticos de salud mental utilizados en todo el mundo, el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría, y el ICE-10 de la Organización Mundial de la Salud”. Los maltratadores utilizan el SAP como arma contra sus exparejas a las que culpan de influir en los menores para provocar en ellos el rechazo a la figura paterna. 

Para ello solicitan que entidades, organizaciones y ciudadanía, en general, apoyen con su firma el escrito. Háganlo

La Federación de Asociaciones Consejo Nacional de Mujeres Resilientes de la Violencia de Género ha elaborado un manifiesto dirigido a los ministerios de Justicia e Igualdad, así como al Gobierno de España, en el que denuncian que la violencia vicaria  “cuenta con el beneplácito y el respaldo absoluto de las instituciones y del sistema judicial al completo, convirtiéndolo en un laberinto sin salida y en un maltrato institucional para las madres y para las criaturas”. A la vez, reclaman “una reparación del daño inmediata” para los niños y niñas que han sido arrancados del vínculo de seguridad de sus madres protectoras, que “la violencia vicaria y el maltrato institucional aparezcan reflejados en la Ley de Violencia de Género y la Ley de Infancia” y que “la patria potestad sea retirada a los padres que ejercen la violencia vicaria, tal y como dice el artículo 3 del convenio de Estambul y la medida 139 del Pacto de Estado contra la violencia de género”. Para ello solicitan que entidades, organizaciones y ciudadanía, en general, apoyen con su firma el escrito. Háganlo.  

En algunos casos estos hombres ya han advertido que pueden actuar como en su día lo hizo José Bretón y el pasado 30 de diciembre Julien Charlon

Juana Rivas, María Sevilla, Patricia González, María Ugarte, Ana María Bayo, Silvia Aquiles, María Isabel Martínez, Verónica Saldaña, Daria Sidorkevich o Sara son algunos ejemplos de madres protectoras que llevan años sin ver a sus hijos e hijas por la decisiones adoptadas desde distintas instancias judiciales que han dado la custodia a sus padres abusadores o maltratadores desoyendo las señales de alarma sobre el peligro que corren conviviendo con quienes pueden hacerles daño. En algunos casos estos hombres ya han advertido que pueden actuar como en su día lo hizo José Bretón y el pasado 30 de diciembre Julien Charlon.

Nadie quiso escuchar al médico de familia cuando alertó del peligro que corrían esas niñas, tampoco escucharon a Itziar en la Comisaría de Policía donde interpuso una denuncia, ni en el juzgado

En 2014, la Organización de Naciones Unidas (ONU) impuso a España una condena tras la denuncia interpuesta por Ángela González Carreño porque temía por la seguridad de su hija Andrea durante las visitas obligadas a su padre. Finalmente, éste la asesinó a pesar de que la madre de la menor de siete años había interpuesto más de treinta denuncias en las que pedía protección para su hija. Recientemente, el Estado ha reconocido un “fallo en cadena” de los ministerios de Justicia e Interior en el caso de Itziar Prats, la madre de Nerea y Martina, de seis y dos años, que fueron asesinadas por su padre, Ricardo Carrascosa. Nadie quiso escuchar al médico de familia cuando alertó del peligro que corrían esas niñas, tampoco escucharon a Itziar en la Comisaría de Policía donde interpuso una denuncia, ni en el juzgado donde solicitó la interrupción del  régimen de visitas y también le negaron la orden de protección que reclamó. Finalmente, el padre las mató antes de suicidarse.

Cada caso de violencia vicaria nos trae a la memoria nombres como Ruth y José, asesinados por su padre en Córdoba, Anna y Olivia tiradas al mar por su progenitor en Tenerife o el de Leo asesinado por su padre en un hotel de Barcelona. A ellos se une ahora el de Abril, la pequeña que no ha llegado a recoger los regalos de los Reyes Magos. A esta lista habría que añadir el nombre de sus madres, enterradas en vida junto a esos pequeños y pequeñas que tanto trabajo costó traer al mundo y que llenaron de felicidad su existencia. Es necesario escucharlas, atender sus súplicas cuando ruegan en los juzgados porque sus vástagos están en peligro. Después, ya es tarde. 

Si no has tenido la oportunidad de leerlos y quieres volver a hacerlo, estos son otros artículos de Cristina Prieto en este blog, 'Punto de Fuga':

 

 

 

 

 

 

 

 

 
Imagen de Cristina Prieto

Madrileña afincada en Andalucía desde 1987, primero en Almería y posteriormente en Granada donde he desarrollado mi carrera profesional como periodista. Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cursé mi suficiencia investigadora en la Universidad de Granada dentro del programa Estudios de la Mujer y leí mi tesis doctoral en la Universidad de Málaga.