José Domingo Quílez, el científico comprometido con la modernización de la Universidad de Granada

Blog - Foro de la Memoria - Juan I. Pérez - Sábado, 17 de Diciembre de 2022
En 1936, José Domingo Quílez, catedrático de Física Teórica y Experimental de la Universidad de Granada, fue declarado "elemento peligroso para la Causa Nacional". El franquismo le cesó como profesor, le apartó del Servicio Meteorológico Español y le confiscó sus bienes. Tres años después murió en Francia en el exilio. Reivindicamos su figura como otro de los exponentes del exilio y la depuración del inmenso caudal docente, científico y literario, que el fascismo quiso eliminar.
José Domingo Quílez.
Imagen obtenida de la ficha que la UAB le hizo el día 6 de noviembre de 1937.
José Domingo Quílez.
José Domingo Quílez formó parte de la intelectualidad que vio en la II República Española un proyecto de modernización capaz de sacar a la sociedad española del atraso provocado por siglos de abandono de la ciencia. Es un caso más de esa vanguardia científica que, después de 1939, fue colocada detrás del silencio, con el agravante de que él no pudo continuar su labor en el exilio dada su muerte ese año en Toulouse. Reivindicamos en este artículo su figura gracias al extraodinario trabajo publicado en Llull, Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas por un grupo de historiadores e investigadores de España y Francia que se ha sumergido en las primeras décadas del siglo XX, siguiendo los pasos de José Domingo Quílez. Los firmantes de este estudio, El meteorólogo José Domingo Quílez (1903-1939): Un caso de investigador en la periferia son Inmaculada Domínguez, Carmen Valdivia, Carmen Morente, Olalla Olea, Joaquim Sales y Roque Hidalgo Álvarez.

Nacido en Calatayud (Zaragoza) en 1903, era hijo de Santiago Domingo (Arcos de Medinaceli, Soria) y de Pascuala Quílez (Calatayud, Zaragoza). Obtuvo el título de bachiller el 30 de marzo de 1922 en el Instituto de Zaragoza. El 1 de mayo de 1921, con 18 años, ingresó por oposición en el Servicio Meteorológico Español (SME) como auxiliar de meteorología, prestando servicios, primero, en el Observatorio de Madrid, y luego, como jefe de los observatorios de Granada (aeródromo de Armilla) y de la Universidad de Zaragoza (Facultad de Ciencias).

Como la mayoría de los profesores de su época pasó por varias universidades y categorías profesionales

En los cursos 1921-1922 y 1922-1923 realizó los dos primeros años de Ciencias en la Universidad de Granada, con muy buenas calificaciones. En julio de 1923 trasladó su expediente a la Facultad de Ciencias de Zaragoza, completando sus estudios de licenciatura en Ciencias (sección de Físicas) en el curso 1925-26 con la calificación de sobresaliente en el grado de licenciado y premio extraordinario. A la vez se trasladó al Observatorio meteorológico del Ebro situado en la mencionada Facultad de Ciencias.

El 1 de enero de 1928 asciende a meteorólogo de entrada (oficial primero de administración con un sueldo anual de 5.000 pesetas), ejerciendo el cargo de jefe del Centro regional de meteorología del Ebro hasta su ingreso en el escalafón de catedráticos de universidad en marzo de 1933.

En 1932 defendió en la Universidad de Madrid su tesis doctoral titulada 'La turbulencia atmosférica y la evaporación de las grandes masas de agua'

Como la mayoría de los profesores de su época pasó por varias universidades y categorías profesionales. Según su hoja de servicios, fue ayudante de clases prácticas de Física General (1925), de Matemáticas Especiales (1926) y auxiliar temporal, (1928) de Acústica, Óptica y Electricidad y Magnetismo en la Facultad de Ciencias de Zaragoza. Durante este período ejerció también la docencia como ayudante interino de la sección de Ciencias del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Zaragoza.

En abril de 1933 consiguió, por oposición, la Cátedra de Física Teórica y Experimental de la Universidad de Sevilla (sección de Cádiz), y al mes siguiente se trasladó a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, ocupando la plaza vacante, por defunción de José Jiménez Sánchez

El 29 de marzo de 1932, apadrinado por Juan Cabrera Felipe, catedrático de la Facultad de Ciencias de Zaragoza, defendió en la Universidad de Madrid su tesis doctoral titulada La turbulencia atmosférica y la evaporación de las grandes masas de agua. El tribunal estuvo presidido por los más significados profesores de Física y Química Física que, con el apoyo económico de la Fundación Rockefeller y la intermediación de la JAE, acababan de inaugurar el Instituto Nacional de Física y Química en Madrid. La calificación concedida a su tesis fue de sobresaliente. Significativo fue el comentario que, sobre la tesis, se publicó en los Anales de la Universidad de Madrid, en el que se resaltaba la trascendental importancia en nuestro país del tema, “donde el agua embalsada constituye inapreciable tesoro” y donde se recordaba que las fórmulas empleadas hasta la fecha para predecir la cantidad de agua que se evapora por unidad de tiempo y superficie contenían coeficientes empíricos y conducían a “resultados mediocres”.

En abril de 1933 consiguió, por oposición, la Cátedra de Física Teórica y Experimental de la Universidad de Sevilla (sección de Cádiz), y al mes siguiente se trasladó a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, ocupando la plaza vacante, por defunción de José Jiménez Sánchez.

Compromiso científico con la Universidad de Granada

En el curso 1933-1934 tuvo acumuladas las asignaturas de Física Teórica y Experimental de segundo curso y los Complementos de Física para Medicina. Desempeñó la Secretaría de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, desde mayo de 1933 a abril de 1936. Encargado, el 22 de octubre de 1934, de la estación meteorológica de la Universidad granadina.

Leyó el discurso de apertura del curso 1934-1935 de la Universidad de Granada, 'Estructura, expansión y evolución del Universo', que utilizó para escribir un libro homónimo y divulgar las ideas existentes en 1935 sobre Cosmología.

En el curso 1934-1935 formaba parte de la Junta de Gobierno del Patronato Universitario. En la sesión celebrada el 23 de octubre de 1934 apoyó la propuesta de la Facultad de Ciencias “en que interesa se le facilite algún local que no tenga destino fijo para poder montar un laboratorio de investigación”. La propuesta fue aprobada con la condición de que fuera la propia facultad quien corriera con los gastos de la obra de reforma para convertir a la sala llamada de catedráticos en laboratorio.

Leyó el discurso de apertura del curso 1934-1935 de la Universidad de Granada, Estructura, expansión y evolución del Universo, que utilizó para escribir un libro homónimo y divulgar las ideas existentes en 1935 sobre Cosmología.

El Servicio Meteorológico Español se creó por Real Decreto el 5 de julio de 1920, asumiendo las actividades meteorológicas y climatológicas que realizaba el Observatorio Central Meteorológico, dependiendo del Instituto Geográfico y Catastral. Nace la meteorología científica, basada en principios termodinámicos e hidrodinámicos.

La reorganización conllevó la creación de 11 nuevos observatorios atendidos por personal profesional de los cuerpos de meteorólogos y auxiliares de meteorología del SME. La primera promoción de meteorólogos asignados al Servicio es de mayo de 1921 y entre ellos se encontraban: Arturo Duperier, Mariano Doporto, Francisco Morán Samaniego, José María Lorente, Juan Puig, Valentín Sobrini y José Domingo Quílez. El Servicio Meteorológico Español publicó sus estudios climáticos a partir de 1927 en los Anales de la Sociedad Española de Meteorología.

Un indicador de la labor investigadora de Domingo Quílez lo constituye el número de artículos que publicó: once artículos sobre meteorología, cinco de ellos en los Anales de la Sociedad Española de Meteorología, cinco en el boletín de Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro y otro en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, donde también publica uno sobre el desplazamiento al rojo de las galaxias espirales; y atraído por los avances de la física subnuclear, uno más sobre los Últimos descubrimientos de la Física, este último en el Boletín de la UGR.

Desde 1932 consta su colaboración con la Sociedad Española de Física y Química

Desde 1932 consta su colaboración con la Sociedad Española de Física y Química. El 29 de mayo de 1933, recién trasladado a Granada, ingresó en la sección local de la Sociedad Española de Física y Química, siendo elegido vocal de la misma el 22 de enero de 1934 y reelecto vocal, al nombrarse una nueva Junta, el 4 de febrero de 1935. El 29 de abril de 1935 impartió en la sección local una conferencia y el 3 de junio presentó una ponencia.

Durante aquella época se crea la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), presidida por el Nobel Ramón y Cajal, que concedió unas 2.000 ayudas para la realización de estancias en instituciones extranjeras, y un sistema de cátedras que permitió la descentralización de la ciencia (de Madrid hacia la periferia) y una notable movilidad del profesorado.

José Domingo Quílez solicitó en tres ocasiones pensión a la JAE para investigar al extranjero, pero ninguna le fue concedida

José Domingo Quílez solicitó en tres ocasiones pensión a la JAE para investigar al extranjero, pero ninguna le fue concedida. La primera, en 1929, de cuatro meses, para asistir a los cursos del Instituto de Física del Globo (Universidad de Estrasburgo), para iniciar una tesis doctoral sobre Física de la alta atmósfera. La segunda, ya catedrático, desde Granada, en 1934, para estudiar Física Teórica, Mecánica Ondulatoria, Física Teórica dirigido por Enrico Fermi. Las dos peticiones últimas, aunque no concedidas, indican su interés por la investigación después de ser nombrado catedrático de una universidad y su empeño por enfocar su trabajo hacia temas de mayor actualidad en el campo de la Física Teórica.

Con esta actitud se identificaba con el grupo de profesores universitarios que pensaban que la investigación era parte esencial de su quehacer.

Vigencia de su obra científica

Sirvan tan solo unos ejemplos para certificar la vigencia de sus estudios. Coeficientes de persistencia, publicado en 1928, fue utilizado por Antón Uriarte en 1983 para corregir errores cometidos por otros autores en el uso del coeficiente de Besson como índice de la mayor o menor persistencia de la lluvia en un observatorio. Correlación entre la lluvia y cosecha de trigo en el secano de las provincias de Zaragoza y Huesca, de 1931, fue alabado en 2005 por Albert Carreras quien lo consideró “un precedente ejemplar de correlación de clima y producción agraria para Huesca y Zaragoza de 1914 a 1927”.

Sus trabajos contribuyeron a superar el empirismo, ayudando a sentar las bases de la Meteorología Física y de los modelos matemáticos para predecir el clima. Ejerció influencia notable sobre colegas suyos quienes, como Mariano Doporto, alcanzaron en el exilio prestigio internacional

Sus trabajos contribuyeron a superar el empirismo, ayudando a sentar las bases de la Meteorología Física y de los modelos matemáticos para predecir el clima. Ejerció influencia notable sobre colegas suyos quienes, como Mariano Doporto, alcanzaron en el exilio prestigio internacional.

José Domingo Quílez escribió el libro Estructura, Expansión y Evolución del Universo a raíz del discurso de apertura del curso académico 1934-1935 en la Universidad de Granada. Según indica en el prólogo: “La benévola acogida que ampliamente ha tenido el discurso impreso, tan solo justificada por el interés del tema desarrollado y las frecuentes invitaciones amistosas para decidirnos a ello constituyen los motivos de esta publicación...”. Pretende “satisfacer (el) deseo de participación en el conocimiento científico” de la audiencia. Siente la responsabilidad de explicar los avances científicos a la sociedad, escribe para “compartir el conocimiento científico”. El deseo de conocer está ahí, “incluso en las personas alejadas de la investigación científica”.

Estructura, Expansión y Evolución del Universo, libro de José Domingo Quílez, a partir de su conferencia del curso académico 1934-1935 de la Universidad de Granada, de gran impacto científico. Universidad de Granada.

Partiendo de una visión global, que considera las tres etapas del pensamiento humano en cuanto a su concepción de la Naturaleza (mitología, filosofía y ciencia), abarca toda la Astrofísica (planetas, estrellas, galaxias y cosmología). Incorpora los últimos avances, y expone cada tema de forma clara y amena. Desde el título manifiesta la rigurosidad científica, que se refuerza en las “Palabras iniciales”, cuando descarta ocuparse del origen del Universo por inaccesible al método científico. Se centrará en lo que puede observarse: “la estructura que tiene el Universo y su evolución”. Ello no resta entusiasmo al tema, en el título se incluye un importante descubrimiento, que posteriormente califica como “sensacional”: el Universo está en expansión.

El autor establece una línea clara entre lo que es Ciencia y lo que no es Ciencia. Asocia la religiosidad a la “porción ingenua de la humanidad” y sitúa todas las religiones al mismo nivel al referirse a “todo sistema religioso”

El autor establece una línea clara entre lo que es Ciencia y lo que no es Ciencia. Asocia la religiosidad a la “porción ingenua de la humanidad” y sitúa todas las religiones al mismo nivel al referirse a “todo sistema religioso”. En el mismo sentido se refiere a la astrología: “los que crean aún en la influencia de una determinada estrella sobre la vida de una persona...”. Incluso advierte que la filosofía clásica “más bien presenta una oposición al progreso de las ciencias experimentales”. Estas declaraciones responden a la coherencia del autor con su pensamiento, a la necesaria “desdivinización y deshumanización de la Ciencia”.

El libro 'Estructura, Expansión y Evolución del Universo' demuestra que estaba al tanto de todos los avances científicos sobre Cosmología

El libro Estructura, Expansión y Evolución del Universo demuestra que estaba al tanto de todos los avances científicos que hasta la fecha se habían producido en Cosmología. Se trata de una revisión exhaustiva, en apenas 200 páginas se hace referencia a 32 libros, editados entre 1907 y 1934, y a más de 40 autores (la mayoría físicos).

Fue un profesor universitario comprometido con la calidad de la enseñanza pública en todos los sentidos

Fue un profesor universitario comprometido con la calidad de la enseñanza pública en todos los sentidos. En Palabras finales muestra preocupación por la falta de actualización de los contenidos impartidos en las aulas universitarias y urge a cambiar dicha situación: “Sus leyes forman un capítulo de los dos con que se ha enriquecido la Física contemporánea, aunque todavía sin razón sólida alguna no se mencione en absoluto en los textos y en las explicaciones… Creemos nosotros en cambio que ya va siendo necesario sustituir la clásica división por ... la física moderna”.

Otro de los libros de José Fomingo Ortiz, Turbulencia atmosférica y evaporación, también de amplio impacto. Agencia Estatal Meteorológica.

Finaliza el libro con una frase, que es la única licencia poética que se permite: “... el mundo enormemente grande que nos rodea y con el que no tenemos otra comunicación que los hilos de pálida luz que nos tienden las estrellas y sistemas estelares. (FIN)”.

Los acontecimientos que ocurrieron en España en los siguientes años nos impiden valorar el impacto que ese libro de divulgación científica podía haber tenido, pero en su momento algunos medios se hicieron eco del mismo

Los acontecimientos que ocurrieron en España en los siguientes años nos impiden valorar el impacto que ese libro de divulgación científica podía haber tenido, pero en su momento algunos medios se hicieron eco del mismo. En 1935, Manuel Ontañón escribía desde Cambridge un artículo sobre la expansión del Universo que era publicado en la revista Madrid Científico en el que exponía la teoría de W. de Sitter y las observaciones y medidas de Slipher, Hubble y Humason, calificando el libro de José Domingo como “un excelente resumen de estas teorías“.

Su interés por la Astrofísica tuvo continuidad en una publicación en Anales de la Sociedad Española Física y Química en 1935 titulada “Acerca de la explicación no relativista del desplazamiento del espectro en las nebulosas espirales. El universo cíclico en expansión”. En el resumen, en inglés, nos señala que, modificando la ley de Newton, es posible explicar el movimiento radial de las galaxias (nebulosas) espirales desde un punto de vista nuevo, alternativo a las teorías relativistas. Indica, motivando este cambio de dinámica relativista a newtoniana, que la relatividad conduce a una edad del Universo demasiado corta. Expone su tesis analizando todos los puntos fuertes y débiles de la misma y la compara con las observaciones disponibles. Cita diez artículos, incluyendo resúmenes de congresos, la compilación de datos de galaxias de la Smithsonian Institution de 1933 y dos libros sobre relatividad, el de A. Eddington, Mathematical Theory of Relativity (1933) y el de E.A. Milne, Relativity, Gravitation and World- Structure (1935).

El trabajo de José Domingo muestra la visión global y actualizada que tenía de la Física, más allá de su campo de trabajo, la Meteorología Física, y la atracción que sentía por todos los campos de la Física que en aquellos años experimentaban cambios fundamentales.

El tema central es “averiguar la estructura de los distintos núcleos de los átomos conocidos” que “es hoy el problema más central de los estudios físicos”. El núcleo atómico fue el tema central del Congreso Solvay (Bruselas, octubre 1933) al que asistieron las figuras más destacadas de la Física Nuclear

En abril de 1934 José Domingo Quílez publica el artículo Últimos descubrimientos de la Física en el Boletín de la Universidad de Granada. El objetivo principal: estar al día de los avances que se estaban produciendo. El artículo refiere los resultados del experimento realizado en Berkeley por Henderson, Livingston y Lawrence el mes anterior y a la publicación en febrero del descubrimiento de Curie y Joliot sobre la radioactividad artificial.

El tema central es “averiguar la estructura de los distintos núcleos de los átomos conocidos” que “es hoy el problema más central de los estudios físicos”. El núcleo atómico fue el tema central del Congreso Solvay (Bruselas, octubre 1933) al que asistieron las figuras más destacadas de la Física Nuclear.

El 24 de septiembre de 1939 se publicaba en el Boletín Oficial del Estado una orden del Ministerio del Aire dando de baja en elServicio Meteorológico Nacional, “por haber transcurrido el plazo reglamentario sin verificar su incorporación a sus destinos” a Arturo Duperier Valles, Mariano Doporto Marchori y José Domingo Quílez, entre otros. La meteorología española perdía a algunos de sus mejores especialistas.

Militancia política, depuración y exilio

La primera referencia de militancia política de Domingo Quílez la encontramos como vocal de la comisión organizadora de la Asamblea de Juventudes de Unión Patriótica que se celebraría en Zaragoza del 3 al 5 de mayo de 1929 cuyos temas a discutir fueron: “Significado de las Juventudes dentro de la Unión Patriótica Nacional”, “Educación ciudadana del joven español” y “Modos de actuación pública de las Juventudes de Unión Patriótica”. Meses después lo encontramos como socio número 1.526 del Sindicato de iniciativa y propaganda de Aragón. El fracaso de la modernización autoritaria que supuso la dictadura del general Primo de Rivera junto con el descrédito que ello representó para Alfonso XII, le llevaron a él, como a otros muchos intelectuales de la época, a convencerse de que la única salida política era la republicana.

Dejaba claro su compromiso con el proyecto político de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña; sufriendo los avatares que dicha organización vivió en Granada. En 1935 ocupaba el puesto 478 en el escalafón de catedráticos de las Universidades españolas

El 26 de marzo de 1935, El Defensor de Granada publicaba la dimisión de la Junta interina de la Asamblea local de Izquierda Republicana, y la nueva Junta estaba constituida por: “don Jesús Yoldi Bereau, y… Tesorero, don Manuel Trenzado; secretario, don Pedro del Castillo Cascales; vocal primero, Don José Domingo Quílez; ídem segundo, don Luis Fajardo; vocal tercero, don Jorge Guillén, y 4º, don Manuel R. Morcillo…”. Dejaba claro su compromiso con el proyecto político de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña; sufriendo los avatares que dicha organización vivió en Granada. En 1935 ocupaba el puesto 478 en el escalafón de catedráticos de las Universidades españolas.

En 1936 dejó de pertenecer a la sección granadina de Izquierda Republicana, por desacuerdos en la elaboración de las candidaturas del Frente Popular en Granada.

Siguió afiliado a este partido a nivel nacional. No apoyó el voto de censura promovido por ocho catedráticos contra el rector derechista Antonio Marín Ocete. Cinco de estos catedráticos fueron asesinados por los golpistas.

Cuando triunfa el golpe de estado militar, José Domingo Quílez no se encontraba en Granada, al parecer estaba de vacaciones en Santander. Esto le salvó la vida aunque para él y su familia comenzara un período de dificultades extremas

Cuando triunfa el golpe de estado militar, José Domingo Quílez no se encontraba en Granada, al parecer estaba de vacaciones junto a su familia en Santander. Esto le salvó la vida aunque para él y su familia comenzara un período de dificultades extremas.

El “Tribunal de Responsabilidades Políticas de Granada”, creado por los militares golpistas, le abrió expediente el 18 de septiembre de 1936, estando ausente de la ciudad, acusado de ser un “elemento peligroso para la Causa Nacional”.

El 3 de febrero de 1937 la Universidad de Granada publicó un anuncio con la firma del rector nombrado por los golpistas, Antonio Marín Ocete, en el que se informaba de la recepción de los pliegos de cargos remitidos por la comisión depuradora de catedráticos de universidad contra Alejandro Otero Fernández, Gabriel Bonilla Marín, Cayetano Cortés Latorre y José Domingo Quílez, y les requería a los implicados para que contestaran en en el plazo de diez días pues, de no hacerlo, se seguiría el expediente que se les instruía “como si hubiesen sido oídos”.

El 3 de noviembre de 1937, el mismo rector firmaba una resolución según la cual el vicepresidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado resolvía la separación definitiva del servicio de José Domingo Quílez y le inhabilitaba para el desempeño de cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza

El proceso continuó y el 3 de noviembre de 1937, el mismo rector firmaba una resolución según la cual el vicepresidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado resolvía la separación definitiva del servicio de José Domingo Quílez y le inhabilitaba para el desempeño de cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza. El profesor José Domingo Quílez quedaba separado de su cátedra de Física Teórica y Experimental en la Universidad de Granada, con fecha 27 de octubre de 1937.

En el archivo de Salamanca existen datos sobre su actividad durante el período de guerra: su expediente como capitán del Ejército del Norte (Asturias), en el Servicio Meteorológico de las Fuerzas Aéreas del Norte, de fecha 12 de febrero de 1937, “para que pueda transitar por los frentes en funciones propias de su cargo”. El escrito del Frente Popular (Santander), 26 de junio 1937, en el que: “La organización Izquierda Republicana certifica que José Domingo Quílez afiliado a la misma desea evacuar a sus familiares siguientes: Raquel Lion Miranda (27 años), esposa; Raquel y Cristina Domingo Lion (3 años y 18 meses, respectivamente) hijas; Encarnación Prieto Fernández (24 años) y Sacramento Martín López (40 años), sirvientas”.

El 27 de septiembre de 1937, por orden ministerial firmada en Valencia, se le traspasa el sueldo de catedrático de la Universidad de Granada a la Autónoma de Barcelona, quedando a disposición del Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad.

El 15 de octubre de 1937 el rector de la Universidad Autónoma de Barcelona le nombra profesor agregado para enseñar Matemáticas especiales del curso preparatorio de Medicina

El 15 de octubre de 1937 el rector de la Universidad Autónoma de Barcelona le nombra profesor agregado para enseñar Matemáticas especiales del curso preparatorio de Medicina. El 12 de noviembre se confirma su ejercicio como profesor agregado de la Universidad catalana, y el 12 de noviembre el Patronato de la misma le nombra encargado de la dirección del laboratorio de Química Inorgánica, Análisis Químico y Electroquímica con los servicios anexos de Metalografía y otros similares. Por orden ministerial de 8 de diciembre de 1937, siendo Ministro de Instrucción Pública y Sanidad, Jesús Hernández Tomás, asciende a la sección séptima del escalafón general de profesores de Universidad; nueve días después es nombrado vocal de la Comisión asesora de la Universidad de Barcelona, y se le menciona como “profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, hoy transitoriamente agregado a la Universidad Autónoma de Barcelona”.

Imágenes obtenidas de la ficha que la Universidad Autónoma de Barcelona le hizo el día 6 de noviembre de 1937.

El día 20 de febrero de 1938 la Gaceta de la República publica una lista con los reingresos al servicio de muchos catedráticos depurados por los golpistas. Entre ellos, a José Domingo Quílez

El día 20 de febrero de 1938 la Gaceta de la República publica una lista con los reingresos al servicio de muchos catedráticos depurados por los golpistas. Entre ellos, a José Domingo Quílez. Durante su estancia en Barcelona estuvo afiliado al Sindicato Provincial de Profesiones Liberales de la UGT, pagando una cuota mensual de 5 pesetas. Las últimas huellas de su actividad académica en la UAB se refieren al nombramiento por el Patronato de dicha Universidad como encargado del curso académico 1938-1939, para explicar “Ampliación de Matemáticas” de la Sección deCienc ias Económicas.

El profesor permaneció en la UAB hasta la ocupación de la ciudad por las tropas mandadas por el general golpista Juan Yagüe, el 26 de enero de 1939. El 10 de enero había firmado el manifiesto “Denuncia de los bombardeos sobre la Universidad de Barcelona”, que fue publicado en el periódico La Vanguardia. En el mismo se declaraba:

“Los que suscriben, profesores de varias Universidades españolas, agrupados hoy en la de Barcelona para proseguir “nuestra” labor de investigación y docencia, nos dirigimos a las Universidades y a los Centros de Cultura de todo el mundo para denunciar que, por tercera vez, la Universidad de Barcelona ha sido bombardeada.

Medio “destruida” materialmente… su “espíritu vive” y alienta bajo el rigor de la guerra, pensando en la paz y en la labor ingente que le ha de corresponder, “junto con un inapreciable honor”, en la reconstrucción de la Patria.

Denunciamos el último crimen cometido contra la cultura en nuestro país, por aviones de países que han expulsado de su seno a la cultura y a los hombres de ciencia.

Os pedimos que hagáis pesar en el mundo vuestra autoridad moral para que crímenes así no se repitan.

Nosotros, fieles al deber, continuaremos nuestra obra. Tenemos encomendada la tarea de mantener vivo el rescoldo cultural de nuestro país, bajo el azote de la guerra, y de guardarlo inextinguible para nuestra juventud que hoy lucha y para la España de mañana. No la interrumpiremos por ningún motivo.

La República española “afirma enérgicamente” la tolerancia y la generosidad, porque su autoridad es moral y con ello se acrecienta. Triste suerte la de los regímenes que no pueden “disminuir el terror” porque sólo en él se apoyan.

Frente a la violencia y el terror, proclamamos, una vez más, nuestra fidelidad a los principios de la dignidad humana y de la libertad del espíritu”.

La biblioteca del profesor Domingo Quílez era conocida por la gran cantidad de libros que albergaba y que el decano de la Facultad de Ciencias solicitó, en escrito dirigido al presidente del Tribunal de Responsabilidades Políticas de la provincia de Granada, fechado el 16 de marzo de 1942, permiso para devolver a la viuda los libros de su marido, “poseyéndose en esta Facultad libros procedentes de la Biblioteca de dicho Sr., de lo que ya tiene noticias el Sr. Juez Instructor”.

Expediente del Tribunal de responsabilidades políticas. Universidad de Granada

En el expediente número 1.103 que consta en el Archivo Histórico de la ciudad de Granada del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Granada (18 de septiembre de 1936) se indica que “José Domingo Quílez era miembro del partido Izquierda Republicana y que fue su responsable local”. Dato que ha quedado demostrado era inexacto pues el responsable local de Izquierda Republicana era el catedrático de Química, Jesús Yoldi Bereau.

El 7 de marzo de 1941 su viuda, Raquel Lion, contestaba así al Tribunal de Responsabilidades Políticas de Granada: "... y que a este nueva cita perentoria no puede contestar y rebatir unos cargos que no conoce, restándole solo afirmar solemnemente que su difunto esposo D. José Domingo Quílez era un hombre honradísimo, catedrático ilustrado de la Universidad de Granada y que su fallecimiento dejó en el mayor desamparo a su viuda y a tres hijas muy menores de edad sin bienes ni recursos de ninguna clase. Espero que todas estas circunstancias muevan a piedad a ese alto tribunal, ante la angustiosa situación en que se encuentra esta pobre familia".

Finalmente el Tribunal le impondría una multa a la viuda de 200 pesetas, práctica frecuente para seguir esquilmando y castigando a las familias de los represaliados políticos, incluso de los fusilados

Los profesores de la Facultad de Ciencias de la UGR, Juan Tercedor Díaz, Victoriano Martín Vivaldi y Gonzalo Gallas Novás, decano de la Facultad de Ciencias, testificaron a su favor. Finalmente el Tribunal le impondría una multa a la viuda de 200 pesetas, práctica frecuente para seguir esquilmando y castigando a las familias de los represaliados políticos, incluso de los fusilados.
 
En los archivos de la Universidad de Granada hay dos cartas fechadas el 28 de marzo de 1977 en las que el profesor de la Universidad de Barcelona Lluis Solé i Sabarís intercede para que Raquel Lion, que se encuentra en una situación económica difícil, pueda cobrar los atrasos de su pensión de viudedad.
 
El profesor José Domingo Quílez fue enterrado el 24 de abril de 1939 en la tumba número 6.019, sección 2, división 9, en el Cimetière Rapas. Diecisiete años después, según el Reglamento del Ayuntamiento de Toulouse, al no renovarse la “concesión” de la sepultura sus restos fueron sacados e incinerados.

Contra el olvido

José Domingo Quílez fue un profesor universitario que. desde la Meteorología, realizó una digna investigación en la periferia.

Así lo destacan los profesores Inmaculada Domínguez, Carmen Valdivia, Carmen Morente, Olalla Olea, Joaquim Sales y Roque Hidalgo Álvarez, autores de El meteorólogo José Domingo Quílez (1903-1939): Un caso de investigador en la periferia, que resaltan la existencia, "antes del golpe de Estado de 1936, en la periferia profesores universitarios comprometidos con la modernización de la sociedad y las universidades. Los cuales realizaron, difundieron y publicaron investigaciones científicas de calidad y que desde ese compromiso asumieron labores de gestión universitaria y de divulgación de los avances fundamentales que se estaban produciendo a nivel internacional, y de ellos José Domingo Quílez es un buen ejemplo".

El impacto de la guerra sobre el profesorado de la Universidad de Granada fue demoledor

También, "la creación del cuerpo de meteorólogos del Servicio Meteorológico Español en 1921 hizo posible que la investigación en Física mejorara cuantitativa y cualitativamente actuando como impulsor de esta última en la periferia. De igual forma, la Meteorología se desarrolló como disciplina científica basada en principiostermodinámicos e hidrodinámicos. La creación en 1927 de los Anales de la Sociedad Española de Meteorología facilitó el intercambio de experiencias y resultados de investigaciones entre los meteorólogos y ayudó a superar el empirismo en que se había movido la ciencia del clima".

En sus conclusiones, certifican que "el impacto de la guerra sobre el profesorado de la Universidad de Granada fue demoledor. En concreto en la Facultad de Ciencias, de los siete catedráticos que tenía a principio de 1936 dos, Jesús Yoldi Bereau y José Domingo Quílez, no sobrevivieron al conflicto. En el caso de este último su depuración por parte de las autoridades impuestas tras el golpe de Estado y su temprana muerte en el exilio lo convirtieron en un desconocido, de lo que Pedro Laín Entralgo llamó “atroz desmoche” en su “Descargo de conciencia”, ofrecido tras la muerte del dictador Francisco Franco, para referirse al exilio y la “depuración en nuestros cuadros universitarios, científicos y literarios”.

Este reportaje ha seguido El meteorólogo José Domingo Quílez (1903-1939): Un caso de investigador en la periferia, publicado por Llull, Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, ISSN 0210-8615, Vol. 42, Nº 86, 2019, págs. 241-260, la magnífica investigación de Inmaculada Domínguez, Departamento de Física Teórica y del Cosmos. Facultad de Ciencias. Universidad de Granada; Carmen Valdivia, Departamento de Filología Francesa. Facultad de Traducción e Interpretación. Universidad de Granada; Carmen Morente, Asociación Historia Actual. Grupo de Estudios de Historia Actual de la Universidad de Cádiz; Olalla Olea, École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL); Joaquim Sales, Departament de Química Inorgànica. Universitat de Barcelona; y Roque Hidalgo Álvarez, Departamento de Física Aplicada. Facultad de Ciencias. Universidad de Granada.

Con nuestro agradecimiento y reconocimiento por la excelente labor investigadora.

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Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.

Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita. 

En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 

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Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria: 

Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Juan I. Pérez

Sus primeras crónicas se publican, mientras estudia Filología Hispánica, en El Telegrama de Melilla o en la edición Melilla de El Diario de la Costa del Sol y se escuchan en Antena 3 Radio. En la Universidad Complutense se licencia en Ciencias de las Información y obtiene la Suficiencia Investigadora. En Madrid trabaja en Europa Press y lidera la publicación, junto a otros autores, de El Manual del Estado Español (1994, Ediciones Lama).En Granada, permanece nueve años en la Delegación de la Agencia Efe, que abandona para incorporase como subdirector a Granada Hoy. En CajaGranada ha sido director de Comunicación y trabajó en su Obra Social. Es director de Proyectos de Geepp Ediciones.

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