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Rafael García-Duarte, el médico de los niños obreros, fusilado por los franquistas

Blog - Foro de la Memoria - Paco Vigueras - Sábado, 19 de Noviembre de 2022
En memoria del insigne médico, político y humanista, fundador de la Escuela de Pediatría Social de Granada y concejal de Granada, asesinado por ser socialista, te ofrecemos este brillante reportaje de Paco Vigueras, periodista y portavoz de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación. Para que nunca se olvide, para que nunca se repita.
Rafael García-Duarte, junto a un texto que se narra en este reportaje
Imáganes: Archivo familiar.
Rafael García-Duarte, junto a un texto que se narra en este reportaje
Rafael García-Duarte Salcedo, fundador de la Escuela de Pediatría Social en Granada, fusilado por los franquistas en la tapia del cementerio.

Rafael García-Duarte Salcedo, el pediatra de los niños pobres y fundador de la Escuela de Pediatría Social de Granada, fue detenido en su domicilio de la Gran Vía 38-40, en las primeras horas de la tarde del 10 de septiembre de 1936. Cuando su mujer, Carmen García, volvió a casa y vio lo ocurrido, avisó a su cuñado Enrique Linde y juntos fueron al Gobierno Civil para conocer la situación de García Duarte. Aunque no pudieron ver a Rafael - dice Enrique Linde – sí hubo un intercambio de notas entre el detenido y su esposa. La familia conserva una de las notas, que dice: “Avisa a Montañer y a Sor Josefa”. El detenido quería que se pusieran en contacto con el militar Alberto Serrano Montañer, íntimo amigo de la familia García- Duarte, y con la monja Sor Josefa Aldalus, para pedirles que intercedieran por él, ante las autoridades del régimen, con el fin de salvar su vida, pero cuando volvieron, ya era demasiado tarde. Parece ser que esa misma noche llevaron a Rafael a la prisión de Granada y Alfredo Dáneo, que también estaba en prisión, nos dice:

“Debieron detenerlo después de que me detuvieron a mí, pues yo no lo vi en la cárcel y lo que sé es porque me lo contaron. Yo también estuve allí, pero me salvé de milagro. Rafael no llegó a entrar en la cárcel, estuvo sólo en la capilla y fue fusilado con Agustín Escribano, que era catedrático de la Escuela Normal… El maestro Fernández de la Vega, que también se pudo salvar, me dijo que Rafael no quiso entrar en la capilla y se quedó fuera, alguien le amenazó que si no entraba lo iba a matar con un arma blanca y Rafael se negó, y con el miedo que tenía que tener, tuvo mucha valentía, pues Rafael le respondió: “Bueno, mátame…”.

En la madrugada del 11 de septiembre, Rafael García Duarte fue trasladado, junto con 24 hombres más, desde la cárcel hasta el cementerio de Granada. Francisco Gálvez, amigo del pediatra, describe así su fusilamiento:

“Los sublevados fusilaban a la mayoría de sus víctimas y a todos los presos de la cárcel, condenados a muerte, ante las tapias del cementerio municipal. El cementerio de Granada se encuentra en un sitio aislado, detrás del palacio de la Alhambra. Para llegar allí, los camiones de la muerte tenían que cruzar el centro de la ciudad por la Gran Vía y luego subir por la empinada Cuesta de Gomérez… Al llegar al cementerio, los camiones torcían a la izquierda de la entrada y se paraban. Las ejecuciones oficiales, es decir, de los presos mandados desde la cárcel, se hacían en las tapias exteriores del cementerio. El pelotón estaba compuesto habitualmente por una mezcla de guardias civiles, soldados, falangistas y voluntarios al mando de un oficial militar”.

“Rafael García Duarte se encargó personalmente de recomendar al encargado que le diera el tiro de gracia y que tuviera la bondad de no dejarlo medio matar, después de ser fusilado”

Francisco Gálvez también recuerda el momento dramático del crimen: “Rafael García Duarte se encargó personalmente de recomendar al encargado que le diera el tiro de gracia y que tuviera la bondad de no dejarlo medio matar, después de ser fusilado”. Asimismo, nos dice: “García Duarte no fue enterrado en una fosa común. Resultó que uno de los enterradores lo reconoció, pues Rafael era el médico de los niños pobres y había atendido a sus hijos. Este enterrador fue quien me indicó la fosa independiente en la que había sido enterrado García Duarte”. Y el 26 de noviembre de 1941 los restos mortales del insigne pediatra pudieron ser identificados, al estar en una fosa individual, y trasladados al mausoleo de la familia García-Duarte.

Última foto familiar de García-. Duarte, antes de ser detenido el 10 de septiembre de 1936.

La última carta

Francisco Gálvez entregó a Carmen García, viuda de García Duarte, los artículos personales de su marido: la sortija de boda, una agenda, un termómetro y una pitillera. También le entregó un trozo de tela del pijama impregnado de sangre y la última carta de despedida que Rafael escribió, antes de ser fusilado:

“Carmen adorada e hijos de mi vida. Después de un día horrible de sufrimiento, nos traen a la cárcel y, sin una declaración ni una pregunta, ni consentirme que hable con nadie, nos comunican a la una y media de la mañana que nos van a matar a los 25, cobardemente. Si mi vida va en beneficio de España, bien dada está. Tu y mis hijos, carne y vida míos, recibir todo el amor y toda la pasión que os tengo. No muero porque mi alma queda con vosotros y durará siempre en vuestra compañía”.

“Promete, y esto es una súplica, que ninguno de vosotros jamás os meteréis en política. Procurar que mis hijos honren mi nombre. También os pido que no guardéis rencor, como tampoco se lo guardo yo, al que pueda ser causante de ello. Yo los perdono y vosotros también. Tengo fe en un Dios grande, pero no de la religión que administran los hombres. Si hay castigo o pena, él se la demande. Creo que fui bueno y mi religión la traduje en amar a mi prójimo y haber el bien”.

“Muero entero, con el ánimo firme y decidido a apechar con mi suerte. La vida es así. Un hombre no tiene importancia en la historia de la Humanidad. A mis padres y hermanos, que los adoro, todo mi cariño en el último momento. Quedas libre y sin compromisos para abrirte camino como tú quieras. Y no tengo que decirte cómo quedas comprometida a cuidarlos. Miles de besos, muchos besos. Suerte. Arriba el espíritu. No decaer nunca, luchar”.

Disponemos también del testimonio de Enrique Linde, cuñado de Rafael, sobre la detención y asesinato del insigne pediatra:

“La detención ocurrió el 10 de septiembre. Se lo llevaron de su propio domicilio. Estaba en la casa con su hijo Alejandro, que era el más pequeño. Precisamente, abrió la puerta el niño. Rafael estaba escribiendo a máquina, y tenía el pijama puesto, el mismo que llevaba cuando cambiamos su cadáver de una fosa independiente al mausoleo familiar. Con el pijama puesto lo mataron, recuerdo que tenía destrozado el maxilar superior, la cara destrozada”.
El nombre de Rafael García-Duarte figura en el Memorial del cementerio de Granada, que rinde homenaje a las 4000 victimas del franquismo, fusiladas en aquel muro del terror.

El día que lo detuvieron, Rafael García Duarte estaba escribiendo un libro de texto de su especialidad, titulado: Los síndromes clínicos en Pediatría y justo en el momento de la detención, redactaba el capítulo: Síndrome Vómitos. Enrique Linde nos dice: “Esta cuartilla se encontraba en la máquina y en ella estaba trabajando Rafael cuando fue detenido, el día antes de su muerte. Murió como vivió, en un continuo amor al trabajo”.

García-Duarte estaba escribiendo este libro sobre los síndromes clínicos en Pediatría, cuando fue detenido y fusilado.

Alejandro García-Duarte, hijo menor de Rafael, recuerda ese trágico día: “Contaba con sólo 6 años y recuerdo perfectamente que abrí la puerta y que solo permitieron que mi padre se afeitara, antes de llevárselo.  Después le acompañé a la calle, donde le di el último beso, jamás volví a ver a mi padre.

Francisco Jiménez Callejas, sicario de la Escuadra Negra, apodado 'El Pajarero', pudo ser uno de los hombres que detuvieron a García Duarte

Francisco Jiménez Callejas, sicario de la Escuadra Negra, apodado El Pajarero, pudo ser uno de los hombres que detuvieron a García Duarte. Según Enrique Linde, El Pajarero se llevó al automóvil del insigne pediatra y lo utilizó durante la guerra para dar el “paseo” a sus víctimas. Un “paseo” que acababa en cualquier cuneta, con un tiro en la nuca. Y entre las víctimas, Federico García Lorca, que pudo ser trasladado en el coche que los golpistas incautaron a García Duarte, para llevar al poeta desde el Gobierno Civil hasta Víznar, donde acabaron con su vida.  Ian Gibson nos cuenta quién era El Pajarero en su libro Represión nacionalista en Granada y asesinato de García Lorca, editado en 1971 por Ruedo Ibérico y prohibido por la dictadura franquista. Gibson nos dice:

“Muchos de esos matarifes eran hijos de familias acomodadas. Está atestiguada la presencia de los siguientes personajes en esta escuadra de asesinos: Francisco Jiménez Callejas, El pajarero, que tenía entonces 20 años y murió en Granada el 24 de mayo de 1977, habiendo sido rico propietario de una fábrica de maderas…”

Junto a Rafael García Duarte, también fueron víctimas de la represión franquista sus amigos de la Tertulia del Rinconcillo y compañeros de corporación municipal, como Constantino Ruiz Carnero, Juan José de Santa Cruz, Agustín Escribano, José Palanco Romero, Antonio Molina de Haro, Juan Fernández Rosillo, Francisco Rubio Callejón, Ricardo Corro Moncho, Francisco Menoyo Baños y Federico García Lorca.

Jerónimo Bautista Tirado, alumno de Rafael Duarte, nos dice:

“Era muy amigo de García Lorca, se les veía pasear mucho juntos, además que vestían igual con sus capas y gabinas, era muy amigo de él… García Lorca estaba muy mal visto en Granada y yo lo habré visto con Rafael por lo menos veinte veces. García Lorca tenía aquí muy mal ambiente…”.

“Los dos tenían muchos envidiosos, porque en la gente la envidia es el peor motor de todas las pasiones, hasta es posible que de la envidia derivara su muerte. Y Rafael Duarte estaba muy censurado, era la envidia de que él era el número uno de Sanidad Militar de la Armada, Puericultor del Estado y catedrático con veintitantos años… lo censuraban, pero no por las cosas importantes, sino por ser hombre extravagante, por la forma en que iba vestido, de raro, en fin, tenía muchos envidiosos a su alrededor”.

En defensa del niño obrero

García Duarte viajó a Paris, donde se especializó en enfermedades de la infancia y puericultura, formándose en los últimos avances en pediatría, con grandes médicos como Marfan y Nobecourt.

Cuando regresó de la capital francesa, adquirió fama en la ciudad

Cuando regresó de la capital francesa, adquirió fama en la ciudad. Una de sus conferencias más destacadas fue el 25 de febrero de 1927, en la casa del pueblo, invitado por la Federación Local de Sindicatos de Granada. Su brillante disertación titulada El niño y el trabajo, fue publicada en la revista Actualidad Médica y muy divulgada en la prensa granadina, que decía: “La numerosa concurrencia aplaudió reiteradamente al señor Duarte por su conferencia en defensa del niño obrero”.  “Estamos en el siglo del niño” – dijo Duarte – y explicó el interés mundial en la Puericultura que “antes era una utopía” y la definió como la Ciencia de criar a los hijos: “El niño es hoy el blanco, el objetivo de todos los anhelos, de todos los ideales de la familia y, por tanto, de la nación. ¡Desgraciado el país que no ama a su infancia, porque es sinónimo de carecer de aspiraciones de renovación y de progreso”.

En octubre de 1933, Rafael García Duarte imprimió el primer ejemplar de la revista médica y científica de Pediatría, publicada en Andalucía Oriental. La revista Pediatría y Puericultura fue creada por Rafael, es decir, fundada y dirigida por él mismo. Sin embargo, tuvo corta vida, pues su último ejemplar salió en agosto de 1936 y el 11 de septiembre lo fusilaron. Juan Pulgar relata las múltiples facetas de su amigo:

“Rafael fundó una revista mensual que era estupenda y en la que además casi todo lo hacía él. Te digo que le gustaba divertirse lo suyo y conmigo más de una vez. Pero lo primero era lo primero. El cumplía con su tarea familiar, con su tarea profesional, con su tarea profesoral, con su tarea social, con su tarea humana, y le quedaba tiempo para de paso divertirse, era asombroso”.  

Cinco años después de ser fusilado, en 1941, el Tribunal Regional de Responsabilidades Política abrió expediente contra Rafael García-Duarte, en un intento de justificar el crimen, siendo acusado de ser socialista y de pertenecer a la masonería. Pero la acusación de haber sido masón carece de fundamento, pues García-Duarte era iconoclasta, contrario a rendir culto a las imaginerías, reacio a todo tipo de simbología, según su íntimo amigo Alfredo Dáneo:

“Yo creo que Rafael García-Duarte no era masón, ni yo tampoco lo he sido. No fuimos de las Oración Nocturna ni de la Masonería, es que no cabíamos en organizaciones como ésas”.

 Y otro amigo, Norberto González de Vega, también lo niega rotundamente:

“No iba con su carácter, yo creo que no era masón, aunque era una cosa secreta y, por tanto, no se sabe con seguridad, pero yo pondría la mano en el fuego que Rafael no era masón. Ya te digo, no iba con su carácter…Yo estoy convencido de que eso es mentira”. 

Así pues, descartada su pertenencia a la masonería, llegamos a la conclusión de que lo mataron por haber sido socialista.

Cinco años después de ser fusilado, en 1941, el Tribunal Regional de Responsabilidades Política abrió expediente contra Rafael García-Duarte, en un intento de justificar el crimen, siendo acusado de ser socialista 

García-Duarte, un orador brillante y enérgico

Efectivamente, Rafael García Duarte se afilió al Partido Socialista el 1 de abril de 1930 y su debut político se produjo el domingo 29 de marzo de 1931, en un mitin multitudinario de la coalición Republicana-Socialista, en la Plaza de Toros de Granada. José Fernández Castro, en su biografía sobre Alejandro Otero, describe a García Duarte como “un político llano, sincero y de prestigio”. Y El Defensor de Granada recogió en sus páginas el entusiasmo de Duarte, que habló en nombre del Partido Socialista y de la UGT y dijo: “No somos incendiarios ni alborotadores. Deseamos la paz, pero una paz humana”.  García Duarte planteó en su discurso la instauración de una República democrática y afirmó que la coalición republicana-socialista tenía un “fin exclusivamente social”.  También se refirió al orden público, diciendo: “Nosotros no somos revolucionarios de algaradas sangrientas… pero que no crean que somos mansos y cobardes”. Y acabó denunciado la compraventa de votos: “Son políticos indignos, que no merecen el desprecio, sino la compasión”.

García-Duarte intervino en el mitin de la coalición republicana-socialista del 29 de marzo de 1931, en la Plaza de Toros de Granada. El insigne pediatra destacó por ser un orador brillante y enérgico.
Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, en la Alhambra, durante una visita a Granada. El concejal García-Duarte formó parte de la delegación granadina que dio la bienvenida al dirigente socialista. (García-Duarte, entre la mujer e Indalecio Prieto).

También intervino en el gran mitin de Loja, con otro discurso elocuente y de carácter social, que recogió el periódico republicano La Democracia: “Hay que emprender una política constructiva de pleno contenido social, dijo Duarte

También intervino en el gran mitin de Loja, con otro discurso elocuente y de carácter social, que recogió el periódico republicano La Democracia: “Hay que emprender una política constructiva de pleno contenido social - dijo Duarte-. La próxima Republica debe ser de una amplia orientación social. Por esta República luchan hoy la juventud y la clase intelectual, y serán nulos todos los obstáculos que se nos quieran poner, porque contra la razón y las ideas no sirven los tricornios”.  Y en Santa Fe, nuevo mitin que presidió Fernando de los Ríos, en el que también destacó el discurso de García-Duarte. Estas fueron sus palabras, de la que se hizo eco, una vez más, el rotativo La Democracia:

“Hay que luchar serenamente, conjuntamente, por los ideales de libertad, democracia e igualdad. Y no sólo por los ideales, sino también por la consecución de nuestros programas. La revolución no es sólo una revolución de ideales, sino de programas”.

Y con sus discursos brillantes y enérgicos, Rafael García-Duarte se ganó el apoyo popular. El 14 de abril de 1931 recibió una carta de la Junta Municipal del Censo Electoral de Granada, en la que le comunicaba que había sido proclamado Concejal electo en las elecciones municipales, con un número total de 735 votos.  Ese mismo día, se proclamó la Segunda República, el rey Alfonso XIII abdicó y fue constituido en Granada el Ayuntamiento republicano. Y como homenaje al recién elegido concejal Rafael García Duarte, los amigos de La Tertulia de la Porra le obsequiaron con el Título de Porrista.

Desde el Ayuntamiento, como Inspector Municipal de Sanidad y presidente de la Comisión de Beneficencia Municipal, García Duarte planteó un proyecto de abastecimiento y purificación de aguas

Desde el Ayuntamiento, como Inspector Municipal de Sanidad y presidente de la Comisión de Beneficencia Municipal, García Duarte planteó un proyecto de abastecimiento y purificación de aguas: “Por mi profesión, sé desgraciadamente la frecuencia de esas trágicas “fiebres granadinas” que tanto dolor llevan a nuestros hogares, y también sé cuánta gente vive engañada, bebiendo confiada en el agua del Avellano, sin ser potable”. Duarte también propuso un consultorio para niños en el Albaicín, el barrio más populoso y pobre de la capital. Y por supuesto, impulsó una serie de medidas para abordar los graves problemas de salud pública que por entonces padecía la población granadina. Medidas, que el Diario de Granada, recogió en sus páginas:

─Viviendas para médico y practicante, para garantizar la continuidad de la asistencia.

─Ampliación del consultorio médico, incorporando la atención materno-infantil.

─Creación de un dispensario antituberculoso.

Este ambicioso proyecto estaba tan sólo pendiente de encontrar una partida presupuestaria para financiarlo, por lo que García Duarte lamentó “la triste situación financiera de nuestro Ayuntamiento”, pero no se dio por vencido y manifestó su intención de seguir trabajando para conseguirlo

─Instalación de un puesto de socorro para urgencias.

─Fundación de una escuela al aire libre para niños débiles.

Este ambicioso proyecto estaba tan sólo pendiente de encontrar una partida presupuestaria para financiarlo, por lo que García Duarte lamentó “la triste situación financiera de nuestro Ayuntamiento”, pero no se dio por vencido y manifestó su intención de seguir trabajando para conseguirlo.

Decepcionado con la división de la izquierda

Sin embargo, durante la revolución de octubre de 1934, García Duarte se sintió decepcionado por la división de la izquierda y se dio de baja en el Partido Socialista y en UGT. ¿Por qué decidió alejarse de la política? Un artículo publicado por el insigne pediatra en el diario republicano El Defensor de Granada nos da una pista:

“Lo más triste del momento es que los distintos grupos políticos de la clase trabajadora no coinciden en sus intereses económicos y en sus aspiraciones sociales, y se da el pavoroso espectáculo de estar los unos en contra de los otros, con graves perjuicios para todos”.

“Amar a todos los hombres, aunque sean enemigos y sed fervientes creídos en la fraternidad universal. Seréis tantos más buenos, cuanto mayor sea el sentimiento humano que deis a la vida”, les dijo a sus hijos

Y es que Rafael era humanista, antes que político. A sus propios hijos les transmitió esta actitud con las siguientes palabras: “Amar a todos los hombres, aunque sean enemigos y sed fervientes creídos en la fraternidad universal. Seréis tantos más buenos, cuanto mayor sea el sentimiento humano que deis a la vida”. Pues bien, fue ese “sentimiento humano”, que Rafael le dio a la vida, el motor que le llevó a participar en política.

Su alumno, Manuel Bueno Fajardo, narró los motivos que hicieron de su maestro un hombre con inclinaciones políticas:

“Rafael García-Duarte Salcedo era un hombre liberal. Yo en el fondo no creo que fuera socialista, lo que ocurre es que era un hombre generoso. El comprendió que podía hacer una labor inscribiéndose en el Partido Socialista y lo hizo con la sana idea, igual que D. Alejandro Otero, ambos médicos. En realidad, todos los médicos, y en especial los médicos de aquella época, tenían que ser muy humanos… y mucho más un pediatra con la gente necesitada.

Un pediatra que veía una falta de asistencia tan grande como ha habido durante siglos en Andalucía. Había una verdadera miseria y, por tanto, Duarte se inclinó hacia una idea socialista, aunque yo creo que en su corazón no era un hombre político. El veía que podía prestar una ayuda grande sin profesaba y se inscribía en el Partido Socialista, partido político próximo a triunfar, como así ocurrió.

Rafael García-Duarte estaba ya en la cúspide y fue socialista por su generosidad y su deseo de apoyo y ayuda a una clase que él creía que había la obligación moral de socorrer. Y digo que él quiso contribuir generosamente, porque no iba a obtener de ello ningún beneficio personal, todo lo contrario, iba a perder clientela y, por tanto ingresos, porque dedicó su tiempo a algo que no le daba dinero”. 

Contamos igualmente con el testimonio de Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada, también fusilado por los golpistas del 36 en las tapias de cementerio. Ruiz Carnero describió así a García Duarte:

“Un hombre de su tiempo y, tal vez, más adelantado incluso a los tiempos que actualmente vivimos, lo cierto es que fue más emprendedor y valiente que el ámbito provincial granadino que lo envolvió”.

Recordemos también las felicitaciones de la prensa, cuando García-Duarte fue nombrado Inspector de Sanidad y nuevo académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Granada. Uno de los elogios más destacados volvió a recibirlo de su íntimo amigo, el periodista Ruiz Carnero, que le dedicó una de sus célebres Siluetas de Constancio titulada Revolucionarios. El conocido como maestro de la ironía decía así en su columna periodística, aliñada con una pizca de sátira:

“En la Academia de Medicina, que es una casa muy seria y docta, han entrado aires de revolución. No hace muchos días, el señor Duarte Salcedo leía su discurso de recepción y se proclamaba bolchevique ante los graves académicos que le escuchaban. Había que romper con lo tradicional y revolucionar enérgicamente el espíritu de la sesuda Academia. Había que destruir lo viejo para dar paso a las audacias de la juventud. Yo no sé si, en aquel momento, se conmovieron los cimientos del edificio, asentados sobre sólidas bases científicas. Pero es indudable que la palabra bolchevique, lanzada con valentía en el salón de actos por el doctor Duarte Salcedo, puso en el ambiente una sombra dramática y pobló el espacio de extrañas inquietudes. Y eso que los señores médicos son hombres valerosos, que no titubean jamás, ni ante las revoluciones de la ciencia, ni antes las revoluciones de la política. Esta serenidad inconmovible ante el peligro es la posición natural del hombre familiarizado con la vida y con la muerte”.

Constantino Ruiz Carnero, que fue asimismo concejal de Izquierda Republicana, recopiló en un libro todas las Siluetas de Constancio y se lo dedicó a su amigo García-Duarte: “A mi fraternal amigo Rafael García-Duarte Salcedo, con la sincera expresión de mi afecto y gratitud por su generosa cooperación a la publicación de este libro”.  

Corporación municipal republicana, elegida en 1936, meses antes del golpe militar. Abajo, los concejales fusilados, señalados con una X, entre los que está Rafael García-Duarte.

Rafael García-Duarte Salcedo, en la memoria

En Granada, aún se recuerda la extensa obra científica, médica y social de Rafael García-Duarte Salcedo. Contamos con testimonios de hombres y mujeres que tuvieron el privilegio de conocer la dimensión humana del insigne pediatra y la magnitud de su obra. Personas que lamentan la efímera duración de su existencia entre nosotros, pues le quitaron la vida con sólo 42 años (1894-1936), cuando aún tenía mucho que aportar a la Pediatría y al progreso de esta ciudad.

Aún se recuerda su extensa obra científica, médica y social

Sor Lorenza Peña Sirón, hermana de la comunidad religiosa de San Juan de Dios, recuerda así la figura de García-Duarte:

“Fue un gran innovador de la Pediatría, trajo cosas nuevas a Granada, muy buenas y que lograron mucho éxito. Ganó la Cátedra siendo aún muy joven por la gran inteligencia que tenía y recuerdo que tenía un talento extraordinario”.

Norberto González de Vega, médico de la lucha contra la tuberculosis de la Beneficencia Provincial de Granada:

"Rafael Duarte era un hombre excelente, excelente… un hombre muy cordial, muy estudioso, con una gran agilidad mental, muy sincero, muy franco, era una persona encantadora… tenía un sentido del humor exquisito, era muy maja persona, muy agradable”.

Teresa San Ramón, esposa de Norberto González de Vega e íntima amiga de la familia Duarte Salcedo:

“Era un hombre muy espiritual, un hombre adelantado en aquellos tiempos por sus ideas y no tenía complejo ninguno… aunque creo que había sido un hombre muy frustrado, incomprendido, porque había sido un hombre de unas inquietudes no aceptables en aquellos años… A mí me parecía un intelectual extraordinario, sólo hace falta ver su labor en La Gota de Leche, a su vez político, como eran todos los intelectuales de aquella época, de izquierdas, no cabe duda”.  

Alfredo Dáneo Gentile, obstetra de la escuela de Alejandro Otero y amigo íntimo de García Duarte:

“Era elegante de espíritu. Rafael Duarte era elegante para vestir, para todo, iba con modales avanzados en todos los sentidos. Era muy valiente, valiente en el sentido de cómo se tomaba la vida. Rafael adoraba a su familia, especialmente a su hermana Rosario, e iba con ella a la sierra a pasar unas temporadas, porque ella estaba delicada… Era un hombre muy bueno y dialogaba con los alumnos, eso era una cosa muy nueva… Era humanista… Rafael Duarte era iconoclasta, no le gustaba representar ningún tipo de simbología”.

Emilio Muñoz Fernández, alumno de García-Duarte, excatedrático de Farmacología y Terapéutica y exrector de la Universidad de Granada:

“A mí me parecía un hombre afable, encantador, y sobre todo, el hombre estereotipado de la antigua usanza. Era un hombre cordial, hablaba con los alumnos, nos trataba muy bien y nos hacía trabajar, diría yo, con cierta elegancia”.
Rafael García-Duarte en el centro, con pajarita, detrás de dos compañeros agachados.

José Álvarez González, también recuerda con gratitud y devoción a su maestro:

“Como persona era decente y honrado, como todos los Duarte… Y además de ser trabajador, fue un maestro como él solo. Duarte sabía enseñar”.

Gonzalo Piédrola Gil, alumno y catedrático jubilado de la Universidad Central:

“Era una persona abierta y simpática, muy agradable y trataba con cariño a los alumnos, persona que se hacía respetar y querer”.

Jerónimo Bautista Tirado, pediatra y puericultor del Estado, valora la vocación y el entusiasmo de su maestro:

“Era un hombre que había nacido para ser maestro, porque se deleitaba enseñando. En su personalidad hay un aspecto que se debe destacar, que era su inclinación por lo que ahora se llama Pediatría Social.  Él fue un precursor. Le dedicó mucha importancia a todos eso del niño abandonado, de la delincuencia infantil, de La Gota de Leche que entonces tuvieron su apogeo y la protección del niño, desde el punto de vista social. Era un hombre serio, ni le gustaban las bromas ni a nadie se las permitía, pero era un hombre amable y bueno”.

Antonio Linares Maza, psiquiatra y alumno de García-Duarte:

“Yo recuerdo que era un catedrático joven, que se ganaba a los alumnos porque explicaba muy bien, era muy didáctico… Era un superdotado intelectual y en el trato social”.

Manuel Bueno Fajardo, pediatra, puericultor y de los primeros seguidores fieles de la Escuela de Pediatría, fundada por su maestro:

“Cuando lo conocí, fue cuando realmente asimilé lo que era un maestro, un hombre que quiere enseñar de verdad…A él no le gustaban los cobistas ni los que llegaban con alabanzas, le gustaba la gente espontánea, con toda naturalidad. Era muy sistemático, no era un hombre que improvisaba., aunque era capaz de improvisar, pero tenía un programa muy bien trazado y un esquema claro de lo que iba a hacer… Las clases prácticas eran lo mejor, pues aprendí con él todo lo que era explorar a un enfermo. El pertenecía a una élite por sus aficiones artísticas, por su cultura… y se hizo socialista por su generosidad y su deseo de apoyo y ayuda a una clase que él pensaba que había que levantar y ayudar”.

Antonio Galdó Villegas, catedrático de Pediatría y principal seguidor en la escuela fundada por García-Duarte:

“Yo consideraba que era un maestro excepcional… con un entusiasmo extraordinario en la Cátedra de Pediatría…Como persona y como médico fue como mi padre… era un hombre de gran ímpetu y energía, y audaz para muchas cosas”.

Juan Antonio García Torres, director de la revista Actualidad Médica, que fundó García Duarte:

“Yo no tuve la suerte de conocer personalmente al profesor García-Duarte, pues mis estudios se iniciaron en el año 1941, cuando ya había terminado la guerra civil. Por testimonios de quienes lo conocieron y por la lectura de muchos de los trabajos médicos de los que fue autor, he tenido ocasión de conocer la personalidad del profesor García-Duarte, de sus cualidades humanas y sus dotes profesionales, científicas y académicas.

García Duarte fue un excelente padre y esposo, un médico de excepcional vocación, la cual le llevó, en su preocupación por las clases más necesitadas, a hacer realidad en Granada las primeras ideas sobre medicina social en la infancia".
Fuente de información:

Este reportaje sobre el insigne pediatra Rafael García-Duarte Salcedo está basado en la memoria presentada al concurso de Premios, convocado por la Real Academia de Medicina de Granada.

Recibió el Premio del Colegio Oficial de Médicos en 1982. 
Paco Vigueras, es periodista y portavoz de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación.

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Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.

Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.

En colaboración con    y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 

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Aquí puedes leer más reportajes de la nueva temporada, la cuarta, del Foro de la Memoria:

Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, puedes leer aquí los reportajes de la tercera temporada del Foro de la Memoria:

Si no tuviste oportunidad o quieres volver a leerlos, estos son los reportajes de la segunda temporada del Foro de la Memoria: 

Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Paco Vigueras

Periodista, biógrafo de Constantino Ruiz Carnero y portavoz de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.