Evitemos la muerte en suaves cuotas
“Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivos exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar” Pablo Neruda
Releyendo el poema Muere Lentamente de Neruda, pienso en lo mucho que nos determina la vida ese guión que se crea con nuestras primeras experiencias, con las expectativas familiares y de nuestro entorno más cercano y que va configurando quiénes somos, lo que somos capaces de hacer y lo que no.
Resulta difícil salirse de ese camino marcado; a veces simplemente porque no vemos más allá y, otras, porque aunque lo veamos nos sentimos inseguros transitando otro recorridos desconocidos. Las nuevas situaciones requieren nuevos recursos para dar una respuesta adecuada y, si no crees tenerlas, surgen los miedos.
Quizás es por eso que nos resulta más fácil mostrar una cara distinta de nosotros mismos cuando cambiamos de ambiente, grupo de amigos o lugar de residencia. El que nadie tenga ideas preconcebidas sobre nosotros, cómo somos, qué nos gusta o disgusta, cómo reaccionaremos ante determinadas situaciones
Quizás es por eso que nos resulta más fácil mostrar una cara distinta de nosotros mismos cuando cambiamos de ambiente, grupo de amigos o lugar de residencia. El que nadie tenga ideas preconcebidas sobre nosotros, cómo somos, qué nos gusta o disgusta, cómo reaccionaremos ante determinadas situaciones, etc… nos permite experimentar sin miedo a la represalia o cara de asombro; sin tener que justificar nuestro cambio de actitud.
Sin embargo, a poco que reflexionemos, la vida es cambio. Quedarse estancados o evitarlos significaría no crecer, no vivir, morir en pequeñas cuotas… Somos lo que creemos y hacemos lo que creemos que podemos hacer. Pero para que la vida sea rica debemos estar dispuestos a descubrir nuevos recorridos, a ser un poco audaces y dejar de preocuparnos tanto por si nos equivocamos porque arriesgarnos conscientemente y asumiendo nuestra responsabilidad en la toma de decisiones y su resultado no es ser un camicace. Se trata de esperar el momento oportuno para introducir cambios en aquello que no nos gusta, introducir nuevas metas que nos motiven y que nos hagan sentir competentes y valiosos.
No es necesario acometer grandes cambios que pongan patas arriba nuestra vida; o sí. Isabelle Filliozat, en su libro Ten Confianza en Ti Mismo, nos recuerda que cuanto menos actuemos, menos capaces de hacerlo nos sentiremos y menos confianza tendremos en nosotros mismos. Cambiar implica asumir el riesgo de tener que pensar por uno mismo y de ser juzgado. Atreverse a elegir obliga a dejar de viajar con el piloto automático, requiere mayor esfuerzo pero también nos reporta sentirnos orgullosos de nuestras decisiones y más felices.
A veces somos nosotros los que provocamos los cambios con nuestras decisiones y, en otras ocasiones, serán los acontecimientos los que nos obliguen a adaptarnos a las nuevas situaciones surgidas. Pero todos los cambios, buscados o no, hacen que crezcamos como personas.
A veces somos nosotros los que provocamos los cambios con nuestras decisiones y, en otras ocasiones, serán los acontecimientos los que nos obliguen a adaptarnos a las nuevas situaciones surgidas. Pero todos los cambios, buscados o no, hacen que crezcamos como personas
Debemos estar preparados para que los cambios provocados por nosotros puedan ser mal acogidos, que no sean entendidos o compartidos por los que nos rodean. Pero en estos momentos nos vendrá bien recordar que las relaciones deben servir para enriquecer nuestras vidas y favorecer nuestro estado de alegría y, si hay personas que no aceptan nuestras decisiones y deciden alejarse de nosotros, tendremos que aceptarlo. Todo cambio puede implicar renunciar a personas que se echarán de menos.
Para que nuestras relaciones sociales sean plenas, habrá que admitir que las necesidades cambian y no siempre seremos felices haciendo las mismas cosas, ni con las mismas personas. Si para mantenerlas, tenemos que renunciar a nuestra vida interior o ceder hasta el punto de traicionarnos a nosotros mismos o abandonar metas importantes para nosotros por el camino terminaremos sintiéndonos mal porque habremos dejado de respetarnos.
En esta aventura, elegir siempre es arriesgar, pero estas decisiones, acertadas o no, son una buena oportunidad para aprender de nosotros mismos y de nuestro entorno.
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Y la recomendación musical de esta semana: