'Cuestión de iniciativa política'
No cabe duda de que, en las sociedades actuales, casi tan importante cómo lo que se dice o propone, es cuando se dice o se propone. A veces, la lucha (legítima) por el relato político se convierte en una encarnizada disputa por obtener el mayor rédito en función de la oportunidad y el momento elegidos para anunciar una propuesta o argumentar una posición política. La cantidad (no necesariamente calidad) de la información que se maneja y sus diversas variables, convierte mi anterior afirmación casi en un axioma del manual de la política contemporánea. Siempre he pensado que lo importante es el contenido del mensaje, pues en ello radica la importancia de lo que se pretende trasladar a la opinión pública. Pero la tozuda realidad, nos muestra como, a día de hoy, en una sociedad compleja, muy mediática y donde cada información es rápidamente sustituida por otra, conseguir llevar la iniciativa política es un valor importante.
No cabe duda que en un importantísimo debate nacional como es la reforma del sistema de financiación autonómica, la iniciativa política la lleva el PSOE, en España y en Andalucía, poniendo sobre la mesa propuestas, sistemas y modelos, mientras que del lado del PP sólo se aprecia confusión, desconfianza en sus propias filas, balbuceo, y , eso sí, una aparente oposición a debatir
Y lo es más aún, como en los dos ejemplos que desarrollaré, cuando a la iniciativa política le acompaña una argumentación seria y razonada, y aquélla está sustentada en una profunda reflexión del contexto político en que se sitúa. En este (en los dos casos) caso, la iniciativa está acompañada de razones, de criterios y de argumentos más y mejor entendidos y entendibles por la opinión pública. Que además asiste (como en los dos casos) sorprendida a la falta de respuesta, de argumento y de explicación, que sería comprensible que existiera del lado de quien ha perdido la iniciativa. Aterrizando, creo que no cabe duda que en un importantísimo debate nacional como es la reforma del sistema de financiación autonómica, la iniciativa política la lleva el PSOE, en España y en Andalucía, poniendo sobre la mesa propuestas, sistemas y modelos, mientras que del lado del PP sólo se aprecia confusión, desconfianza en sus propias filas, balbuceo, y, eso sí, una aparente oposición a debatir, que pienso que ya pocos españoles y españolas, consideran que sea algo distinto a mera estrategia electoral cortoplacista.
Y qué decir del asunto de la integración ferroviaria en Granada, que ha pasado de ser un caballo de batalla, ya desgastado, por lo que unos y otros hicieron o dejaron de hacer, a ser un debate cargado de contenido, con propuesta sólida, pública
Y qué decir del asunto de la integración ferroviaria en Granada, que ha pasado de ser un caballo de batalla, ya desgastado, por lo que unos y otros hicieron o dejaron de hacer, a ser un debate cargado de contenido, con propuesta sólida, pública y notoria, con fechas y presupuestos, a cargo del Gobierno de España, a la que el gobierno municipal sólo ha podido sumarse a la mesa negociadora, mientras otros voceros y voceras del PP apenas han esbozado un tímido y cauteloso intento de tirar del manual de agravios. Es lo que tiene regodearse y recrearse con el autoconvencimiento de la posición propia, sobre todo cuando ésta más que una posición, es una constante rabieta infantil.
Ahora les tocará a nuestras derechas intentar reaccionar ante las iniciativas planteadas. Las posiciones del PSOE, en ambos casos, están claras, detalladas y prestas a ser contraargumentadas para alcanzar los mejores resultados
Ahora les tocará a nuestras derechas intentar reaccionar ante las iniciativas planteadas. Las posiciones del PSOE, en ambos casos, están claras, detalladas y prestas a ser contraargumentadas para alcanzar los mejores resultados. Moreno Bonilla y el PP andaluz han de definir su posición. Si seguir presos de una estrategia nacional de Feijoo inconsistente y que hace aguas por varios flancos, de negarse, siquiera a entrar al debate de una propuesta de reforma del sistema de financiación, en el que Andalucía tiene mucho que decir, como se ha señalado desde las posiciones socialistas. Si prefieren mantener el tancredismo político o hacen política con mayúsculas, poniéndose en posición de propuesta y de defensa de los intereses andaluces.
Que el PP supere pronto el duelo de haber perdido la iniciativa política en este asunto y se sume al gran debate nacional. La ciudadanía lo demanda y no entiende más demoras ni excusas
Ya señalaba en una reflexión anterior que la propuesta sobre la que avanzar es muy clara. El Acuerdo del Parlamento andaluz del año 2018, abanderado ahora por el socialismo andaluz, que reclamaba, con justicia y solidaridad, medidas equilibradoras y compensatorias de una desigualdad previa, así como criterios que mejorarían la financiación y por tanto la prestación de servicios fundamentales, en un intento de conseguir reformar un sistema que es evidente que está más que caducado y cuya prolongación en el tiempo no haría sino seguir perjudicando a Andalucía. Que el PP supere pronto el duelo de haber perdido la iniciativa política en este asunto y se sume al gran debate nacional. La ciudadanía lo demanda y no entiende más demoras ni excusas.
Y sobre el tren, creo llegado el momento del acuerdo y la sensatez. Aprovechar la oportunidad que ha brindado el Ministerio de Transportes, cerrar lo antes posible un buen acuerdo y empezar ya las obras
Y sobre el tren, creo llegado el momento del acuerdo y la sensatez. Aprovechar la oportunidad que ha brindado el Ministerio de Transportes, cerrar lo antes posible un buen acuerdo y empezar ya las obras. De nuevo, la ciudadanía lo exige y lo demanda. Y la contundencia y claridad de los datos ofrecidos por el ministro parecen ofrecer pocas dudas. Justo es reconocer que, por necesidad o por virtud, la respuesta de nuestro Ayuntamiento parece haber estado a la altura.
Hay que avanzar y hay que trabajar en estos dos asuntos, vitales para Andalucía y para Granada. Ha sido, es y será cuestión de iniciativa política.