Gran parte de la ciudadanía granadina conoce las veleidades de nuestro alcalde. No está de más recordar el significado de la palabra veleidoso: Persona que es poco constante en sus actos, gustos o ideas. Su trayectoria política lo certifica y es de sobra conocida esa inconstancia.

Todo el mundo tiene sus propios pecados capitales, pero no todo el mundo es alcalde y, por tanto, las características de su personalidad no afectan la vida de cientos de miles de personas. Es esa la razón por la que es importante conocer bien a nuestros representantes para saber lo que podemos esperar de ellos y de ellas.

Nunca, y hace muchos años que lo conozco, le he conocido el reconocimiento de un error

Hay representantes que están en el hacer más que en el hablar y, para nuestra desgracia, Salvador está más en el hablar, y cuando arrecia alguna crítica por su inconstancia, entonces no tiene inconveniente en desdecirse resultando que los equivocados somos los demás. Nunca, y hace muchos años que lo conozco, le he conocido el reconocimiento de un error. 

Uno de sus errores, desde mi punto de vista, ha sido el borrón y cuenta nueva con respecto al gobierno socialista anterior. Tal vez la razón la esbozó él mismo en algún medio de comunicación. Vino a decir algo así que el partido, el PSOE, siempre miraba antes a Paco Cuenca que a él. Pero Cuenca nunca fue senador ni tuvo responsabilidad orgánica antes que Luis. De modo que todo parece indicar que traslada un pesar. Algo paradójico cuando menos porque el propio Salvador votó a Paco Cuenca en 2016 en la sesión de investidura. 

Este aturdimiento interior del pobre hombre, como digo, lo llevó tras ese pacto de las derechas y la ultraderecha para hacer a Luis alcalde, a ese borrón y cuenta nueva, como por ejemplo con los cortes de luz en el distrito Norte. Dice Luis, ahora, que es el problema más grave que tiene la ciudad. En el mandato anterior, para el alcalde el problema era un alcalde socialista que él mismo votó. No había problema en la ciudad más importante.

Yo no sé si este es el problema más grave de Granada. Que es un problema social muy grave que tiene un carácter estructural, no me cabe la menor duda. 

Una de las medidas del gobierno anterior fue reunir todos los datos posibles de la afección de los cortes de luz a los servicios públicos de la zona y dirigir ese escrito a Industria de la Junta

Una de las medidas del gobierno anterior fue reunir todos los datos posibles de la afección de los cortes de luz a los servicios públicos de la zona y dirigir ese escrito-denuncia a Industria de la Junta de Andalucía. También a Consumo porque miles de familias pagaban su factura sin contar con servicio. Salvador llegó al poder y dejó morir esa denuncia. Optó por conveniar con Endesa para que mejorara las instalaciones en el distrito. Era una opción. Pero los cortes de luz no cesan. En estas fechas son especialmente dolorosos. Al frío invernal se le suma la pandemia. 

El PSOE le tendió la mano al alcalde. La rechazó porque, sencillamente, Salvador pensó que su convenio iba a solucionar el problema. Ahora el convenio muestra sus debilidades, como por ejemplo olvidarse del barrio de Casería de Montijo y, como en el cuento de Monterroso, cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí. Y allí estará mientras el alcalde vaya por libre o señalando la conducta delictiva de algunos vecinos. Los cortes de luz necesitan otras respuestas, la unidad para empezar. También un alcalde menos veleidoso y menos necesitado de apuntarse el tanto.