Riesgos y contradicciones de los nuevos compañeros de viaje de Cuenca en el cambio municipal
Antes del pasado miércoles, 7 de julio, cuando Paco Cuenca fue elegido con mayoría absoluta alcalde de Granada, el socialista ya conocía desde dos días antes no solo que contaba con el apoyo de los tres concejales de Unidas Podemos, también que Luis Salvador y José Antonio Huertas, el único concejal que le ha sido fiel al exalcalde, le votarían en el pleno extraordinario, lo que consolidaba su elección, sin necesidad de acceder a la Alcaldía al frente de la lista más votada.
Pero antes, incluso, de que a las 11.20 horas de aquel miércoles sostuviera el bastón de mando con el collar de alcalde en el patio del Ayuntamiento ya tenía decidido que Huertas iba a formar parte del gobierno municipal, aunque lo mantuvo en secreto hasta el anuncio definitivo 9 días después, sin dar pista alguna
El voto favorable de Salvador y Huertas lo sabía Cuenca, que solo lo compartió con el grupo reducido de sus concejales de confianza, con los que dirige la agrupación socialista de la capital, y su secretario provincial.
Pero antes, incluso, de que a las 11.20 horas de aquel miércoles sostuviera el bastón de mando con el collar de alcalde en el patio del Ayuntamiento ya tenía decidido que Huertas iba a formar parte del gobierno municipal, aunque lo mantuvo en secreto hasta el anuncio definitivo 9 días después, sin dar pista alguna.
La atención mediática se centraba en las reuniones entre el PSOE y Unidas Podemos sobre acuerdos programáticos y la posibilidad de que se incorporaran al gobierno local, pero nunca informaron los socialistas de los encuentros con Luis Salvador, previos al pleno, y una vez elegido alcalde.
La primera Junta de Gobierno local. Prensa Ayuntamiento
La mañana del pasado jueves, poco antes de que El Independiente de Granada, avanzara la entrada en la Junta de Gobierno Local de José Antonio Huertas, Cuenca anunció su intención de cerrar el gobierno ese mismo día y celebrar el viernes la primera reunión del órgano de gestión municipal, pero pese a las reiteradas preguntas de los periodistas, no contestó a si entraría los dos ciudadanos. Y ello a pesar de que el decreto ya estaba redactado y a punto de firma.
La sorpresiva incorporación de Huertas como tercer teniente de alcalde y concejal de Deportes, Hacienda e Informática confirmaba de hecho, lo que diversas fuentes conocedoras del acuerdo entre el PSOE y Luis Salvador reconocen que existió: el pacto por el que los dos ciudadanos votaban a Cuenca a cambio de que la mano derecha del exalcalde del fracasado bipartito entrara en el gobierno local. Un sacrificio lógico de Salvador en favor del que le ha sido fiel hasta el final.
Hay otra parte del acuerdo que queda por cumplir, aún no cerrado del todo, que es situar (colocar) a Luis Salvador en un “espacio visible” fuera del gobierno, que algunas fuentes lo relacionan con una oficina para la candidatura de Granada como Capital Cultural en 2031 o en ese conglomerado no bien definido que es la ciudad inteligente, la Smart City.
Hay otra parte del acuerdo que queda por cumplir, aún no cerrado del todo, que es situar (colocar) a Luis Salvador en un “espacio visible” fuera del gobierno, que algunas fuentes lo relacionan con una oficina para la candidatura de Granada como Capital Cultural en 2031 o en ese conglomerado no bien definido que es la ciudad inteligente, la Smart City o la gestión delegada del Anillo Verde, el proyecto municipal que prevé plantar antes de final de año 675 nuevos árboles.
Cuenca pudo ser elegido al frente de la lista más votada, pero la nada desdeñable oportunidad de obtener el respaldo de la mayoría del pleno, le obligó a aceptar un acuerdo que no necesitaba, pero le allanaba el camino de la estabilidad municipal, lo que ha carecido la ciudad en estos dos años.
Nada en contra de los pactos y los acuerdos, dado que la política se debe cimentar sobre el diálogo y la concertación y más aún, si se trata de rescatar a Granada de un bienio en crisis que estalló por la irresponsabilidad del PP en una paralización municipal sin precedentes. Pero si quiere empezar su mandato diferenciándose de lo que le ha precedido, la transparencia en acuerdos es imprescindible.
Además, al incluir a Huertas en el gobierno municipal, con el compromiso futuro cuando pase la tormenta de colocar a Luis Salvador, como en un chiringuito a lo Toni Cantó, tiene sus riesgos y sus contradicciones.
Riesgo, como implicar en un gobierno de regeneración a dos concejales, sobre los que pesa un expediente de expulsión de Ciudadanos, que les aproxima inevitablemente a convertirse en dos tránsfugas, aunque el partido naranja, tal y como está en franca descomposición, hasta puede que rectifique por no ver al partido en Granada descabezado sin apenas militancia
Riesgo, como implicar en un gobierno de regeneración a dos concejales, sobre los que pesa un expediente de expulsión de Ciudadanos, que les aproxima inevitablemente a convertirse en dos tránsfugas, aunque el partido naranja, tal y como está en franca descomposición, hasta puede que rectifique por no ver al partido en Granada descabezado sin apenas militancia. Además, pasado este fin de semana en el que se celebra la convención nacional para la 'refundación' de Cs, la presión ya no será tan grande.
Y la contradicción de invitar de compañeros de viaje a los que hasta ayer han sido centro y diana, merecidas, de críticas por su acción o inacción de gobierno, más allá de aquello de que “con Luis Salvador no vamos ni al tranco de la puerta, que lo tenga todo el mundo claro, que no podemos gobernar ni nos podemos sentar ni podemos hablar con una persona que representa lo que representa en esta ciudad", dijo Jacobo Calvo el 9 de junio pasado, como secretario de organización del PSOE de la capital, y ahora portavoz del flamante nuevo gobierno municipal de Granada.
Este viernes, en la primera rueda de prensa para informar de los acuerdos de Junta de Gobierno, que en realidad sirvió de excusa para presentar al gobierno, Calvo trasladó otro mensaje ante las insistentes preguntas sobre la posible futura incorporación de Salvador: si quiere sumarse al proyecto, se buscarán "fórmulas".
Luis Salvador, Antonio Cambril y Paco Cuenca, en primera fila, en el pleno extraordinario de investidura. Alejandro Casasola
Quizá sea eso lo que confunde a la ciudadanía y la aleja de la política cuando se desconoce cuándo lo que se dice es verdad cierta o de muy corta duración.
Huertas, compañero de viaje de los diez socialistas que con experiencia de gestión cuando gobernaron la ciudad tras salir esposado del ayuntamiento el último alcalde del PP, José Torres Hurtado, ha estado al frente del área de Derechos Sociales, la más abandonada cuando más falta requería.
Y mientras se apuntalaba el acuerdo y la composición del gobierno municipal que, sorprendentemente, no presentó el alcalde, sino del portavoz, siguen las negociaciones con Unidas Podemos, el socio que debería ser natural de los socialistas en un viraje necesario que precisa la ciudad
Y mientras se apuntalaba el acuerdo y la composición del gobierno municipal que, sorprendentemente, no presentó el alcalde, sino del portavoz, siguen las negociaciones con Unidas Podemos, el socio que debería ser natural de los socialistas en un viraje necesario que precisa la ciudad.
Lo demás, como invitar al PP a sumarse, puede que quede muy bien hacia fuera el llamamiento de unir fuerzas con todos menos con la ultraderecha, pero es tan improbable como irreal, lo que no descarta acuerdos puntuales, como ya hiciera el PSOE con el bipartito al cerrar los primeros presupuestos municipales tras cinco años de prórrogas. Acuerdos en todo caso muy difíciles, porque el PP ya ha demostrado que cuando no está en los mandos, corta el oxígeno para que el gobierno no tenga aliento.
Evidentemente, la incorporación de Huertas al gobierno, aleja la entrada de Unidas Podemos, con indiferencia de su voluntad o no, y siempre supeditada a la decisión de la asamblea Granada se encuentra.
Al menos, que se pueda cerrar un acuerdo programático con Unidas Podemos siempre será beneficioso para Granada, dado que, sobre cerrar acciones concretas con Salvador y Huertas, -que como alcalde apoyó el Pacto por la Ciudad que presentó Antonio Cambril en pleno, aunque nada se desarrolló-, nada se sabe, y de momento, solo estar en el gobierno.
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