'Religioso y de extrema derecha'
Con este texto intento analizar la compleja relación entre religión y política en España y el ejemplo de normalidad que están dando los obispos alemanes, destacando cómo estas dos esferas de la vida social y personal a menudo se entrelazan y reflejan patrones de comportamiento similares en términos de fervor, fe y rechazo.
A pesar de las diferencias aparentes entre el compromiso religioso y político, ambos pueden coexistir dentro de un individuo con igual intensidad, principalmente, de la derecha y la extrema derecha
La religión y la política son vistas como vehículos de pasión y devoción, ya sea en el contexto de ceremonias religiosas llenas de simbolismo y tradición, nada más evidente que las diferentes representaciones religiosas de la Semana Santa, o en eventos políticos donde los líderes carismáticos capturan la imaginación y la lealtad de sus seguidores, con el ejemplo más evidente la presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, subido a un carricoche de cuatro caballos blancos haciendo carreras como ejemplo de la muerte y resurrección de Jesús. Vamos un Ben-Hur cualquiera.
A pesar de las diferencias aparentes entre el compromiso religioso y político, ambos pueden coexistir dentro de un individuo con igual intensidad, principalmente, de la derecha y la extrema derecha. En la sociedad española, ambos aspectos juegan roles importantes, aunque se observa una tendencia hacia el aumento del abstencionismo político y un menor respaldo a la religión entre las nuevas generaciones.
Según datos recientes del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en España se presenta un panorama de la religiosidad en el país, indicando que una porción significativa de la población se identifica como católica, ya sea practicante o no practicante, superando a los no creyentes, ateos, agnósticos y seguidores de otras religiones. Sin embargo, se observa una variación en la religiosidad según la edad, con las generaciones más jóvenes mostrando una inclinación hacia un menor compromiso religioso o la identificación con otras creencias.
En cuanto a la política, el informe revela cómo la afiliación religiosa influye en las preferencias electorales, con partidos conservadores como el PP y Vox recibiendo un apoyo considerable de votantes católicos, mientras que los partidos de izquierda, como el PSOE y Sumar, tienden a atraer a votantes menos religiosos, agnósticos o ateos
En cuanto a la política, el informe revela cómo la afiliación religiosa influye en las preferencias electorales, con partidos conservadores como el PP y Vox recibiendo un apoyo considerable de votantes católicos, mientras que los partidos de izquierda, como el PSOE y Sumar, tienden a atraer a votantes menos religiosos, agnósticos o ateos. Además, se destaca la correlación entre la afinidad religiosa de los votantes y su preferencia por candidatos específicos, reflejando cómo la religión puede influir en las tendencias políticas y viceversa.
Los obispos alemanes, que han causado controversia en la Iglesia en Alemania con sus decisiones heterodoxas y rompiendo la unidad con Roma, han emitido una declaración conjunta pidiendo que no se vote por el partido antinmigración Alternativa por Alemania.
“Es preocupante que Alemania esté atravesando un período turbulento, en el que la sociedad está fuertemente polarizada y los movimientos de extrema derecha o populistas de derecha están ganando cada vez más apoyo”, se lee en la nota del episcopado germano.
Según los obispos alemanes, “la idea de la «re-migración» y la discusión sobre expulsar del país a personas con antecedentes migratorios son extremadamente preocupantes y van en contra de los valores de la democracia, la libertad y la humanidad”. En la declaración se resalta la importancia de que las personas se opongan a las acciones de la extrema derecha desde el espíritu de la democracia, la libertad y la humanidad. Estas personas valientes no solo merecen apoyo, sino también respeto por su compromiso con la dignidad humana, los derechos humanos y la democracia. Los obispos alemanes están criticando a los extremistas de derecha por exigir un "patriotismo social", que se refiere a la solidaridad dentro del pueblo entendida de manera nacionalista étnica, al más puro estilo nazi. Según ellos, quienes no pertenecen a este pueblo deberían tener menos derechos y menos participación social, incluso si viven y trabajan en Alemania.