La reconciliación entre PP y Ciudadanos activa 'la pinza' a Cuenca
El viernes, en la sala del hotel donde PP y Ciudadanos escenificaron su reconciliación, o más bien la de Sebastián Pérez y Luis Salvador, sonó la marcha nupcial en un móvil antes de que los dos protagonistas entraran en la sala. Azar o broma, fue una manera de relajar la espera de una comparecencia que se había organizado con toda solemnidad pero que, finalizada y analizada, deja más sensación de gesto para cada una de sus parroquias que de contenidos palpables. Solo queda claro que los pocos resquicios que ha encontrado desde su llegada a la Alcaldía el socialista Francisco Cuenca para gestionar, han quedado bloqueados.
Dijo Salvador que por haber gobernado con el 'síndrome de la mayoría absoluta' y haber 'carmenizado' el Ayuntamiento; y agregó Pérez que por llevar la gestión municipal "a la deriva". Porque el futuro de la Plaza del Carmen capitalizó el interés de su convocatoria, como muy bien esperaban ambos. El propio Sebastián Pérez lo dejó claro sacando a Rocío Díaz como candidata para ocupar la Alcaldía antes de 2019. Queda por ver si ella, a la que elogió, será su apuesta para las próximas Elecciones Municipales o si es solo una transición para, como ansiaba, convertirse él en candidato a la Alcaldía.
Y se escudan los dirigentes de las dos formaciones en la 'inoperancia' del gobierno local, pero lo cierto es que los proyectos que citaron como prioridades de su acuerdo escapan del ámbito municipal y son, en su mayoría, proyectos nacionales que están en la mano del PP, como es el caso del AVE y el Corredor Mediterráneo -sin mención al aislamiento, con el que no se sienten cómodos ni PP ni Ciudadanos-; el propio acelerador del partículas, una iniciativa estatal que debe contar con el respaldo de la Junta, como se encargó de recordar Salvador; la presa de Rules; los Presupuestos; las ayudas a la línea Marítima entre Motril y Melilla.
¿En qué escenario se produce este 'entendimiento'?
La puesta en escena del acuerdo, que las dos formaciones exhiben como su 'voluntad de trabajar juntos por Granada como quieren los ciudadanos', llega en pleno proceso congresual para el PP. Sebastián Pérez aspira a revalidar la presidencia de su partido, a la que accedió hace 13 años. De hecho estuvo presente en su discurso de presentación de la candidatura y también en el de Rocío Díaz, que fue uno de los cargos que intervino para arroparle este sábado en el acto celebrado en el Centro Cívico del Zaidín.
Para Pérez es un escenario inédito que haya mucho ruido interno y que se haya traducido en otras candidaturas, la de Juan García Montero, la más activa y que utiliza las mismas herramientas que la dirección provincial, aunque sin los medios del aparato, y la que se ha autodenominado candidatura de las bases, encabezada por Mamen Castillo, presidenta del PP de Peligros.
Sebastián Pérez, en una atención a medios a las puertas del Ayuntamiento de la capital. miguel rodríguez
Un acuerdo en el primer aniversario de la Nazarí y con incógnitas judiciales pendientes
Para Ciudadanos, tras el pulso de Murcia con el PP que ha forzado la dimisión del presidente de la región, se presenta como una manera de sacudirse las acusaciones de actuar con distinta vara de medir con los socialistas. Pero llama la atención que la foto de Salvador con Pérez, que hace poco más de dos años lanzó una dura campaña contra el líder de Ciudadanos por su pasado socialista, se produzca cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de la detención de Torres Hurtado el desencadenante del cambio de gobierno.
Y mucho más aún cuando la jueza que investiga si hubo una trama urbanística bajo los sucesivos mandatos del PP, aún no ha decidido si citará como investigados a los concejales que acompañaron a Torres Hurtado en el gobierno, por avalar con sus votos las decisiones urbanísticas.
Lo recordó el propio Salvador que tampoco olvidó la situación pendiente de Cuenca, investigado por su etapa en la Junta a raíz de una denuncia del Sindicato Andaluz de Funcionarios.
La corrupción, llegó a decir Salvador en presencia de Pérez, es uno de los puntos de "desencuentro" con el PP. Por eso se explica menos que haya dado este paso cuando, como él mismo admitió, hay incógnitas judiciales por resolver. Y por ello no se precipitarán en facilitar el objetivo principal de los populares, recuperar la Alcaldía. Aunque visto el panorama económico, será más fácil dejar que se achicharre el gobierno de Cuenca manejando la terrible herencia que ha dejado la gestión del PP.
El triángulo de los hoteles
Tras las Elecciones Municipales de 2015, el Hotel Albaycín, en la Carrera de la Virgen, fue el escenario de los encuentros de Ciudadanos con PSOE y PP. Allí se cerró, curiosamente con Juan García Montero sentado en la mesa de negociación, el apoyo de Ciudadanos al gobierno de Torres Hurtado, en un giro de última hora que acabó con la opción de gobierno para los socialistas.
Menos de un año después, el Hotel Meliá, en la calle Ganivet, reunió de nuevo a Luis Salvador y a Francisco Cuenca para negociar una moción de censura que finalmente no se planteó, tras la dimisión a golpes de Torres Hurtado tras su detención.
Cuando aún no se ha cumplido un año desde ese cambio de gobierno municipal, el Hotel Carmen, en el mismo entorno, ha sido el escenario de otro acuerdo político, esta vez entre populares y formación naranja y de alcance por descubrir.
Para Ciudadanos es importante recuperar el pulso que ha perdido la formación con la marcha de Luis Salvador. Dejar la portavocía del grupo para centrarse en sus labores como diputado ha dejado poco espacio político a la formación naranja, que ya no es decisiva en la corporación municipal, como sí lo era con el gobierno del PP, que orientaba en muchas decisiones.
De paso, Salvador proyecta su liderazgo en su formación, donde mantiene diferencias con el líder regional Juan Marín.
Otra prueba para el gobierno socialista
Francisco Cuenca en una imagen de las negociaciones para formar gobierno tras las Elecciones Municipales de 2015. m. rodríguez
Para los socialistas la declaración de intenciones de PP y Ciudadanos supone una vuelta de tuerca más. Llega con el partido recomponiéndose en España y con el gobierno local dando pasos desatinados en el terreno económico. El margen de maniobra es cero; con el entendimiento entre Pérez y Salvador será menos uno.
Los ocho concejales socialistas, que no han encontrado o no han buscado el consenso, como insisten las críticas no solo de Ciudadanos, también de Vamos Granada e Izquierda Unida, están desbordados por la gestión. Y el alcalde, omnipresente, no consigue lanzar un mensaje que refleje el giro que su gobierno quiere dar al Ayuntamiento. Un giro más que necesario como refleja la situación de las cuentas municipales, prorrogadas por segundo año y con una deuda que amenaza con llevarse por delante empleo y servicios, pese a los mensajes que sitúan esos dos hitos como las líneas rojas que no se traspasarán.
La situación es tan complicada que la pinza a Cuenca llega cuando el gobierno municipal ya ha arrojado la toalla de los presupuestos y se prepara para la difícil tarea de componer un plan de saneamiento que tendrá enfrente a toda la oposición. Unos tirando para la izquiera y otros, con una fuerza renovada, hacia la derecha.