Sierra Nevada, Ahora y siempre.
Cárceles de horror y muerte en la Guerra Civil y el franquismo

Presos políticos granadinos en el infierno del Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) (I)

Política - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo. - Sábado, 31 de Agosto de 2024
Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo nos ofrecen en su magnífica serie sobre prisiones de horror y muerte en el franquismo y la guerra civil un nuevo reportaje que te impresionará.
Fotomontaje de presos del Fuerte de San Cristóbal (Ezcaba, Navarra) en el mismo lugar en la actualidad.
Elaborada para el libro "Entre rejas" (Editorial Pamiela) Hedy Herrero.
Fotomontaje de presos del Fuerte de San Cristóbal (Ezcaba, Navarra) en el mismo lugar en la actualidad.
"Los leales, como vencidos, no aspirábamos a la restitución del botín de guerra, pero sí al reconocimiento de lo injusto de nuestra derrota. El Fuerte de San Cristóbal es una reliquia arquitectónica del siglo XIX, pero su aura moral trasciende el periodo franquista y debe respetarse tal cual en memoria de los miles de mártires republicanos que acogió en su seno". Ernesto Carratalá (Preso en el Fuerte de San Cristóbal entre abril de 1937 y septiembre de 1938).

¿Quién no ha oído hablar de la fuga de Alcatraz de junio de 1962 o ha visto la película protagonizada por Clint Eastwood o La Gran Evasión de John Sturges, de 1963, protagonizada por Steve McQueen? Pero vivimos en España y pocos saben que en la prisión conocida como el Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) se produjo el 22 de mayo de 1938 la mayor evasión de presos políticos de toda Europa, 795, incluidos dos granadinos, Adolfo Guardia García y Gregorio Morata Gómez. El primero, fue cazado  dos meses más tarde en Esteribar y asesinado por la fuerza pública. Pero por él pasaron también otros granadinos, como un expediente de once jóvenes libertarios, pero también republicanos, socialistas y comunistas, algunos de los cuales dejaron allí su vida por las pésimas condiciones alimenticias, de higiene y salubridad. Con este artículo tratamos de reconstruir otra historia relacionada con Granada de la que apenas se sabe nada.

Largos fosos, imponentes murallas, garitas, celdas y galerías subterráneas ocupan varias hectáreas, convertidas actualmente en ruinas que ocultan a su alrededor una inmensa tumba de presos asesinados en aquél lugar

El fuerte de San Cristóbal –también conocido como de Alfonso XII- se alza en la cima del monte Ezkaba y dista diez kilómetros al norte de la ciudad de Pamplona. Esta edificación fue construida sobre una antigua ermita rural y un obsoleto castillo navarro en el siglo XIX. Concretamente se inició en 1878 nada más acabar la última Guerra Carlista (1872-1876) y como línea de defensa militar preventiva a lo largo de los Pirineos frente a otros posibles alzamientos carlistas. Sin embargo, la edificación del fuerte se prolongó hasta 1919 y para su construcción se dinamitó parte del monte con la finalidad de construir la fortaleza militar en tres niveles distintos excavados en el interior de la montaña. Largos fosos, imponentes murallas, garitas, celdas y galerías subterráneas ocupan varias hectáreas, convertidas actualmente en ruinas que ocultan a su alrededor una inmensa tumba de presos asesinados en aquél lugar.

Entrada al Fuerte de San Cristóbal. Foto de Internet,

Luego, durante la guerra civil albergó a presos de todo tipo, la mayoría de ellos republicanos, hasta un total de 2.497. El Fuerte de San Cristóbal, en fin, fue considerado como uno de los centros penitenciarios más duros de la Península

Este fuerte nunca llegó a cumplir la función para la cual fue construido, puesto que cuando se acabó su edificación, la estructura militar defensiva ya se había quedado anticuada ante la aparición de la aviación con fines bélicos. La primera ocasión, y única en su historia en que ha sido utilizado, fue como prisión penal militar entre 1934 y 1945. Tras la represión de la CEDA a la Revolución de Octubre de 1934, centenares de presos asturianos, cántabros y vascos fueron encerrados entre sus muros. Desde entonces se convirtió en una prisión para albergar presos políticos y sociales de toda condición que poblaron sus celdas durante todo ese periodo. Luego, durante la guerra civil albergó a presos de todo tipo, la mayoría de ellos republicanos, hasta un total de 2.497. El Fuerte de San Cristóbal, en fin, fue considerado como uno de los centros penitenciarios más duros de la Península, porque el camino que conduce al fuerte, con una interminable sucesión de curvas hasta la piedra de sus muros dejaban una primera impresión de un lugar inexpugnable, impenetrable y, desde luego, pensado para escarmentar a los que habían luchado por una sociedad democrática e igualitaria.

Durante los 11 años que estuvo vigente (desde 1934 a 1945) se calcula que estuvieron presos más de 6.000 personas que conocieron la miseria y la crueldad del fascismo

Y era terrible como se refleja en el libro Entre rejas de Hedy Herrero, donde Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica- recoge testimonios de algún preso que recuerda sus tenebrosos y fríos muros y, sobre todo, las pésimas condiciones de vida como, por ejemplo, que cuando vaciaban sacos de legumbres en aquellas grandes ollas, antes tenían que abrir las ventanas porque cuando giraban el saco para derramarlo sobre la cacerola “una nube densa de bichos salía volando y escapaba a través de la ventana, oscureciendo hasta la luz de la cocina” o que el estreñimiento crónico les obligaba a veces a extraer las heces con palo para sobrevivir sin que se les reventaran las tripas;  o la comezón de los piojos, las chinches y, en general, la desnutrición sistemática junto al maltrato físico y psicológico. Fue un lugar de exterminio como lo demuestran los numerosos presos que dejaron allí su vida. “Un infierno de piedra” lo describió el grupo de rock Barricada en el álbum La tierra está sorda. Durante los 11 años que estuvo vigente (desde 1934 a 1945) se calcula que estuvieron presos más de 6.000 personas que conocieron la miseria y la crueldad del fascismo. Por sus muros, como recuerda Hedy Herrero pasaron todo tipo de republicanos con profesiones y creencias diversas, como Andrés Bélmez Pérez, amigo de Miguel Hernández que, con su cámara Leica, inmortalizó al poeta de Orihuela en el campo de batalla o con su esposa Josefina Manresa; o Cipriano Rivas Cherif, cuñado de Azaña y amigo personal de Lorca y Margarita Xirgu o José Antonio Serrallach i Juliá, inventor de la Mercromina, entre otros.

En este artículo nos hemos centrado en los granadinos para que sean recordados aquellos que fueron llevados a casi ochocientos kilómetros de su tierra como otra forma de castigo añadido porque, en ningún caso, probablemente, tuvieron la fortuna de ser visitados por sus familiares. A ellos, este pequeño homenaje.

Libertarios granadinos en el Fuerte de San Cristóbal

Desde su puesta en funcionamiento en 1934 fueron tres centenares de andaluces, aproximadamente,  los que poblaron sus celdas en distintos periodos.

ANDALUCES QUE ESTUVIERON RECLUIDOS EN EL FUERTE DE SAN CRISTÓBAL

(Estimación aproximada)

Almería

Cádiz

Córdoba

Granada

Huelva

Jaén

Málaga

Sevilla

12

24

27

36

15

38

116

24

Fuente: F. SIERRA, I. ALFORJA: Fuerte de San Cristóbal, 1938: La gran fuga de las cárceles franquistas (Pamiela, 2005)  y elaboración propia.

Los primeros presos políticos granadinos de los que tenemos constancia forman un expediente de once miembros de las Juventudes Libertarias de Granada que ingresaron  en el Fuerte el 31 de mayo de 1935. Tenían una media aproximada de 20 años.

EXPEDIENTE DE MIEMBROS DE LAS JUVENTUDES LIBERTARIAS DE GRANADA

(Causa 1.022/34). (Ingreso en Fuerte de San Cristóbal el 31 de mayo de 1935)

Nombre y apellidos

Naturaleza

Edad

Profesión

Aragón Baena, Gabriel

Granada

18

Ebanista

Berrueso Guzmán, Juan

Granada

19

Camarero

Carmona Jiménez, Antonio

Granada

20

Pintor

Gutiérrez Padilla, José

Granada

19

Albañil

Ibáñez Sánchez, José María

Monachil

25

Mosaista

López Varón, Torcuato

Guadix

22

Pintor

Martín Mingorance, Miguel

Granada

23

Vendedor

Medina Pérez, Juan

Íllora

19

Dependiente

Pérez Romero, Francisco

Granada

18

Empleado

Ontiveros Torices, Miguel

Granada

18

Tintorero

Villegas Marín, Juan

Granada

21

Albañil

Fuente: (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (UCO. TMT-SSE-LEG--0084-002204) y elaboración propia.

¿Por qué fueron enviados tan lejos de sus domicilios, siendo tan jóvenes? ¿Qué terrible delito habían cometido? Todo se inicia el domingo 11 de noviembre de 1934 cuando la Guardia Civil del Cuartel de las Palmas –previo aviso de guardias que estaban de vigilancia en la Fábrica de Pólvoras de El Fargue- procedió a la detención de 20 miembros de la Juventudes Libertarias mientras celebraban una reunión clandestina en una cueva del Cerro de San Miguel

¿Por qué fueron enviados tan lejos de sus domicilios, siendo tan jóvenes? ¿Qué terrible delito habían cometido? Todo se inicia el domingo 11 de noviembre de 1934 cuando la Guardia Civil del Cuartel de las Palmas –previo aviso de guardias que estaban de vigilancia en la Fábrica de Pólvoras de El Fargue- procedió a la detención de 20 miembros de la Juventudes Libertarias mientras celebraban una reunión clandestina en una cueva del Cerro de San Miguel. Recordemos que el gobierno de la CEDA había declarado el Estado de Guerra en todo el país a raíz del anuncio de la Huelga General para el 5 de octubre de ese año. Ese Estado de Guerra permitía la clausura de los centros obreros, la censura de la prensa, la prohibición de reuniones y, desde luego, detenciones preventivas por orden gubernativa contra los principales dirigentes de las organizaciones de izquierda, como ocurrió en Granada contra los máximos dirigentes de izquierda desde comienzos del mes. Más allá del resultado de esta huelga en Granada, que podemos calificar por ahora de fracaso, - y de ello nos ocuparemos en otro artículo- el 9 de octubre se iniciará un proceso con numerosas detenciones que tienen como origen un tiroteo efectuado en la calle Real de Cartuja ese día sobre las veinte y las treinta horas contra fuerzas de la policía comandadas por el Capitán del Cuerpo de Seguridad de Granada, José Nestares Cuéllar. Fruto de ese tiroteo fue la muerte del Guardia Civil retirado, Cecilio Manzanares García, cuando al oír disparos –vivía en la Cuesta de Caracas, próximo a Real de Cartuja- le alcanzaron varios disparos. No podemos asegurar –ni tampoco se refleja en el sumario- que fuera una muerte premeditada o un accidente. En todo caso, a partir de ese momento, se iniciarán detenciones y encarcelamientos que llegan hasta febrero de 1935, abriéndose un proceso judicial por “Auxilio a la rebelión” que afectará, solo en esta causa, a algo más de medio centenar de granadinos. (Causa 312/34).

Oficio de la Dirección General de Prisiones y relación de presos de las Juventudes Libertarias de Granada que fueron conducidos al Fuerte de San Cristóbal. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00084-002204).

La detención de los jóvenes libertarios se enmarca, por tanto, dentro de la vigilancia que las fuerzas de seguridad efectuaban sobre cualquier movimiento sospechoso, como era una reunión clandestina en este caso

La detención de los jóvenes libertarios se enmarca, por tanto, dentro de la vigilancia que las fuerzas de seguridad efectuaban sobre cualquier movimiento sospechoso, como era una reunión clandestina en este caso. La detención dio como resultado –según el acta de la Guardia Civil- el hallazgo de numerosos documentos de “carácter extremista” como los folletos “Las dos fuerzas”, “Los dos ejemplares”, “Licurgos”, “La tragedia de la emancipación femenina”, “Tierra Libre”, “Las falsedades de la religión”, “La Federación Ibérica de las Juventudes Libertarias”, entre otros. Como los jóvenes advirtieran la presencia de la Guardia Civil tiraron los ejemplares en la cueva y rompieron rápidamente los papeles manuscritos, especialmente las dos actas de la reunión. Por eso en el sumario aparecen troceados y dispersos muchos papeles. La Guardia Civil, en su declaración, describe que encontraron trozos de actas levantadas en la reunión de ese mismo día y de otra celebrada el domingo anterior; un trozo de una carta dirigida por unos presos en la que se solicita auxilio pecuniario (400 pesetas) y que debían entregar al abogado anarcosindicalista Benito Pabón; trozos de una carta con instrucciones de cómo  tenía que declarar un preso; un plano de la ciudad de Granada en color en el que se encontraba señalado con una cruz a lápiz el Ayuntamiento, la Diputación, los Cuarteles donde hay fuerzas tanto del ejército como de la Guardia Civil, Seguridad y Asalto, los Bancos existentes en la capital y la Comandancia Militar; un esquema hecho en papel de envolver donde se indica la organización revolucionaria del grupo allí reunido denominado “Realidad y practicismo”; ocho cuartillas con explicaciones sobre el esquema anterior a instrucciones para la organización de los Comités revolucionarios dentro de los Cuarteles, entre los reclutas de la última incorporación, entre otros. Tras los interrogatorios algunos admitieron que estuvieron tratando qué hacer con el transporte y el abastecimiento en caso de que se “verifiquen movimientos revolucionarios”. Al día siguiente son conducidos a la prisión provincial y se les abre sumario por la jurisdicción militar. Acusados todos del delito de “Conspiración para la sedición”. (Causa 1.002/34).

Oficio de la Prisión Fortaleza de San Cristóbal comunicando la llegada de los presos de las Juventudes Libertarias de Granada. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00084-002204).

Permanecerán en prisión hasta la celebración del Consejo de Guerra que se celebró en Granada el 25 de marzo de 1935. La calificación fiscal y el fallo judicial se divide en dos bloques diferenciados porque se atiene a la edad de los procesados

Permanecerán en prisión hasta la celebración del Consejo de Guerra que se celebró en Granada el 25 de marzo de 1935. La calificación fiscal y el fallo judicial se divide en dos bloques diferenciados porque se atiene a la edad de los procesados: las penas más bajas son para los menores de edad porque eso era un atenuante. Además, dejamos constancia de la conmutación de las mismas, que se efectúa por cierto, pocos días más tarde, porque mantienen la equivalencia anterior en función del papel que el Tribunal adjudica a cada uno de los procesados, así como los antecedentes de cada uno de ellos.

FALLO JUDICIAL DE LA CAUSA 1.022/34

Nombres y apellidos

Petición fiscal

Fallo

Conmutación

Villegas Marín, Juan

 

 

 

 

 

 

16 años

 

 

 

 

 

 

12 años y 1 día

 

 

 

4 años de prisión menor

Ontiveros Torices, Miguel

Martín Mingorance, Miguel

Hernández Díaz. Manuel

Gutiérrez Gálvez, Emigdio

Carmona Jiménez, Antonio

Ibáñez Sánchez, José María

Aragón Baena, Gabriel

 

 

 

3 años de prisión menor

López Varón, Torcuato

Alarcón Martín, José

Gutiérrez Padilla, José

Pérez Romero, Francisco

Barrueso Guzmán, Juan

Ojeda García, Nicolás

Medina Pérez, Juan

Moya Biedma, Antonio

 

 

9 años

 

 

6 años y 1 día

2 años prisión menor

Gómez González, Miguel

Benítez Carmona, José

López García, Jerónimo

1 año de prisión menor

Esteban Girona, José

           Fuente: Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)  (UCO. TMT-SSE-LEG-- 0084-002204) y elaboración propia.

Condenas de los jóvenes de las Juventudes Libertarias de Granada que fueron destinados al Fuerte de San Cristóbal

Consejo de Guerra 25 de marzo de 1935. (Causa 1.002/34)

Nombre y apellidos

Petición fiscal

Fallo judicial

Conmutación

Aragón Baena, Gabriel  (preso nº 552)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Barrueso Guzmán, Juan (preso nº 548)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Carmona Jiménez, Antonio (preso nº 551)

16 años

12 años y 1 día

4 años

Gutiérrez Padilla, José (Preso número 555)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Ibáñez Sánchez, José María (Preso número 547)

16 años

12 años y 1 día

4 años

López Varón, Torcuato (Preso número 550)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Martín Mingorance, Miguel (Preso número 554)

16 años

12 años y 1 día

4 años

Medina Pérez, Juan  (Preso número 549)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Pérez Romero, Francisco (Preso  número 553)

16 años

12 años y 1 día

3 años

Ontiveros Torices, Miguel (Preso número 557)

16 años

12 años y 1 día

4 años

Villegas Marín, Juan (Preso número 556)

16 años

12 años y 1 día

4 años

Fuente: Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla) (UCO. TMT-SSE-LEG-- 0084-002204) y elaboración propia

Documentos encontrados por la Guardia Civil en la reunión de las Juventudes Libertarias en el Cerro de San Miguel el 11 de noviembre de 1934: un organigrama de funcionamiento de la Juventud Libertaria y un trozo de un acta que habían roto y que luego recompone la Guardia Civil. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00084-002204).
Documentos encontrados por la Guardia Civil en la reunión de las Juventudes Libertarias en el Cerro de San Miguel el 11 de noviembre de 1934. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00084-002204).

Todo indica que fueron elegidos los que más condena sufrieron y, además, porque la mayoría de ellos ya tenían antecedentes policiales

Todo indica que fueron elegidos los que más condena sufrieron y, además, porque la mayoría de ellos ya tenían antecedentes policiales. Antonio Aragón había sido detenido el 17 de septiembre de 1933 por arrancar pasquines de propaganda electoral; José María Ibáñez había sido detenido por “desnudismo” en agosto de 1934 y por reunión clandestina en septiembre del mismo año; Torcuato López porque había sido detenido en el verano de 1932 por realizar trabajos al tope; Juan Villegas porque había sido detenido en marzo de 1934 implicado en la muerte de un Guardia de Seguridad y porque era el organizador y Secretario de Actas de la reunión de San Miguel. Hay más con antecedentes, pero para no ser prolijos, nos centraremos en dos: Miguel Martín Mingorance y Antonio Carmona Jiménez que eran los dos que más antecedentes policiales tenían y que, a modo de ejemplo, reflejamos en una mini biografía.

MARTÍN MINGORANCE, Miguel. Nace el 29 de mayo de 1911 en Granada (Granada), con domicilio en calle Cazorla Agustín, 5. Soltero, Vendedor de verduras en el Mercado de San Agustín. Hijo de Juan Antonio y Trinidad. Militante de  la CNT y de las Juventudes Libertarias. La Comisaría de Investigación y Vigilancia de Granada en su informe del 6 de diciembre de 1934 adjunta sus múltiples antecedentes. El 15 de julio de 1924 (tenía 13 años) fue ingresado en el Hospicio Provincial por encontrarse abandonado. El 11 de abril de 1926 fue detenido y puesto a disposición del Tribunal Tutelar de Menores por cometer raterías. El 18 de julio de 1928 fue detenido por insolentarse con Guardias Municipales. El 12 de mayo de 1929 fue detenido por arrojarse al ruedo de una plaza de toros. El 20 de abril de 1930 detenido por la misma causa. El 5 de junio de 1930 detenido por escándalo en un cine. El 6 de abril de 1932 interesó su presentación el Juzgado del Sagrario. El 9 de octubre de 1932 fueron detenidos en la calle San Matías por ser presuntos autores de la explosión de un petardo. Los detenidos fueron José Guerrero García, Miguel Martín Mingorance y Rafael Contreras Izquierdo, a quienes se les puso en libertad, pero se les abre sumario. (Causa 507/32). En su declaración el 21 de febrero de 1936 –estaba entonces en el Penal de Burgos- negará los hechos que se le atribuyen. Desconocemos en qué se sustanció dicha denuncia. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 26.508). Es uno de los detenidos el 23 de junio de 1933 en una reunión clandestina del Sindicato de Vendedores de frutas y hortalizas, de CNT, en la ribera del Genil, a la espalda de la Fábrica del Gas. La policía logró aportar dicha reunión, produciéndose un intenso tiroteo. Al final quedaron detenidos, como él, 28 trabajadores más que ingresaron en la prisión provincial a disposición de la autoridad judicial. (Véase “Relación detenidos” en Ricardo Córdoba Reyes). (El Defensor de Granada, 24 de junio de 1933). El día 11 de diciembre de 1933 fue detenido por coaccionar a otros taxistas en la Plaza de Bibrrambla para que secundaran la Huelga General que había convocado la CNT desde el día 10 de ese mes. La huelga era una de las acciones que la central anarcosindicalista había iniciado el día 9 de ese mes en Granada y que se había iniciado el día 9 con actos violentos de quema de iglesias y conventos y un intenso tiroteo en el Albayzín. (Véase entrada Sucesos del Albayzín de diciembre de 1933). (El Defensor de Granada, 10 al 13 de diciembre de 1933). El día 5 de enero de 1934 fue juzgado por el Tribunal de Urgencia, solicitando el fiscal la pena de 3 meses de arresto mayor. El abogado defensor, el anarquista Benito Pabón, pidió su absolución, que fue lo que se dictaminó finalmente. No obstante, el tribunal acordó que debía seguir preso a disposición del Gobernador Civil en tanto durase el Estado de Alarma, que fue levantado el día 6 de ese mismo mes. (El Defensor de Granada, 5 de enero de 1934). Según el testimonio de sentencia “era persona de mala conducta moral y pública, estando conceptuado como extremista de acción, pues fue detenido el 18 de agosto de 1936, ocupándosele en su domicilio una bandera roja en unión de escritos revolucionarios y una carabina”. En un informe de la Comisaría de Investigación y Vigilancia de Granada referido a la explosión del petardo que había detonado en San Matías en 1932 y en el que estaba presuntamente implicado, se afirma que en esos momentos cumple condena en el Penal de Burgos. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 26.508). El 31 de diciembre de 1934 fue detenido por coacciones. El 27 de agosto de 1934 detenido por desobediencia. Es uno de los 20 miembros de las Juventudes Libertarias de Granada que fueron detenidos el 11 de noviembre de 1934 en una cueva del Cerro de San Miguel por la Guardia Civil de Granada. Todos ellos fueron conducidos al Cuartel de las Palmas e interrogados, ingresando en la Prisión Provincial al día siguiente. A estar bajo un Estado de Guerra, fueron encausados por la autoridad militar pues se consideró que era una reunión clandestina. A todos se les abrió un Sumario (Causa 1002/34), siendo procesados en Consejo de Guerra celebrado en Granada el 25 de marzo de 1935 y condenados a diversas penas por el delito de “Conspiración a la rebelión”. (Ver desarrollo en Caída de las Juventudes Libertarias (Causa 1.002/34). En su caso, fue condenado a 12 años y 1 día de reclusión que, posteriormente, se le conmutó por la de 4 años de prisión menor. El 31 de  mayo de 1935 un grupo de once jóvenes –los que tenían más condena- son enviados, como castigo, al Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) el 31 de marzo de 1935. Los prisioneros eran: Gabriel Aragón Baena, Juan Barrueso Guzmán, Antonio Carmona Jiménez, José Gutiérrez Padilla, José María Ibáñez Sánchez, Torcuato López Varón, Miguel Martín Mingorance, Juan Medina Pérez,  Francisco Pérez Romero, Juan Villegas Marín y  Miguel Ontiveros Torices. Todos ellos, tras un motín en el que tomaron parte, fueron trasladados a la prisión Provincial de Burgos el 30 de noviembre de 1935. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, todos los presos políticos y sociales salieron de la prisión por el Decreto de Amnistía del 21 de febrero de ese año. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)   (TMT-SSE-LEG-- 0084-002204). Al iniciarse la guerra civil fue detenido y procesado. Su causa se iniciaba el 2 de octubre de 1936 y era procesado por  “Auxilio a la rebelión”. Fue absuelto, por muerte previa, en Consejo de Guerra de 24 de octubre de 1936, ya que fue fusilado el 23 de octubre de 1936. (Inscrito en registro civil de El Campillo por orden del juez R. Salmerón). (Causa 282/36 AJTM). (Hidalgo Cámara, 2014: 361 y 930). (www.granadamemoriahistorica.es). Además, fue uno de los represaliados en Granada –de los casi once mil expedientes- que fueron sancionados por la Comisión Provincial de Responsabilidades Políticas y/o la Comisión Provincial de Incautación de Bienes, derivado de sus responsabilidades políticas, 1936-1945. (Véase Incautación de bienes). (Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica –AGRMH-). (Gómez Oliver, 2015). Se le abre expediente número 216 de 1936. La Comisaría de Investigación y Vigilancia de Granada, en su informe del 3 de agosto de 1938 afirma que es “persona de pésima conducta en todos sus aspectos y especialmente en el político social, siendo militante de las Juventudes Libertarias y estando conceptuado como delincuente habitual contra la propiedad, figurando entre sus numerosos antecedentes el haber sido detenido por colocación de petardos, por reunión clandestina, por coacciones y por conspiración para la Rebelión militar, considerándosele elemento peligroso.”  En otro informe del 23 de abril de 1942 afirma que “era persona de mala conducta moral y pública, estando conceptuado como extremista de acción por lo que fue detenido en 18 de agosto de 1936, ocupándosele en su domicilio una bandera roja en unión de escritos revolucionarios y una carabina, habiendo “fallecido” en el mes de octubre de 1936”. “No se le conocían bienes  de ninguna clase”. La Guardia Civil de Granada en su informe de 21 de septiembre de 1943 afirma que “le fue aplicado el Bando de Guerra”, es decir, fue fusilado, “en los primeros días del Glorioso Alzamiento” y afirma que no tiene bienes ni él ni sus familiares con los que convivía. Las autoridades confirman que no posee bienes y el 13 de noviembre de 1943 se dicta Auto de sobreseimiento. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25995, Pieza 5, Caja 25902, Pieza 39). (Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración).
CARMONA JIMÉNEZ, Antonio. Nace en 1915 en Granada (Granada).  Soltero, vendedor de verduras en el Mercado de San Agustín, con domicilio en calle Santiago, 11. Hijo de Antonio y Magdalena. Militante de las Juventudes Libertarias. Su hermano José* también fue represaliado. La Comisaría de Investigación y Vigilancia de Granada en su informe del 6 de diciembre de 1934 adjunta sus antecedentes. El 3 de agosto de 1925 fue detenido por malos tratos y riña. El 14 de noviembre de 1930 por escándalo. El 12 de agosto de 1932 por insultos a Guardias de Asalto. El 28 de diciembre de 1932 por coacciones.  Es uno de los detenidos el 23 de junio de 1933 en una reunión clandestina del Sindicato de Vendedores de frutas y hortalizas, de CNT, en la ribera del Genil, a la espalda de la Fábrica del Gas. La policía logró aportar dicha reunión, produciéndose un intenso tiroteo. Al final quedaron detenidos, como él, 28 trabajadores más que ingresaron en la prisión provincial a disposición de la autoridad judicial. (Véase “Relación detenidos” en Ricardo Córdoba Reyes, El Defensor de Granada, 24 y 25 de junio de 1933). El día 3 de diciembre de 1933 fue detenido durante una redada de la policía en una reunión clandestina que las Juventudes Libertarias celebraban en la Silla del Moro. Fueron detenidos 9 jóvenes, de los que seis –como él mismo- ingresaron en la prisión Provincial. (Véase relación de detenidos en Palmiro Alcántara García) (El Defensor de Granada, 5 de diciembre de 1933). Es uno de los detenidos la noche del 12 de abril de 1934 cuando se reunían diversos militantes de la CTN en el local clausurado del Sindicato de la Madera. Ingresó en la cárcel, junto a otros 22 militantes, a disposición de las autoridades judiciales, y fue multado por el Gobernador Civil con 2.000 pesetas. (Véase relación de detenidos y detalles de la reunión en “Detenidos abril de 1934” en Evaristo Torralba García, El Defensor de Granada, del 13 al 15 de abril de 1934). El 31 de julio de 1934 fue detenido por insolentarse con Guardias Municipales. Es uno de los 20 miembros de las Juventudes Libertarias de Granada que fueron detenidos el 11 de noviembre de 1934 en una cueva del Cerro de San Miguel por la Guardia Civil de Granada. Todos ellos fueron conducidos al Cuartel de las Palmas e interrogados, ingresando en la Prisión Provincial al día siguiente. A estar bajo un Estado de Guerra, fueron encausados por la autoridad militar pues se consideró que era una reunión clandestina. A todos se les abrió un Sumario (Causa 1002/34), siendo procesados en Consejo de Guerra celebrado en Granada el 25 de marzo de 1935 y condenados a diversas penas por el delito de “Conspiración a la rebelión”. (Ver desarrollo en Caída de las Juventudes Libertarias (Causa 1.002/34). En su caso, fue condenado a 12 años y 1 día de reclusión que, posteriormente, se le conmutó por la de 4 años de prisión menor. El 31 de  mayo de 1935 un grupo de once jóvenes –los que tenían más condena- son enviados, como castigo, al Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) el 31 de marzo de 1935. Los prisioneros eran: Gabriel Aragón Baena, Juan Barrueso Guzmán, Antonio Carmona Jiménez, José Gutiérrez Padilla, José María Ibáñez Sánchez, Torcuato López Varón, Miguel Martín Mingorance, Juan Medina Pérez,  Francisco Pérez Romero, Juan Villegas Marín y  Miguel Ontiveros Torices. Todos ellos, tras un motín en el que tomaron parte, fueron trasladados a la prisión Provincial de Burgos el 30 de noviembre de 1935. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, todos los presos políticos y sociales salieron de la prisión por el Decreto de Amnistía del 21 de febrero de ese año. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)   (UCO. TMT-SSE-LEG-- 0084-002204). (Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración).
Acta encontrada por la Guardia Civil en la reunión de las Juventudes Libertarias en el Cerro de San Miguel el 11 de noviembre de 1934. (Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla), (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00084-002204).

Los libertarios granadinos en el motín de septiembre de 1935

Desde sus comienzos en 1934 los presos denunciaron reiteradamente la falta de higiene y salubridad, ocasionando diversos conflictos y tratando de que la prisión del fuerte de San Cristóbal fuese cerrada. El conflicto más significativo fue el motín que se originó en septiembre de 1935 por la muerte de un militante de la CNT. Los 750 presos que entonces había en esa prisión participaron en la protesta y, entre ellos, los jóvenes libertarios granadinos. Una protesta que se extendió a la ciudad de Iruña donde se convocó una huelga. Para desactivar nuevas protestas el gobierno de la CEDA comenzó a trasladar en el mes de noviembre de ese mismo año a varias decenas de presos a otras cárceles, y fue vaciada completamente en febrero de 1936 tras la amnistía general decretada a presos políticos tras la victoria del Frente Popular. Entre esos traslados estaban los nueve miembros de las Juventudes Libertarias de Granada, todos ellos pasaron a la Prisión Provincial de Burgos el 30 de noviembre de 1935. Esto podría estar relacionado con su papel relevante en el motín. Al final, todos salieron en libertad con el decreto de Amnistía del 21 de febrero de 1936 del Frente Popular de excarcelación de los presos políticos y sociales.

A los pocos meses de salir de prisión padecerán los rigores de la guerra civil. Unos, los que pudieron escapar del golpe de estado en Granada, ingresaron en el ejército republicano

A los cinco meses de salir de prisión padecerán los rigores de la guerra civil. Unos, los que pudieron escapar del golpe de estado en Granada, ingresaron en el ejército republicano como Gabriel Aragón Baena que quedó confirmado en su cargo de Comisario Delegado de Compañía del Ejército de Tierra por circular de 12 de noviembre de 1938, firmada por Negrín (Diario Oficial del Ministerio de Defensa, 16 de noviembre de 1938, número 300, p. 725). Al finalizar la guerra civil ingresó en la prisión de Orihuela (Alicante)  desde el campo de concentración de Albatera, a disposición del Juez Militar de Ronda y, posteriormente, quedó en libertad provisional. (pares.mcu.es). Otros, fueron detenidos al final de la guerra y procesados, como Manuel Hernández Díaz. Otro, Antonio Moya Biedma morirá en 1942 en enfrentamiento con la fuerza pública. Varios sufrirán Consejo de Guerra al finalizar la contienda, pero otros  –y no pocos- fueron detenidos y fusilados al inicio de la guerra civil. Nada menos que cuatro de los jóvenes de ese expediente fueron llevados al paredón entre septiembre y octubre de 1936: Jerónimo López García, Miguel Martín Mingorance, José Benítez Carmona y Juan Medina Pérez. A estos hay que sumar otros dos jóvenes, Emilio Salazar Sanjuán y José Márquez Flámit que fueron ejecutados en 1936 y 1942 respectivamente. Estos dos jóvenes habían sido detenidos por la Guardia Civil el 14 de noviembre de 1934, junto a Miguel Román Rubio –al que en el cacheo le encontraron documentos anarquistas- y Francisco García Antequera –todos menores de edad- en Lancha de Cenes porque la Benemérita los asoció a la reunión clandestina del Cerro de San Miguel. Aunque pasaron a la cárcel y estuvieron en ella hasta el 23 de noviembre de ese año, fueron puestos en libertad al comprobar que no tenían relación con aquélla. Pero si nos referimos a ellos es porque, de los cuatro, dos también fueron fusilados.

Eso demostraba, inequívocamente, que los verdaderos rebeldes hicieron un uso exhaustivo de las fichas policiales de quienes, de una u otra forma, habían sido represaliados durante la República y consideraban que eran peligrosos para el nuevo y sanguinario régimen. Todos estos jóvenes habían cometido el terrible delito de intentar cambiar su sociedad o, simplemente, estar afiliados a organizaciones obreras.

RELACIÓN DE LA REPRESIÓN DE LAS JUVENTUDES LIBERTARIAS DESDE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA

Nombre y apellidos

Durante la República

Guerra y posguerra

 

López García, Jerónimo

11/11/34: reunión clandestina (6 años y 1 día, conmutada por 1 año prisión menor)

 

Fusilado 22/9/36

 

Martín Mingorance, Miguel

11/11/34: reunión clandestina (12 años y 1 día, conmutada por 4 años prisión menor)

Fusilado 23/10/36 (Causa 282/36)

 

Moya Biedma, Antonio

11/11/34: reunión clandestina (6 años y 1 día, conmutada por 2 años prisión menor)

Muerto el 12/6/42 en enfrentamiento con fuerza pública (Causa 1.008/42)

 

Esteban Girona, José

11/11/34: reunión clandestina (6 años y 1 día, conmutada por 1 año prisión menor)

Pena de muerte conmutada por reclusión perpetua (Causa 2.223/41

Benítez Carmona, José

11/11/34: reunión clandestina (6 años y 1 día, conmutada por 2 años prisión menor)

Fusilado el 30/10/36

 

Medina Pérez, Juan

11/11/34: reunión clandestina (12 años y 1 día, conmutada por 3 años prisión menor)

Fusilado 17/9/36

 

Hernández Díaz, Manuel

Abril 1934: procesado y absuelto

11/11/34: reunión clandestina (12 años y 1 día, conmutada por 4 años prisión menor)

12 años y 1 día

(Causa 29.327/39)

 

 

Ibáñez Sánchez, José María

20/9/34. Reunión clandestina

29/8/34: desnudismo

11/11/34: reunión clandestina (12 años y 1 día, conmutada por 4 años prisión menor)

Procesado

(desconocemos causa)

Márquez Flamit, José

Prisión 14 de octubre al 23 de noviembre de 1934

Fusilado 23/1/36

Salazar Sanjuan, Emilio

Prisión 14 de octubre al 23 de noviembre de 1934

Ejecutado 27/6/42

Un saldo terrible, en fin, para la mitad de esos jóvenes  que nunca pudieron imaginar su trágico destino desde que en el invierno de 1934 subieron al Cerro de San Miguel, con cuatro papeles como arma, para luchar contra el gobierno reaccionario de la CEDA. Estuvieron, desde noviembre de 1934, un año y medio en la cárcel; luego solo cinco meses en libertad y, después, la tragedia.

Bibliografía:

Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace  años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981.

Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Actualmente es profesor del IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.

Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976)Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Nueva serie de Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo sobre granadinos en prisiones de horror y muerte en la Guerra Civil y el franquismo: