Artículo de opinión

'El Geoparque de Granada. Carta a mi abuelo'

Política - Abelardo Vico Ruiz - Sábado, 11 de Julio de 2020
Abelardo Vico Ruiz, senador del PSOE por la provincia de Granada, escribe un emotivo texto que dirige a su abuelo y a los esfuerzos para salir adelante de tantas personas como él para celebrar que el Geoparque de Granada ha entrado en la Red Mundial de la UNESCO.
Uno de los paisajes del Geoparque de Granada.
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Uno de los paisajes del Geoparque de Granada.

Abuelo, recuerdo que me contabas con admiración lo que producían las tierras al lado del Ebro, cuando estuviste allí en la Guerra Civil. Se criaba de “to” decías. E inmediatamente bajabas la cabeza y con un meneo oscilatorio casi imperceptible susurrabas: Bastante tenemos con subsistir en un pelagartal como éste.

Hubo destellos, pequeñas esperanzas a mediados de siglo, con el esparto o la alcaparra; pero pronto siguieron el devenir de un mundo cada vez más especializado y globalizado, y su recogida no era rentable.

Ahora dicen que este paisaje tan árido y tan agreste es muy original en el mundo. Acaba de ser reconocido como geoparque por la UNESCO, una entidad que depende de la ONU, ese organismo que tiene sede en Nueva York, la nueva capital del mundo, y sobre la que cada vez que salía su nombre me contabas la misma anécdota. Alguién de Freila, a finales de la década de los Veinte del siglo pasado, prácticamente analfabeto, como la mayoría en el mundo rural de entonces, leía en un periódico en voz alta en el bar que estaban sembrando panizo en las calles de Nueva York. Cómo vamos a quejarnos aquí decía, si en las ciudades están utilizando las calles ya para sembrar maíz por el hambre que estarán pasando. El titular decía que estaban sembrando el pánico, pero él leía panizo.

Cuando atravesabas con tu burriquilla el Llano de Guadix camino de la Vega de Bácor, no podías imaginar que serían las lomas de esparto, las ramblas secas y las formas caprichosas de la erosión que dejabas a los lados del camino las que un día darían a conocer esta tierra fuera

Esa parte de suelos pobres, donde apenas subsisten plantas de bajo porte y adaptadas a lluvias muy escasas es ahora lo original. Antes para vosotros sólo contaban los valles, las vegas, el escaso terreno donde la erosión había acumulado tierra limpia y donde el agua podía llegar por gravedad. Hoy es lo otro lo que llama la atención, paradojas del destino y del tiempo. Cuando atravesabas con tu burriquilla el Llano de Guadix camino a la Vega de Bácor, no podías imaginar que serían las lomas de esparto, las ramblas secas y las formas caprichosas de la erosión que dejabas a los lados del camino las que un día darían a conocer esta tierra fuera.

Cuando una tierra no es capaz de dar de comer a las personas que nacen en ella y una parte tiene que irse a buscar la vida fuera, o falla la tierra o fallan las personas o fallan los dos. Esto me decías, con otras palabras, pero esto en definitiva era lo que querías decirme.

Con cosas como ésta tenemos la esperanza de que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos lo tengan un poquito más fácil

Con cosas como ésta tenemos la esperanza de que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos lo tengan un poquito más fácil. No creas que nos hemos vuelto unos ilusos. Demasiado acostumbrados a que cualquier cosa nos cueste demasiado trabajo, y eso no se borra ni tan fácil ni tan rápido. Recuerdo cuando me contabas que el proyecto del Pantano del Negratín se oía ya antes de la Guerra, y se hizo en los años ochenta, un poco antes de que tú murieras. Bueno, lo del agua del Negratín, y donde va, y lo que estamos tratando de hacer entre todos para arreglarlo un poco, esa es otra historia que te contaré otro día. Lo que te quería decir es que esto del geoparque no sólo ha salido bien, sino que se ha hecho en un tiempo récord, en apenas unos años. Casi para no creérselo conociendo el fatalismo de nuestra Historia, que nos llevó a un pesimismo antropológico.

Ojalá algún nieto mío me escriba algún día contándome que el geoparque fue uno de los comienzos, que son normales empresas de turismo activo, alojamientos rurales, miradores para el paisaje, proyectos científicos, módulos de formación profesional para su interpretación, pequeños museos, jóvenes geólogos o botánicos o especializados en otras ramas, que pueden vivir en su tierra. Ojalá que me dijera que no fue la panacea, pero sí fue un éxito, un éxito nuestro, en el que aliaron la tierra y las personas para no fallar, un éxito que llegó, si no en el momento justo, pues el momento justo hubiese sido mucho antes, al menos no llegó demasiado tarde, porque se unió a otros éxitos como la Línea 400, el agua del Negratín o el tren, y fue, quizás no mucho, quizás no demasiado, quizás ni siquiera lo que se merecía una tierra tenazmente castigada, pero simplemente fue suficiente para que hubiese futuro.

Yo te he escrito para decirte que ha sucedido algo a lo que nuestro pesimismo antropológico casi le cuesta aceptar, porque no es coherente con el mismo. Tan poco acostumbrados estamos a que las cosas importantes salgan bien y rápido que casi no sabemos como reaccionar. Tan poco acostumbrados estabais a que las cosas saliesen bien y rápido, que sé que te alegrarás que ésta haya salido así.

Yo te he escrito porque muchas veces me decías que esta tierra no tenía arreglo. No sé si seré un ingenuo, pero cosas como ésta te reconcilian al menos un poco con ella y con su historia. Y vosotros fuisteis su gente un día y firmasteis parte de su historia, y en esa historia conservasteis este paisaje, consciente o inconscientemente, pero lo conservasteis. Y he pensado que esto te gustaría saberlo.

Abelardo Vico Ruiz, es senador del PSOE por la provincia de Granada.