HOMENAJE A ANTONIO MACHADO EN BAEZA EN 1966. SEGUNDA PARTE

'¡A por los barbudos!' (y II)

Política - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 14 de Mayo de 2022
Si disfrutaste con la primera parte, segunda y última entrega de la magnífica crónica del historiador Alfonso Martínez Foronda en la que revive el homenaje a Antonio Machado en Baeza en 1966, en el que la nutrida representación de Granada descubrió la dura represión del franquismo.
Cómic alusivo a la represión del homenaje a Machado.
Autor desconocido, en 'Todocolección.net'
Cómic alusivo a la represión del homenaje a Machado.

Si te la perdiste o quieres volver a leerla: '¡A por los barbudos!' (I)

Todo estaba preparado para iniciar el homenaje a Machado, sin que muchos de los participantes supieran que había sido prohibido

Todo estaba preparado para iniciar el homenaje a Machado, sin que muchos de los participantes supieran que había sido prohibido. El día 20 de febrero de ese 1966 la afluencia de autobuses que llegaban a Baeza desde el levante o desde la carretera de Jaén hacia Baeza comenzaron a ser interceptados por controles de la Guardia Civil, a varios kilómetros de la ciudad, argumentando que sólo autorizarían el acceso a coches particulares o que podrían ir a pie. Igual le ocurre a quienes se bajaban del tren en la estación de Linares-Baeza. La policía había calculado que, de esta forma, llegarían tarde al homenaje y que eso podría ayudar a dispersar más rápidamente a los que se hallaban en Baeza. Los organizadores, cuando conocen lo que está pasando, organizan coches particulares para recoger a quienes no podían acceder a Baeza. Este es el caso de dirigentes de CCOO de Sevilla, como Paco Acosta o Jaime Montes que son recogidos por varios coches donde venían Eva Forets y Alfonso Sastre o la famosa locutora de radio, Juana Ginzo Gómez, que le ponía voz a la protagonista del serial radiofónico, Ama Rosa, con guion de Guillermo Sautier Casaseca. Juana Ginzo era una de las voces más emblemáticas de la radio española y vinculada al PCE.  Aquellos que venían en el autobús la Granada, confundidos y deseosos de asistir, y observando que el paso de vehículos estaba permitido, salvo para los que fueran de transporte colectivo, volvieron a Jaén capital, donde algunos tomaron un taxi que los llevó hasta Baeza. Otros, como el insigne profesor Emilio Orozco, habían viajado en su propio coche.

En la foto se ve a militantes de CCOO de Sevilla: Jaime Montes Muñoz, a la mujer de León Temblador, Loli y al cantautor  Raimon en el centro y delgado. Cedida por Jaime Montes para Archivo Histórico de CCOO de Andalucía. En el dorso de la foto  pone 20.2.66

A las doce de la mañana de ese día, algo lluvioso, una silenciosa riada humana, unas dos o tres mil personas y, entre ellos, niños en brazos o en carritos, iniciaron la marcha desde la céntrica Plaza del Pópulo hacia el lugar donde iba a colocarse la escultura de bronce de Pablo Serrano, a las afueras de la ciudad

A las doce de la mañana de ese día, algo lluvioso, una silenciosa riada humana, unas dos o tres mil personas y, entre ellos, niños en brazos o en carritos, iniciaron la marcha desde la céntrica Plaza del Pópulo hacia el lugar donde iba a colocarse la escultura de bronce de Pablo Serrano, a las afueras de la ciudad. Discurrieron, como paseando, en grupos dispersos, por algunas callejuelas y por una carretera en obras hacia la explanada donde se iba a colocar el busto del poeta. Al frente de la marcha iban prestigiosos intelectuales y escritores como Caballero Bonald, Gabriel Celaya, Carlos  Castilla del Pino, José María Moreno Galván, el arquitecto Fernando Higueras, el fiscal Chamorro, el editor Manuel Aguilar, los pintores Manolo Rivera, José Duarte o Francisco Cortijo. Pero antes de acceder a la explanada fueron interceptados por la policía que, formando un cordón, les impidió el paso cortésmente.

Esta deferencia, es decir, que el régimen sabe que no son obreros -a los que tanto odia- y, por tanto, educación obliga, les lleva en un primer momento a contemporizar con los manifestantes y, de hecho, algunos de los que dialogaron con la policía, como Castilla del Pino, intentaron convencer a la policía que no había nada más apacible que sus propósitos y, un tanto cansado de la cerril actitud de ésta, le llegó a exigir la identificación a quien se suponía estaba al mando de la fuerza pública, concretamente,  al teniente Luis Javier Felipe. Y, una vez que el policía salió de su perplejidad, recuperó su naturaleza y ordenó la carga. Y comenzó el caos.

En la foto, el dirigente de CCOO, Francisco Acosta Orge, que mira a la cámara por las calles de Baeza el 20 de febrero de 1966. Cedida por Francisco Acosta para Archivo Histórico de CCOO de Andalucía. 

Es entonces cuando los estudiantes granadinos ven por primera vez la figura desconocida de Francisco González Huertas, agente de la Brigada Político Social de Granada, conocido como ”Don Paco” o “El Jirafa”, que conminaba a los asistentes a que se disolvieran

A partir de ahí la dispersión de los manifestantes, carreras y escaramuzas por la ciudad. Es entonces cuando los estudiantes granadinos ven por primera vez la figura desconocida de Francisco González Huertas, agente de la Brigada Político Social de Granada, conocido como ”Don Paco” o “El Jirafa”, que conminaba a los asistentes a que se disolvieran. Era la primera vez –y no sería la última- que vean a ese policía, con mando en plaza, que estaba jugando un papel destacado en la represión, porque la presencia de la BPS de Granada en Baeza se debía a que la Jefatura Superior de Andalucía Oriental tenía su cabecera en Granada y, por tanto, los inspectores de aquélla podían desplazarse a su antojo por el ámbito de su circunscripción. Sin duda, el Ministerio de Gobernación movilizó a gran parte de los efectivos policiales de Jaén y Granada cuando comprobó la magnitud del homenaje a Machado.

Fotos del pintor sevillano, Paco Cortijo, en el centro, por las calles de Baeza el 20 de febrero de 1966.

Unos lograron huir por las afueras de Baeza hasta alcanzar la carretera Jaén a Granada; otros, los más, volvieron a la plaza, donde se refugiaron entre los soportales o metiéndose en los bares en medio de los golpes de la policía

Unos lograron huir por las afueras de Baeza hasta alcanzar la carretera Jaén a Granada; otros, los más, volvieron a la plaza, donde se refugiaron entre los soportales o metiéndose en los bares en medio de los golpes de la policía. Según Castilla del Pino, de uno de los bares, incluso, salieron tres falangistas, pistola en mano, para colaborar con los grises. Y, de nuevo, los estudiantes granadinos ven a D. Paco que, fuera de sí y acompañado de grises y otros miembros de la Social, alentaba ostensiblemente a sus subordinados para que fueran ”¡a por los de las botas rusas y los barbudos!” y una y otra vez gritaba desaforado “¡Cargad! ¡Cargad!”, y eso, según Bernabé López, “nos llamó la atención de forma sorprendente”. Era la primera vez que los jóvenes ven en directo la secuencia de la represión.  

Un total de 27 participantes serán detenidos, entre ellos reconocidos intelectuales y artistas como Alfonso Sastre, José María Moreno Galván, Pedro Caba (médico), Eduardo Ürculo (pintor), Alfredo Flores (abogado), J. A. Ramos Herranz (ingeniero), Pedro Dicenta, Carlos Álvarez (poeta) o Juan Ripollés (pintor)

Un total de 27 participantes serán detenidos, entre ellos reconocidos intelectuales y artistas como Alfonso Sastre, José María Moreno Galván, Pedro Caba (médico), Eduardo Ürculo (pintor), Alfredo Flores (abogado), J. A. Ramos Herranz (ingeniero), Pedro Dicenta, Carlos Álvarez (poeta) o Juan Ripollés (pintor). Y, entre ellos, los estudiantes granadinos Isaías Moreno Carillo y su hermano, que serán conducidos a los calabozos del Ayuntamiento de Baeza donde pasaron una noche antes de ser puestos en libertad. De todos los detenidos, dieciséis de ellos serían puestos en libertad esa misma noche y, el resto conducidos a Jaén donde serían puestos en libertad al día siguiente después de pagar multas que iban de las 5.000 a las 25.000 pesetas. Sin embargo, no pudieron localizar el busto de Machado que no llegó a ser sacado del coche y volvió por donde había venido, ocultándose durante diecisiete años en el domicilio del fiscal “rojo”, Jesús Vicente Chamorro. Tuvimos que esperar hasta el 10 de abril de 1983 cuando cinco mil personas reeditaran en Baeza el homenaje que se había prohíbo aquel 20 de febrero de 1966. Y será, ese día, cuando se coloque el busto de Pablo Serrano en su lugar dentro de una hornacina diseñada por Ramón Moliner.

Dibujo y poema para Antonio Machado en el homenaje de 1966.

La vuelta a Granada sin sus compañeros detenidos fue un hervidero de comentarios, pudiendo comprobar que la represión alargaba su mano hasta la censura en todos los medios, ya que al día siguiente no apareció noticia alguna de los sucesos ni a nivel nacional ni en los medios de Granada

Este acto de represión estúpido, por surrealista, no podía generar más que rechazo hacia el régimen, incluidos quienes, como D. Emilio Orozco, fueron allí para homenajear a uno de los escritores más ilustres del país, muy lejos de participar en un acto antifranquista. Pero, más allá de que volvía a desmentir las afirmaciones aperturistas especialmente presentes en esas fechas con la aprobación de la nueva Ley de Prensa e Imprenta de Fraga Iribarne, lo importante es que este tipo de actuaciones represivas, inherentes al régimen, sirvió para abrir los ojos a estos jóvenes que no habían conocido su rostro represor. La vuelta a Granada sin sus compañeros detenidos fue un hervidero de comentarios, pudiendo comprobar que la represión alargaba su mano hasta la censura en todos los medios, ya que al día siguiente no apareció noticia alguna de los sucesos ni a nivel nacional ni en los medios de Granada. Por el contrario, la prensa internacional se hizo eco de los sucesos y, mientras Le Monde, informaba de las multas impuestas a algunos detenidos, un periódico suizo afirmaba que “si no lo hubiésemos visto con los propios ojos nos parecería una fábula que se prohíba en España un homenaje a Antonio Machado”. (Diario El País, 31.3.2011, sección digital).

Busto  de Antonio Machado, realizado por Pabllo Serrano, instalado en la actualidad, en el Paseo de las Murallas o Paseo de Antonio Machado.
Escultura a Antonio Machado en Baeza.
La ceguera de la dictadura al prohibir este tipo de actos, llevó a muchos estudiantes, y entre ellos, a uno de los primeros dirigentes del movimiento estudiantil, como Bernabé López a una conclusión:
“Ese fue un bautismo. Nos dimos cuenta que la represión no era un cuento chino y que mi padre no exageraba. Te das cuenta cómo se las gastaban en un tema tan cultural como Machado, con el que tantas veces se había enternecido D. Emilio Orozco”.

Aunque no hubo reacción en la Universidad por la detención de los hermanos Moreno Carillo, sin embargo, el suceso se comentó en la Facultad de Filosofía y será el primero de estas características que vaya conformando, en algunos de ellos, una toma de conciencia antifranquista.

Biografía:

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso (Coord.), La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas (1965-1981), Editorial El Páramo, 2012, pp. 103-115.
  • CASTILLA DEL PINO, Carlos, Casa del olivo, Tusquets, 2004, pp. 342-347.
  • CABALLERO BONAL, José Manuel, la novela de la memoria, Seix Barral, 2010, p. 748.
  • Información aparecida en CHICHARRO CHAMORRO, Antonio: Antonio Machado y Baeza a través de la crítica, Granada, Universidad de Granada, 1992.
  • Diario El País, 31.3.2011, sección digital.
  • Entrevista a Bernabé López García, en Fondo Oral CCOO de Andalucía.
  • Entrevista Francisco Acosta Orge, en Fondo Oral CCOO de Andalucía.

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