Campaña Inagra contenedor marrón.
Artículo de Opinión por Cecilio A. Sánchez Hita

Ayer, hoy, Mañana. Más allá de Podemos

Política - Cecilio A.Sánchez Hita - Lunes, 4 de Febrero de 2019
Cecilio A.Sánchez Hita, miembro de la Mesa de Coordinación de Vamos Granada, por la que es candidato, que formó parte del primer Consejo Ciudadano de Podemos, ofrece en este artículo su visión de la crisis en el seno de la formación morada.
IndeGranada

Motivado por diferentes «análisis» sobre la situación en Podemos en los 3 niveles territoriales. Desde mi perspectiva, y por haber vivido todo este proceso muy de cerca, me he propuesto dar mi relato. Aunque evidentemente es subjetivo, creo que puedo sostener con argumentos qué es lo que ha pasado.

La situación general

Podemos fue una explosión de alegría política, de frescura e ilusión indiscutible. Veníamos motivados por el 15M y por muchas otras cosas, sobre todo por que los partidos políticos no afrontaran lo que nos preocupaba realmente. El desbordante inicio no permitió pararse a reflexionar o diseñar mejor lo que se estaba creando. Tampoco era lo relevante, pues era un terreno inexplorado y muy difícil de gestionar. Muchos -sin trayectoria política previa- nos embarcamos para colaborar como fuera posible. Pasó el tiempo, diversas elecciones, decisiones controvertidas, un mayor asentamiento en la vida política… y así quedaron dibujadas las llamadas 3 corrientes de Podemos: pablistas, errejonistas y anticapitalistas. Lo fácil es compararlas con corrientes de partidos clásicos, como sanchistas y susanistas, o sorayistas y aznaristas. El análisis es incorrecto, ya que las llamadas «familias de Podemos» no son corrientes dentro de una estrategia general, sino que son por propia definición PROYECTOS POLÍTICOS DIFERENTES. Y esta es la clave que lo condiciona todo. Estas diferencias se pudieron superar en un inicio pero, claro, todo tiene un límite, y las discrepancias enquistadas por la propia base, más allá de los temas personales, han hecho saltar las costuras. Repasemos brevemente la propuesta de cada una.

Errejonistas: la más atractiva electoralmente, la que atrajo a más personas y la que defendía cambiar el eje político de izquierda-derecha por arriba-abajo. Postura que el propio Iglesias defendía en un principio.

Pablistas: una suerte de neocomunismo auspiciado por el propio Iglesias y por un entorno del Partido Comunista del que se rodeó. La máxima expresión es la alianza total (no coyuntural) con Izquierda Unida.

Anticapitalistas: lo que el propio nombre indica. Un partido irrelevante electoralmente, que plantea una enmienda a la totalidad del sistema.

Bien, con estos mimbres, en estos cuatro años hemos visto alianzas imposibles entre estos 3 subconjuntos con tal de mantener el control orgánico dependiendo del territorio. Pero el problema no era tanto el personalismo y el control del aparato sino la base misma de esta especie de unión forzada de estrategias tan contrapuestas políticamente. No se trata de juzgar o calificar cada una de ellas, simplemente de constatar la imposibilidad de crear un proyecto común con esas discrepancias.

La salida de Errejón aprovechando el tirón de Carmena es la respuesta ante esta situación. La fidelidad a sus ideas (que son las originales de Podemos), han primado sobre su fidelidad al partido. Eso sí, con unos métodos muy cuestionables.

La proclama del 15M no era «queremos la unidad de la izquierda». Era una tesis puramente transversal ante la constatación de que daba igual quién gobernase y de que hacía falta un revulsivo democrático. Podemos lo interpretó de maravilla al principio para posteriormente enmendarse en una especie de retorno a la izquierda del que ya no se ha movido.

El caso andaluz

En nuestra comunidad, la presencia de Teresa Rodríguez como figura visible desde que fue eurodiputada lo condicionó todo, especialmente a partir de la II Asamblea Andaluza, convocada en lógica puramente interna y en donde hizo lo que Iglesias en Vistalegre II: quedarse con el aparato del partido en el sentido más clásico y rancio. En esa ocasión, Carmen Lizárraga plantó cara y defendió otras posturas más acordes con el Podemos original, aun conociendo la dificultad de la tarea. Muchas la acompañamos en esa empresa porque sabíamos que era lo que había que hacer, lo que había que construir ante una deriva que iba al desastre. Pero, tras la derrota, al igual que Errejón en Vistalegre II, «acordó» con la familia ganadora una salida para mantener alguna posición interna mientras dejaba de lado todo el tejido construido en torno a una idea, que, paradójicamente, era la idea originaria y atractiva de Podemos. En las pasadas elecciones andaluzas, incluso encabezó la lista de Adelante Andalucía en Granada, llevando el discurso claramente minoritario y arrinconado de Teresa Rodríguez. Por eso, llama poderosamente la atención la poca curiosidad en medios de comunicación que ha despertado su dimisión por razones que podría haber expuesto hace dos meses. Todos los argumentos que ha ido desgranando en sucesivas entrevistas eran válidos antes del 2D. La estrategia de anticapitalistas no ha variado. Sin embargo, se ha ido ahora, tras hacer una campaña bajo el paraguas de una corriente (proyecto político según mi criterio) con la que no se identificó nunca. Parece que ahora está reconociendo ese error o la imposibilidad de que quien nunca tuvo la intención de cambiar, cambie.

Reflexión aparte merecen los resultados lamentables de Adelante Andalucía, que en condiciones normales supondrían la asunción de responsabilidades en cualquier partido. Podemos Andalucía está en un proceso claro de involución que no se sabe cuándo ni cómo acabará.

Llegamos a Granada

Es importante recordar que ni el municipalismo surgido tras el 15M, ni la gente que estuvimos desde el principio, éramos propiedad de Podemos ni le debemos nada. Más bien al contrario: Podemos se nutrió de un voluntarismo ilusionante que no volverá a alcanzar.

Cuando la estrategia -acertada o no- de no concurrir a las elecciones municipales fraguó, gente que estábamos en Podemos (y otra gente que no) nos unimos para poner en marcha proyectos locales. La participación e influencia del partido morado son innegables, pero no por su apoyo directo, sino por las personas que colaboramos. Así se produjo una especie de simplificación en toda España de que toda candidatura nueva era igual a Podemos. Es falso. Lo es incluso en Madrid, donde a la propia Manuela Carmena le duele la boca de decir que no es de Podemos desde el minuto 0.

En Granada se hizo un buen trabajo para atraer a muchas personas. Y lo más «destacado» de Podemos fue el designar a Luis de Haro como cabeza de cartel. Las primarias, y el impecable trabajo y esfuerzo de Marta Gutiérrez, la pusieron a ella al frente, en contra del designio del aparato e incluso de la propia voluntad de la actual edil sin ninguna voluntad de protagonismo.

'Se ha tratado de establecer una relación entre la deriva de Podemos y la situación de Vamos Granada. También falsa'

Posteriormente, se ha tratado de establecer una relación entre la deriva de Podemos y la situación de Vamos Granada. También falsa. Vamos Granada estaba funcionando muy bien hasta que Pilar Rivas y Luis de Haro decidieron cambiar la portavocía del grupo municipal en julio de 2017. Lo hicieron de espaldas a todo el mundo y en contra de la Asamblea soberana de Vamos Granada. Y aquí sí encontramos la irrupción de Podemos: la dirección andaluza decide respaldar ese movimiento antidemocrático y apoyar a Luis de Haro en lugar de apoyar los legítimos órganos de Vamos o de no decir nada, que también era una opción. Lo hizo, de nuevo, por lógicas internas de Podemos, para ir en contra de Alberto Matarán, secretario general de Podemos Granada en aquel momento. A Alberto Matarán también se le acusó y se le acusa de ambición política, aunque nunca se presentó a ninguna institución y ahora está alejado de cualquier actividad al respecto.

A la estrategia anti-Vamos se unió el propio PSOE, instrumentalizando como siempre las instituciones, para apoyar a su tránsfuga Luis de Haro que le aprueba los presupuestos en Diputación y que no hace absolutamente nada que no sea bloquear a Vamos Granada. Su paso por la política será recordado por su participación en la Toma de Granada. La de Pilar Rivas por decir sucesivamente que era la representante de 3 partidos y haber incumplido lo que decían todos ellos. Eso sí es personalismo.

No solamente en Granada: muchos municipios en Andalucía están optando por continuar el camino emprendido. Un camino coherente de trabajar en una lógica municipal. Serán otros los que tendrán que explicar por qué ese método ya no sirve.

Llegamos al momento actual, próximo a unas elecciones municipales. Nos presentaremos con la misma ilusión, determinación e ideales que hace 4 años. Eso sí, con más experiencia y menos ingenuidad, sabiendo lo difícil que es un cambio político real y cómo nos «mira» todo el mundo. Recelan de nosotras, saben que estamos a otra cosa que no es entrar al trapo en sus demagógicas mociones, y Marta Gutiérrez se ha convertido en la auténtica oposición al Gobierno ineficaz de Cuenca, que alcanzó la Alcaldía de rebote.

No queremos plenos como el del otro día con debates sobre Venezuela, tauromaquia, cordones sanitarios y demás asuntos no locales que el bipartidismo se ha empeñado en trasladar a nuestro Ayuntamiento. Ojo, el mismo bipartidismo responsable de que Granada se encuentre entre las 15 áreas urbanas con más paro de toda España, el aislamiento ferroviario, el intento de fusión hospitalaria, la contaminación galopante y la ruina económica.

Nosotras nos dedicamos a llevar ante los tribunales a los responsables de la gestión supuestamente corrupta y seguro despilfarradora, a proponer un proyecto de ciudad distinta y a tomar las decisiones por, para y desde Granada. No estamos interesados en los bloques de derechas ni de izquierdas, como parece estar de moda ahora. Defendemos Granada independientemente de quién gobierne en Sevilla y en Madrid. Por eso estamos aquí y para eso están las elecciones, para que cada cual se sume al bloque que quiera. Proponemos a la ciudad que se sume al bloque de Granada, porque Granada merece más.



Cecilio A. Sánchez Hita

Miembro del primer Consejo ciudadano de Podemos Granada (2016-2018).

Miembro de la Mesa de Coordinación de Vamos Granada.

Candidato a las elecciones municipales por Vamos Granada en 2019.