El alcalde de Granada, Luis Salvador (Cs), ha acogido el mantenimiento de las restricciones en la provincia -sólo levantadas en la Costa y la Alpujarra- como un "jarro de agua fría" tras dos semanas de "parálisis" a diferencia del resto de Andalucía y buena parte de España. 

No obstante, tras resaltar que es "absolutamente necesario", por la alta incidencia de casos que aún se registra, se ha mostrado "satisfecho" por considerar que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, "recoge el guante" de la solicitud de un plan especial de ayudas para la provincia, "al ser la única que está soportando el cierre". 

Son medidas "dolorosas y necesarias", ha reiterado Salvador para reclamar que ese plan de ayudas referido por Moreno sea "ágil".

Ha vuelto a señalar que solicitará al Gobierno de España que declare Granada "zona catastrófica" para poder recibir "ayudas especiales" porque "no podemos competir en plano de igualdad".