La detención se produjo el pasado enero por parte de la Brigada Provincial de Información del Cuerpo Nacional de Policía y el asunto está ahora en manos de la Fiscalía de Menores, que le atribuye delitos de desorden público, usurpación de identidad y simulación de delito por estos falsos avisos de bomba que provocaron el desalojo de superficies comerciales ocasionando un gasto de más de 50.000 euros, según avanza este martes el diario 'Ideal'.
El joven, que aunque es español imitaba el acento árabe, habría confesado, según este medio, que sentía fascinación al poder movilizar a los servicios de emergencias con su actuación.