Campaña contra la violencia digital
Cárceles de horror y muerte en la Guerra Civil y el Franquismo

Presos republicanos granadinos en Santiago: Peregrinos sin camino (I)

Política - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo - Sábado, 2 de Noviembre de 2024
Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo nos descubren en este impecable artículo la Prisión Central de Santa Isabel de Santiago de Compostela, por la que pasaron unos doscientos republicanos granadinos. No te lo pierdas.
Prisión Central de Santa Isabel de Santiago de Compostela.
Foto Internet.
Prisión Central de Santa Isabel de Santiago de Compostela.

Dice el refrán que “cárceles y caminos, hacen amigos”. Pudiera ser cuando se refiere al camino de Santiago, tópico al uso para significar los espacios de sociabilidad que brinda la ruta universalmente conocida; y pudiera ser también por la solidaridad que en los espacios de reclusión genera la propia adversidad, aunque no siempre en ninguno de los dos casos. Más allá de lo que brinda el camino a Santiago, ahora queremos ocuparnos de otro camino más tortuoso, tan cerca y tan lejos del Apóstol: el que hicieron, forzados, cientos de granadinos en la posguerra a los distintos lugares de reclusión de Galicia. Ya hemos escrito sobre el exterminio en Isla de San Simón, sobre la Prisión de Figueirido o la de Celanova. Hoy nos ocupamos la Prisión Central de Santa Isabel de Santiago de Compostela y de un campo de concentración próximo. Por Santa Isabel pasaron dos centenares de presos republicanos granadinos de los que tenemos contabilizados, provisionalmente, y que están recogidos en el Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración, aunque probablemente sean más.

Antiguo Cuartel de Santiago de Compostela. 

Por Santa Isabel pasaron dos centenares de presos republicanos granadinos de los que tenemos contabilizados, provisionalmente, y que están recogidos en el Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración, aunque probablemente sean más

Resulta paradójico que estos presos, llevados allí contra su voluntad, no tenían más que un camino: sucumbir. Por ello, ese “turismo carcelario” diseñado por el Director General de Prisiones, Máximo Cuervo, tenía como finalidad última que los presos no pudieran arraigar en ninguna comunidad carcelaria y, trasladados de un lado a otro como ganado, volvieran una y otra vez a la nada. Era una existencia truncada, una y otra vez. Santiago no es ajeno a esa estrategia y será una de las prisiones centrales más importantes de Galicia. Ya hemos señalado en otros artículos que Galicia queda desde los primeros momentos en manos de los sublevados y se convierte, de inmediato, en zona de retaguardia, estableciéndose en esa región un entramado represivo especial. Y es que –como señala Rodríguez Teijeiro- una diferencia sustancial con otras regiones es la dificultad –o imposibilidad- para los republicanos de poder escapar por mar –la costa estaba controlada por la marina sublevada-, la frontera portuguesa no era permeable y el frente de guerra se encontraba a una distancia considerable.  Por ello, desde los primeros momentos de la guerra, el aluvión de reclusos procedentes de la misma Galicia poblará las prisiones provinciales existentes y otras de Partidos Judiciales, teniendo que recurrir a la creación de otros nuevos espacios que tendrán la categoría de “prisiones habilitadas” o “provisionales”.  Uno de esos nuevos espacios, ya lo señalamos, fue la de Celanova. Esta, mediado el año 1938, será el gran centro penitenciario de guerra y posguerra, transformándose de “habilitada” en Prisión Central y, ese mismo año, la prisión “habilitada de San Simón” se convertía en Colonia Penitenciaria destinada a “acoger” reclusos condenados y mayores de sesenta años. Otro espacio habilitado a finales de 1939 fue el viejo Cuartel de Santa Isabel, que se convertirá en Prisión Central.

Antiguo Cuartel de Santiago de Compostela. 

Mientras la población reclusa en otras prisiones gallegas fue descendiendo, la de Santa Isabel experimentará un crecimiento con presos políticos a partir de 1943 que habían sido condenados a reclusión perpetua o con penas que iban de los 12 años y 1 día a los 20 años de reclusión

El cuartel de Santa Isabel, construido en el siglo XVIII, fue proyectado por el ingeniero militar Juan Vergel como cuartel de Infantería y se construyó en 1744. Este edificio de corte neoclásico, situado a extramuros, tenía por objetivo sustituir al viejo acuartelamiento de Santo Agostiño. En su momento fue el más grande de cuantos hubo en Santiago. Allí, aprovechando su emplazamiento, los soldados realizaban maniobras junto al río Sarela. Finalmente, quedó vacío hacia 1925, cuando el acuartelamiento fue trasladado a Tenencia do Hórreo, ubicada en el actual edificio de la Xunta de Galicia. Pero, con el inicio de la guerra civil volvería a dársele utilidad, convirtiéndose en Prisión Central desde finales de 1939 hasta 1946. Mientras la población reclusa en otras prisiones gallegas fue descendiendo, la de Santa Isabel experimentará un crecimiento con presos políticos a partir de 1943 que habían sido condenados a reclusión perpetua o con penas que iban de los 12 años y 1 día a los 20 años de reclusión. Cuando en 1946 se proceda a su cierre tenía todavía 907 presos políticos.

El universo carcelario de Santa Isabel no difiere en mucho de otros centros de reclusión franquista. Pero en esta ocasión disponemos de un testimonio directo de un preso allí recluido en 1940, Casimiro Jabonero, y que ha recogido en un libro magnífico el historiador gallego Víctor Manuel Santidrián Arias

El universo carcelario de Santa Isabel no difiere en mucho de otros centros de reclusión franquista. Pero en esta ocasión disponemos de un testimonio directo de un preso allí recluido en 1940, Casimiro Jabonero, y que ha recogido en un libro magnífico el historiador gallego Víctor Manuel Santidrián Arias, editado por la Fundación 10 de marzo. Y es importante porque este tipo de biografías de presos son inusuales. A través de su diario volvemos a presenciar las condiciones de hacinamiento, la escasez de alimentos, las enfermedades, los parásitos –especialmente la sarna- y las condiciones carcelarias, desde que llegaban a la prisión y los desnudaban por completo para evitar más enfermedades:

“… al día siguiente [de llegar a la prisión] viene el oficial, nos hace desnudarnos por completo y sacar fuera toda la ropa, hasta las alpargatas para ervirlas [sic] y así matar los piojos, nos dan una manta limpia y así hemos de estar liados en  la manta dos días seguidos, hasta que se seca la ropa”. (Fragmento de la biografía de Casimiro Jabonero).

Y ello, en medio de la humedad de Santiago. Frío en los huesos y poco tiempo libre en el patio. Cuenta Jabonero, por ejemplo, que el 27 de agosto de 1939, como a él y a otros 26 presos los llevaron a una celda de castigo para reubicarlos por la cantidad de presos que habían llegado a Santa Isabel. Como animales, hacinados en la celda de castigo, sin ventilación, amontonados, generaban una atmósfera insana –además muchos fumaban- que les generaba hinchazón en los ojos por la mañana.  El hacinamiento, ya se sabe, provoca la aparición de la sarna (muy contagiosa en periodo de guerra) y los piojos.

Y las humillaciones. Hacer el saludo fascista o los castigos ejemplares a todos cuando alguno se ha saltado algo del reglamento. Por ejemplo, Jabonero cuenta cómo el 8 de julio de 1939 al asomarse un preso a una ventana, -lo que provocó que el centinela disparara un tiro, lo que no era infrecuente-, y no pudiera ser identificado, ni nadie quisiera delatarlo, los castigaron a todos

Y las humillaciones. Hacer el saludo fascista o los castigos ejemplares a todos cuando alguno se ha saltado algo del reglamento. Por ejemplo, Jabonero cuenta cómo el 8 de julio de 1939 al asomarse un preso a una ventana, -lo que provocó que el centinela disparara un tiro, lo que no era infrecuente-, y no pudiera ser identificado, ni nadie quisiera delatarlo, los castigaron a todos. Los castigos estaban a la orden del día y, desde luego, nadie osaba oponerse, por ejemplo, a la misa obligatoria de todos los domingos, por muy agnósticos o ateos que fueran. Como recoge Víctor Santidrián (2004, p. 106), el Reglamento de prisiones de 1930 era taxativo en su artículo 29: “todos los domingos y días de precepto se dirá la misa en la capilla del establecimiento” y luego una orden del Ministerio de Justicia de 5 de octubre de 1938 la volvía a restablecer, solo que ahora, además tenía un valor de recristianización y de moralidad que había roto la disolvente filosofía marxista. Esa lucha contra la asistencia religiosa obligatoria llevó a no pocos presos políticos a terminar en celdas de castigo y, aunque en 1963, la Dirección General de Prisiones se vio obligada a ceder y eximir a los presos de la obligatoriedad de la asistencia religiosa, siempre que pudo, y hasta el final del franquismo, intentó la “reeducación” de los rojos irredentos. En fin, esta cárcel como las restantes de las que hemos hablado, tratará a los presos políticos como “criminales”, personas “peligrosas” para la sociedad a las que había que dar siempre un escarmiento ejemplar.

RELACIÓN DE REPUBLICANOS GRANADINOS QUE PASARON POR LA PRISIÓN CENTRAL DE SANTA ISABEL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

(Puede haber algún error por similitud de apellidos cuando el único dato es el extraído de las listas de prisión condicional que aparecen en el BOE, que consigan el presidio y el nombre del recluso, pero no su naturaleza).

Calvo Jiménez, Francisco

 

 

Agrón

García Moles, Juan

López Muñoz, Fernando

Romero Moya, José

Romero Romero, Sebastián

Aranda Martínez, Hilario

Alamedilla

Soria Guerrero, Manuel

Alfacar

Arráez Jiménez, Epifanio

 

 

Albuñol

Morón Romero, Francisco

Pérez Rodríguez, Cecilio

Valentín Acosta, Francisco

Vargas López, Julio

Villegas Cervilla, Silverio

Robles Solano, Manuel

Algarinejo

Informe de la Guardia Civil de Alhama sobre Manuel Robles Solano. (Archivo Real Chancillería  de Granada,  Caja 25884, Pieza 49).

Molina Aranda, Miguel

 

Alhama de Granada

Monteagudo Triviño, Diego

Ramos Fernández, Antonio

Ramos Jiménez, Eduardo

García González, Manuel

Alhendín

Alcaide Molina, Gonzalo

 

Almuñécar

García García, Félix

Morales Belmonte, Antonio

Rodríguez Merino, Antonio

Romero Ramos, Gabriel

Ambrós

Arenas Gutiérrez, José

Armilla

Campoy García, Pedro

 

 

Baza

Martínez Molina, José

Martínez Tamayo, Ramón

Montes Torres, Ramón

Morcillo Olivares, Juan

Valdivieso Martínez, Ramón

Ruiz López, José María

Beas de Guadix

Rodríguez Hernández, Fernando

Benalúa Guadix

Barnés Castillo, José

Bérchules

Cervera Maldonado, José

 

Cacín

Vargas Sánchez, Juan

Rodríguez Barbero, Manuel

Calahonda

Romero López, Rafael

Campotéjar

Rodríguez Barbero, Manuel

Calahonda

Romero López, Rafael

Campotéjar

Lozano Rodríguez, Julián

 

Caniles

Martínez Martínez, Faustino

Moreno Martínez, Francisco

Quesada Aibar, Antonio

Ortega Bautista, Norberto

Castril

García Sánchez, Antonio

Cenes de la Vega

Ávila García, José

 

 

 

 

 

Chimeneas

Ávila Salvatierra, Manuel

Cabezas Moya, Gabriel

Cruz Martínez, Pedro

Gamero Gamero, Andrés

Garcés Domínguez, Joaquín

García Salvatierra, Miguel

Izquierdo Donaire, Manuel

Martín Ávila, Antonio

Molina Abad, Francisco

Rodríguez Pareja, José

Sánchez Caballero, Manuel

Vicario Martín, Victoriano

Reche González, Andrés

Cortes Baza

Barea Gallardo, Juan José

 

 

 

 

 

 

Cúllar

Bujaldón Martínez, Antonio

García Gómez, Cúllar

García Sola, Manuel

Lázaro Muñoz, José

Lizarte García, Pedro

López Masegosa, Domingo

Martínez Jiménez, Orencio

Masegosa Martínez, Carlos

Pardo Soubrier, José

Pérez González, José

Pozo Pérez, Alonso

Sánchez Domínguez, Francisco

Caro Pérez, José

Darro

Fuentes Caballero, Tomás

Dehesas Guadix

Herrera Carrillo, Manuel

 

Deifontes

Herrera Jiménez,Aurelio

Rodelas Molero, Joaquín

Diezma

Almendros Muñoz, Juan María

 

Dílar

Aibar Pleguezuelos, Benito

Dólar

Aguilar Palma, Mateo

 

 

Domingo Pérez

Marín Ortiz, Anselmo

Rosales Orihuela, Paulino

Rosillo Trave, Juan

Santos Cabrera, Antonio

Martín Ruano, Enrique

Dúdar

Saldaña Saldaña, Aparicio

 

Escúzar

Saldaña Saldaña, Santiago

Vega Navarro, Félix

López García, Marcelino

Fonelas

García Fuentes, Francisco

 

Freila

Hidalgo Caballero, Juan

López Gázquez, Joaquín

Galera

Oña Capel, Miguel

Gor

Arenas López, José

 

 

 

 

 

 

 

Granada

Ballesteros Girón, Guillermo

Carrión Mirasol, José

Delgado Delgado, Luis

Espinar Ramírez, Antonio

Leyva guardia, Miguel

López García, Enrique

Mingorance Alcalde, Fernando

Mora Serrano, Juan

Puente Valenzuela, Arturo

Robledillo Ortega, Francisco

Ruiz Gómez, Enrique

Ureña Berbel, Francisco

Martínez Gil, Francisco

Guadahortuna

Delgado Hernández, José

 

Guadix

Márquez Aguado, Florentino

Ruiz García, Juan Manuel

Ruiz López, José María

Núñez Ruiz, Gabriel

Güevéjar

Martínez Toledo, Santiago

 

Huéscar

Torres Puente, Hilario

Delgado Fernández, Manuel

Huétor Santillán

Cantón Ortega, Antonio

Huétor Tájar

Reyes Morales, José

Huétor Vega

García Arcos, José

 

Íllora

Roldán Torralba, Mariano

Molina Morcillo, Antonio

Ízbor

Díaz González, Juan

 

 

Iznalloz

González Blázquez, Santiago

Marín Soriano, Cosme

Torres Barea, Antonio

Dorcas Robles, Emilio

 

Játar

Retamero García, Miguel

Maldonado Cervera, Salvador

Jayena

Jiménez Ríos, Antonio

Láchar

Rubio Quero, Francisco Antonio

Laroles

Águila Collantes, José

Lanjarón

Mesa García, Fabián

Las Gabias

López Bueno, Ignacio

La Malahá

Conde Ruiz, Francisco

 

 

Loja

González Torrubia, José

Ramos Perea, Timoteo

Rodríguez Cruz, Raimundo

Moreno Molero, Antonio

Lújar

Román García, José

Mairena

Bullejos Romero, José

 

Maracena

Jiménez Martínez, Antonio

      Rojas Morales, Cecilio     

Zarco Ávila, Antonio

Zarco Ruiz, Manuel

Muñoz Rueda, Juan

Tiene (Moclín)

García Pimentel. Juan

 

Monachil

Polo Rodríguez, Manuel

Informe del Ayuntamiento de Monachil en diciembre de 1936 sobre Manuel Polo Rodríguez. (Archivo Real Chancillería  de Granada,  Caja 25902, Pieza 15).

Rodríguez Gijón, Marcelino

Mondújar

Alavés Laredo, Bonifacio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Montefrío

Blanco Ruiz, Juan

Cucharero Márquez, Manuel

Escobar Castro, Rafael

García Villén, Cristóbal

González Posada (Pasadas) Francisco

López Cervera, Sebastián

López Coca, Manuel

López Cuevas, Francisco

Mata Cantero, Luis

Mercado Gordo, Ruperto

Muñoz Entrena, Francisco

Padilla Pasadas, Agustín

Pareja Toro, Francisco

Pulido Ávila, José

Rodríguez Ballestas, Juan

Rueda Moreno, Francisco

Sánchez Abril, Francisco

Santaella Santaella, Juan

Serrano Nieto, Francisco

Trujillo Valverde, Manuel

Verdejo Coca, Antonio

Verdejo Coca, Francisco

Casternado Domingo, Manuel

 

Montejícar

Contreras Aranda, Francisco

Galindo Lombardo, Fernando

Guzmán del Pino, Antonio

Linde García, Miguel

Ávila Montillano, Antonio

 

Montillana

Cano Ávila, Francisco

Moreno Linde, Pablo

Pérez Mesa, Antonio

 

Jiménez Romera, Fernando

Moraleda Zafayona

Ramírez Santaella, Antonio

 

Motril

Rodríguez Pérez, Antonio

Torres Campoy, José

Lupiáñez Lupiáñez, Salvador

Narila

García Jiménez, José

Nívar

Juárez Rodríguez, José

Órgiva (Fregenite)

Falla Cañas, Alfonso

Orce

Novo Muñoz, Francisco

Otívar

Jiménez Puertas, Antonio

Otura

Álvarez López, Antonio

Píñar

López Urende, Juan

Polícar

Aguado Martín, José

Pinos del Valle

Cortés Muñoz, Emilio

Pinos Puente

Maza López, Antonio

Huertas Rodríguez, José

Pulianas

Burgos Pérez, Juan de Dios

Purchil

Arroyo Molina, Francisco

 

Salar

Gálvez Rodríguez, Tomás

Rodríguez García, Manuel

Santa Fe

Martínez Espín, Emilio

 

Salobreña

Navas Pretel, Gonzalo

Rodríguez Vega, Antonio

Gómez Franco, Manuel

Tocón de Quéntar

Marfil Rodríguez, Francisco

Vélez Benaudalla

Bolaños García, Joaquín

Ventas de Zafarraya

Álvarez Martín, Clemente

Villanueva Messía

Moreno Alba, José

 

Zafarraya

Palma Sánchez, Antonio

Toledo Fernández, Antonio

Fuente: MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso, SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro y GALISTEO GONZÁLEZ, Francisco, Diccionario de la represión en Granada (1931-1981), en elaboración.

De la lista anterior conocemos algunos nombres de los que allí fallecieron: Antonio Bujaldón Martínez, de Venta del Peral, anejo de Cúllar, nacido en 1889, muerto de “insuficiencia cardiaca”, el 20 de octubre de 1941; José Delgado Hernández, vecino de Guadix, falleció el 13 de agosto de 1941; Cecilio Pérez Rodríguez , vecino de Albuñol,  muere con 39 años el 21 de noviembre de 1941; Sebastián Romero Romero, natural y vecino de Agrón, que según parece falleció de “tuberculosis” el 6 de marzo de 1942; Antonio Toledo Fernández, vecino de Zafarraya donde nació en 1910, murió el 15 de noviembre de 1941; Miguel García Salvatierra, vecino de Chimeneas, murió el 4 de febrero de 1942 por “tuberculosis” y Silverio Villegas Cervilla, vecino de Albuñol, murió el 14 de julio de 1941.

Testimonio de sentencia de Antonio Bujaldón Martínez, en Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25853, Pieza 39.

Os presentamos dos de las mini biografías de los que pasaron por la Prisión Central de Santa Isabel extraídas del diccionario en elaboración citado.

GARCÍA ARCOS, José. Nace en 1916 en Íllora (Granada) y vecino de Campotéjar (Granada). Soltero, trabajador del campo. Hijo de Adolfo y María. Miembro del PCE. Al finalizar la guerra civil fue procesado y condenado(s) en dos sumarios. En una, según el testimonio de sentencia, “con anterioridad a la iniciación de nuestro Glorioso Movimiento Nacional fue del Partido Comunista del que fue Secretario; durante el Movimiento fue Tesorero del Comité [Revolucionario] y Secretario del Socorro Rojo Internacional, confeccionando un periódico con recortes de otros. No aparece demostrado fuera enlace del SIM, ni que por su intervención fuera asesinado Antonio Laredo. Hechos probados.” El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 27 de julio de 1939 lo condenó por el delito de “Adhesión a la rebelión” a 30 años de reclusión. (Causa 18.001/39). En otra, según el testimonio de sentencia “era Secretario del PCE en mayo de 1936 y durante el Alzamiento Tesorero del Comité Rojo, ordenando en unión de los miembros de este la incautación de los cereales, granos y demás enseres que había en el Cortijo de Balagar, trasladándolos en depósito a la Iglesia, formando listas de personas [de derechas] que tenían armas, entre ellas, Antonio Laredo Maldonado, más tarde asesinado; formó también listas de personas desafectas al régimen marxista y siendo además Secretario del Socorro Rojo Internacional. Hechos probados.” El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 18 de agosto de 1939 lo condenó a la pena de muerte, conmutada posteriormente por la de reclusión perpetua. (Causa 18.430/39). Cumplió condena en la prisión de Granada, en la de Santa Isabel de Santiago de Compostela y en la de Oviedo. La Junta de Libertad Vigilada de Íllora informa el 25 de octubre de 1946 a su homónima provincial de 72 reclusos en esa ciudad y sus anejos sobre los que fueron condenados por sus “actividades marxistas” y están en libertad condicional. En cada uno de ellos se indica sus datos personales, los años a que fueron condenados (incluida la posible conmutación) y la prisión desde donde salieron en libertad condicional. En su caso, salió en libertad condicional desde la prisión de Oviedo. Se le abre expediente de responsabilidades políticas por testimonio de sentencia condenatoria número 180 el 4 de octubre de 1939. En el BOE de 11 de enero de 1940, anexo único nº 11, p. 187, se hace saber que se le instruye expediente en el TRRP de Granada. El Tribunal de Responsabilidades Políticas en su sentencia número 733 del 6 de junio de 1940 lo condenó, por testimonio de sentencia condenatoria, a 500 pesetas de pago al Estado en los términos que estipula la Ley. El Juez Civil Especial de Responsabilidades Políticas de Granada, Manuel Heredia y Trevilla, hace saber el 11 de febrero de 1941 que en los ramos separados sobre efectividad económica impuesta por el Tribunal Regional de esta capital al encartado José García Arcos, “de 23 años” (“soltero”, se escribe), ramo número 85 de 1941, expediente número 180 de 1939, ha acordado publicarlo para que todos los que tengan algún derecho que hacer efectivo en los bienes del sancionado formulen su reclamación ante este Juzgado en el improrrogable plazo de treinta días hábiles contados desde el siguiente al de la publicación de este anuncio, sino decaen sus derechos y no pueden formular reclamaciones (BOE, 23 de abril de 1941, anexo único nº 113, p. 1595). Habrá que esperar al 23 de diciembre de 1957 para que la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas decrete el indulto sobre la sanción que había recaído sobre él. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25877, Pieza 157, Caja 25869, Pieza 6 y Caja 20.017, Pieza 39).
Parte del “testimonio de sentencia” sobre José García Arcos. (Archivo Real Chancillería  de Granada,  Caja 25869, Pieza 6).
BULLEJOS ROMERO, José. Nacido en 1913 en Maracena (Granada). Casado, trabajador del campo. Hijo de José y Mercedes. Una de sus hijas es Natividad Bullejos Cáliz,* que será una de las primeras mujeres que iniciarán la resistencia antifranquista en Granada en los años sesenta, casada con Pepe Cid de la Rosa,* que sería el primer Secretario General de la Unión Provincial de CCOO de Granada en la legalidad. Su hija recuerda que su padre empezó su sindicalismo en la CNT pero que cuando los anarquistas se negaron a participar en las elecciones de 1933 se pasó al PCE. José Bullejos Romero, al inicio de la guerra civil residirá en Castillo de Locubín (Jaén) y participará en el Frente de Alcalá la Real en el ejército republicano. En el CDMH una ficha de la DNSD-Secretaría, fichero 8, signatura B0111866, dice de él: “José Bullejos Romero. Domiciliado en Maracena (Granada). Soldado del Regimiento de Caballería nº 3, afiliado al P.C.” (pares.mcu.es). Se le confirmó en el empleo de Sargento de infantería para cubrir una vacante en la 76ª Brigada Mixta por una circular del 31 de agosto de 1938 (Diario Oficial del Ministerio de Defensa, 6 de septiembre de 1938, número 229, p. 905). Al terminar la guerra será detenido y procesado. Según su hija, después de la guerra, su padre intentó huir a Francia, pero fue detenido en la frontera; posteriormente lo intentó otra vez, fue delatado y encarcelado. Según el testimonio de sentencia “es de mala conducta y antecedentes”, ligado a “partidos de izquierdas y organizaciones sindicales marxistas desde el advenimiento de la República”, “propagandista entusiasta y fundador del sindicato afecto a la UGT”, que durante su servicio militar, prestado en Alcalá de Henares, hizo “propaganda comunista en el Cuartel y que al regresar a su pueblo lo siguió aconsejando y dirigiendo los abusos y atropellos cometidos en el mismo, tomando parte activa y principal en la huelga de campesinos del año 34 y en los sucesos del 10 de marzo de 1936, en el cual sostuvo un tiroteo con la fuerza pública” e intervino en el asalto a la cárcel donde estaban todos los detenidos de derechas. Luego al “iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional el procesado huyó a zona roja alistándose como voluntario en las milicias marxistas, llegando a ostentar el grado de Sargento, interviniendo en los diferentes hechos de armas contra las tropas nacionales y mostrando su simpatía y entusiasmo por la causa roja”. Además, se le consideraba como agravante el hecho de ser una persona peligrosa porque era de “antigua y arraigada ideología revolucionaria”. El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 24 de julio de 1939, lo condenará por el delito de “Auxilio a la rebelión” a la pena de 20 años de prisión temporal. Posteriormente, se le conmutó por la de 12 años de prisión mayor. (Causa 20.441/39). Su pena conmutada aparece en un expediente, número 26686, del AGM de Guadalajara, caja 300421 (buscar.combatientes.es). Tiene dos fichas como procesado por el TERMC, fichero 70, signatura 2305268, y fichero 76, signatura 26022454 (CDMH, buscar.combatientes.es). Un José Bullejo [sic] Romero, de Maracena (Granada) tiene su expediente en la Prisión Provincial de Huesca, en un listado con nombres y apellidos de dos personas. Estuvo cumpliendo condena, primero, en la cárcel de Granada, de donde sale 16 de junio de 1941 y conducido a la de Santiago de Compostela, de donde sale en libertad condicional el 7 de julio de ese mismo año. (Documento de la prisión, en AHCCOO-A, cedido por Natividad Bullejos y parte de su vida en la entrevista realizada a su hija). Además, fue uno de los represaliados en Granada –de los casi once mil expedientes- que fueron sancionados por la Comisión Provincial de Responsabilidades Políticas y/o la Comisión Provincial de Incautación de Bienes, derivado de sus responsabilidades políticas, 1936-1945. (Véase Incautación de bienes). (Gómez Oliver, 2015). Se le abre expediente de responsabilidades políticas número 2.286 el 29 de marzo de 1941. El Juez Instructor Provincial de Responsabilidades Políticas de Granada Esteban Álvarez Manzaneda hace saber se le incoa expediente de responsabilidades políticas (BOE, 4 de junio de 1941, anexo único nº 155, p. 2312, aquí dice que está soltero). El informe de la Guardia Civil de Maracena del 17 de abril de 1941 afirma que “es peligroso, de extrema izquierda, ha tomado parte en cuantos asaltos y alteraciones habidas en Granada y Maracena y estando en el Ejército [cumpliendo su servicio militar antes de la guerra civil] se tienen noticias de que fue procesado por intentar sublevar a los soldados con propaganda comunista y se marchó con los rojos al principio del Movimiento”. Las autoridades locales constatan que no posee bienes y el 17 de enero de 1944 se sobresee su expediente. (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25932, Pieza 146, Caja 25950, Pieza 60 y Caja 25895, Pieza 37). Su hija testimonia que colaboró con la resistencia antifranquista, siendo enlace de los guerrilleros que se encontraban en la sierra. Amenazado por los fascistas de Maracena, marchó a un pueblo de Badajoz con su familia, pero allí fue nuevamente maltratado por la Guardia Civil por desobedecer la orden de presentarse en el cuartel. Allí permanecerán unos diez años y luego se trasladarán a Lora del Río, donde su padre es capataz en un cortijo. Así, hasta que a comienzos de los años sesenta vuelven a Maracena. (Entrevista con Nati Bullejos Cáliz en AHCCOO-A; VV.AA.: España años cincuenta…, 2020, entrevista a Natividad Bullejos Cáliz, pp. 209-13).
Fichas policiales de José Romero Bullejos. Cedidas por Natividad Bullejos.
Informe de la Guardia Civil de Maracena sobre José Bullejos Romero, Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25895, Pieza 37.
Bibliografía:
  • FONTANA, Josep, La historia de los hombres, Barcelona, Crítica.
  • GARCÍA FUNES, Juan Carlos: Desafectos. Batallones de trabajo forzado en el franquismo. Comares, Granada, 2022.
  • HERNÁNDEZ DE MIGUEL, Carlos: Los campos de concentración de Franco. Sometimiento,  torturas y muertes tras las alambradas. Ediciones B, Barcelona, 2009.
  • JABONERO, Casimiro, diario del soldado republicano Casimiro Jabonero. Edición a cargo de Víctor Manuel Santidrián Arias, Fundación 10 de marzo, A Coruña, 2004.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso; SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro y GALISTEO GONZÁLEZ, Francisco, Diccionario de la represión en Granada 1931-1981, en elaboración.
  • MOLINERO, Carme; SALA, Margarita y SOBREQUÉS, Jaume (eds.), Una inmensa prisión. Los campos de concentración y las prisiones durante la guerra civil y el franquismo, Barcelona, Crítica, 2003.
  • MORENO GÓMEZ, Francisco, “La represión en la posguerra”, en JULIÁ, Santos (Coordinador), Víctimas de la guerra civil, Temas de Hoy, 1999.
  • RODRÍGUEZ TEIJEIRO, Domingo.

                    -“Los espacios de reclusión franquistas en Galicia. Análisis de la población reclusa (1940-1950), MINIUS XVI, 2008, pp. 243-262.

                    -"Longa noite de pedra”, no monasterio de San Salvador. Represión y reclusiónen Celanova (1936-1943), Perillo-Oleiros, Vía Láctea, 1999
  • RODRIGO SÁNCHEZ, Javier, Los campos de concentración franquistas. Entre la historia y la memoria, Madrid, Sietemares, 2003.
  • SANTIDRIÁN ARIAS, Víctor Manuel, “Memoria histórica (democrática)”, Dezeme, revista de Historia e Ciencias Sociais da Fondación 10 de Marzo, (6 de marzo, pp. 90-94), 2003.
  • Archivo de la Real Chancillería de Granada; Caja 25960, Pieza 10; Caja 25987, Pieza 16; Caja 25960, Pieza 105; Caja 25877, Pieza 157 y Caja 25869, Pieza 6; Caja 25853, Pieza 39.

Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace  años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981.

Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Actualmente es profesor del IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.

Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976)Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Nueva serie de Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo sobre granadinos en prisiones de horror y muerte en la Guerra Civil y el franquismo: