Zurita y Guerrero, un diálogo insólito en busca del espectador
El artista plástico Jesús Zurita (Ceuta, 1974) ha sometido a revisión y análisis la obra del pintor granadino José Guerrero (1914-1991) que forma parte de la Colección del Centro José Guerrero, mediante la creación de tres grandes murales, que ocupan tres de las cuatro plantas del museo y que funcionan como espejos de los cuadros del pintor granadino.
Gracias a un montaje muy novedoso, Zurita establece un particular diálogo entre su propia obra y la muestra pictórica de Guerrero, generando un encuentro plástico insólito, según informa la Diputación.
“Mi exposición no es un acercamiento a José Guerrero, no es un acercamiento a mi obra, es el dialogo de mi trabajo con Guerrero hacia el espectador, porque la relación de la obra con el espectador es una parte muy importante para mí, que el espectador esté en la obra y por eso no traigo apenas cuadros, solamente tres dibujos en toda la exposición y el resto es pintura mural” afirma Zurita justificando la filosofía de la muestra. En esta voluntad de vincular al espectador espacial y emocionalmente en el diálogo artístico con José Guerrero, el ambiente, el aire, aquello que vincula la obra con la experiencia del espectador toma gran importancia y da título a la exposición.
“Siempre me había preguntado cómo funcionarían los Guerreros como una imagen total, el hecho de que los forzases a abrirse a izquierda y derecha en diálogo inmediato con su misma obra, ¿a qué da lugar?, ¿cual es la tercera obra?, ¿qué ocurre ahí?”, asegura el artista ceutí en referencia al montaje inédito de la primera planta del museo titulado “Fragor hacia chasquido”, donde varios cuadros de José Guerrero se colocan a ras de suelo creando un especie de friso.
En la segunda planta, bajo el lema “Chasquido hacia vibración”, Zurita cita simbólicamente uno de los cuadros más conocidos de José Guerrero, “La brecha de Víznar” (1966) y logra envolver al espectador en una gran mancha negra usando las esquinas de la sala como “rajas y grietas” para recrear la brecha ensangrentada.
Por último, la tercera y última planta del Centro, abierta como un mirador sobre las cubiertas de la Capilla Real, es la que sirve de contrapunto de la exposición. Según el propio autor, “es la que se aleja más de Guerrero, porque quería un cambio de registro respecto a la contundencia de las otras salas, algo más perdido, más incierto y con otra sonoridad”. Sobre sus paredes blancas se exponen los tres únicos dibujos de la muestra.
Visitante, amigo y montador de exposiciones
Jesús Zurita, afincado en Granada desde que era estudiante en la Facultad de Bellas Artes, reconoce también su importante vínculo con el Centro Guerrero, primero como visitante y montador de exposiciones y luego por su amistad personal con el arquitecto responsable del museo, Antonio Jiménez Torrecillas. “La exposición es, en definitiva, una singular ascensión por el museo, a través de sus cuatro plantas” resume Zurita.
La exposición “Raja y grieta. El aire en Guerrero” supone el broche final de esta relación de Jesús Zurita con José Guerrero y con el propio Centro, que se remonta a una exposición colectiva en 1999, pasa por su colaboración en la muestra “El efecto Guerrero” en 2006, junto a Simón Zabell y despunta en el ciclo de conferencias “Cuarenta pinturas en busca de voz” en 2014.
La exposición, que puede visitarse hasta el próximo 2 de octubre, es la segunda muestra, tras la de José Piñar “Detrás de la línea, por favor” de una serie titulada “La Colección del Centro vista por los artistas” en la que jóvenes artistas locales dialogan con la obra de José Guerrero y revitalizan de esta forma la Colección del Centro Guerrero, dependiente de la Diputación de Granada.
Horario de visitas:
Martes a sábado y festivos, de 10:30 a 14:00 y de 16:30 a 21:00 h
Domingos, de 10:30 a 14:00 h.