Todo el pueblo de La Peza recrea este sábado la heroica batalla del alcalde Carbonero contra las tropas de Napoleón
Los 1.200 vecinos de La Peza (Granada) recrearán el próximo sábado la batalla que emprendió hace dos siglos Manuel Atienza, conocido como el alcalde Carbonero, frente a las tropas de Napoleón y que años después inspiró al escritor y periodista Pedro Antonio de Alarcón para un relato de sus 'Historietas Nacionales'.
De aquella cruel batalla en 1810 y de la valentía de su alcalde procede el lema actual de la localidad, 'Yo soy la villa de La Peza, que muere antes de entregarse', en el marco de un hecho histórico que también busca ser un reclamo turístico.
La diputada provincial de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, ha señalado en la presentación que "la recreación de este hecho histórico es el motivo de un programa de participación sociocultural de todo el pueblo, que durante los meses de julio y agosto se embarcan en múltiples actividades para caracterizar y escenificar aquella batalla y para ello, se cuenta con talleres de vestuario, caracterización, escenografía.
Además del apoyo a esta celebración, "la delegación de Cultura de la Diputación de Granada subvenciona dos talleres, uno de teatro que se dedica a los niños del municipio y que son una parte muy importante en la recreación y un taller de Recuperación de Músicas y Bailes Tradicionales que también contribuye al desarrollo cultural del municipio", ha indicado Gómez.
La alcaldesa de La Peza, Celia Santiago, ha manifestado que "es una enorme satisfacción poder ofrecer cada mes de agosto a la comarca y a la provincia el testimonio de que La Peza sigue siendo un pueblo valiente, un pueblo que se crece ante las adversidades. Nos sentimos muy orgullosos del alcalde Carbonero Manuel Atienza y de todos nuestros antepasados, que dieron la vida por defender nuestro pueblo y nuestra libertad y queremos transmitir ese legado a nuestros descendientes porque forma parte de nuestra identidad y nuestra cultura".
Todos vestidos como en 1810
"Este sábado el visitante a La Peza podrá ver un pueblo sin coches, absolutamente transformado y todos los vecinos, desde los más pequeños a los mayores, estarán vestidos como en 1810 y representarán escenas costumbristas en los lugares más emblemáticos de nuestra localidad, haciendo pleita y encaje de bolillos, secando tomates, lavando la ropa en los lavaderos públicos, en definitiva podrá ver cómo era la vida en un pueblo pequeño en esa época", ha afirmado Santiago.
La recreación comienza a las diez de la mañana con la preparación de la batalla, con las mujeres del pueblo aprovisionando el lugar como hospital de campaña, la llegada del alcalde Manuel Atienza y la serie de escenas costumbristas.
El punto álgido del evento tiene lugar a las seis y media de la tarde, cuando repican las campanas y suenan los tambores para anunciar la llegada del enemigo, las tropas de Napoleón, que estarán representadas en esta ocasión por el Regimiento de la Reina de la asociación de voluntarios de la Batalla de Bailén.
Entonces, Alfredo Fernández, el vecino que asume cada año el papel de alcalde Carbonero, arenga desde el balcón de la Plaza de España a todo el pueblo y lo moviliza para hacer frente a los franceses y luego todos, encabezados por el alcalde, se dirigen al campo de batalla. El tercer y último acto, consiste en la batalla propiamente dicha: escaramuzas de ataque y retroceso, preparación del cañón de madera de encina, fuego, fusilamiento y raptos.
La crónica de Pedro Antonio de Alarcón
La recreación de la batalla del alcalde Carbonero está basada en el relato homónimo de Pedro Antonio de Alarcón de sus 'Historietas Nacionales' (1859) y surgió en el año 2010 para conmemorar el bicentenario de la contienda. Pero lo que comenzó siendo un evento único, se ha convertido en una típica fiesta de verano, un lugar de encuentro y participación de los propios lapeceños y un singular reclamo turístico del municipio, que atrae cada mes de agosto a cientos de visitantes de la comarca de Guadix y de toda la provincia de Granada.
La crónica de Alarcón relata que en 1810 cuando llegaron las tropas napoleónicas al término de La Peza no esperaban encontrar ningún tipo de oposición, como había ocurrido en el resto de la comarca de Guadix, pero unos doscientos vecinos, "un pequeño ejército de campesinos y carboneros", armados de forma muy rudimentaria y con un cañón de encina como única arma, estaban esperándolos. Al ser usado el rudimentario cañón, estalló en mil pedazos, sembrando la muerte en ambos bandos y el pánico en el ejército francés, lo cual fue una "humillación tremenda".
Las tropas francesas tuvieron que replegarse a Guadix y volver a los tres días con el refuerzo de dos mil soldados. El alcalde Carbonero resguardó a los niños y mujeres en la sierra, dejó el pueblo vacío y esperó a los franceses a las afueras.
Manuel Atienza fue finalmente capturado, pero sin perder su dignidad, rompió su bastón de mando y sentenció: "Yo soy la villa de La Peza, que muere antes de entregarse". Dicho esto se arrojó por el tajo Bernite para que no se apropiara de su cuerpo el enemigo. La frase define en buena medida el carácter luchador de los orgullosos vecinos y es el lema actual de la localidad.