La Policía Local multa a UPyD por usar megafonía en un vehículo electoral
La Policía Local ha multado a UPyD por utilizar megafonía en un vehículo electoral. Según le explicaron los agentes, la megafonía incumple la Ordenanza Municipal para la Convivencia. “Me siento indignada y ultrajada por una medida dictatorial. Esto es un atropello, es como volver a los años cincuenta”, ha lamentao Mayte Olalla tras ser informada de la sanción por la Policía Local.
Olalla rechaza de plano ese castigo. Aunque admite que, efectivamente, hay una ordenanza que prohíbe la megafonía en los coches, asegura que en este caso no se estaba incumpliendo ninguna norma. “Lo que se obvia es que la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) especifica que, en época electoral, esas competencias municipales quedan supeditadas a lo que ella marque y que es la Junta Electoral Central la que manda”.
En ese sentido, agrega que, en una instrucción de la Junta Electoral Central del 24 de marzo de 2011, se especifica que los partidos políticos, durante la campaña, “podrán dar a conocer sus actos por cualquier medio de difusión”. Siempre y cuando, como es obvio, no alteren el descanso de los ciudadanos. Algo que en este caso no sucedió porque los hechos ocurrieron a media mañana y no a las tres de la madrugada.
“Hay una ley orgánica, evidentemente de mayor peso que una ordenanza, que es la que rige y que en este tipo de casos determina que los partidos podemos hacer uso de todos los medios que no estén expresamente prohibidos por la citada ley orgánica, y el de la megafonía en un vehículo a una hora prudencial no está prohibido”, recalca la candidata.
Como es lógico, UPyD ha denunciado este hecho ante la Junta Electoral de Zona y Mayte Olalla está convencida de que ese órgano le dará la razón a su partido. Pero al margen de eso, dice que le queda “la sensación de que la Policía Local tiene órdenes de denunciar estas cosas” y añade que este incidente demuestra, una vez más, que la concejal responsable del área, Telesfora Ruiz, “usa a los agentes como guardia pretoriana para saltarse una ley que ella conoce perfectamente. Y eso, saltarse la ley conociéndola, tiene un nombre, que es prevaricar”, concluye.