Gobierno al límite, la fantasía de las derechas
Bastaría echar una ojeada a las votaciones producidas en las Cortes Españolas a lo largo de toda la legislatura, para tildar de lunática o habitante del país de nunca jamás, a toda aquella persona que señalara que el actual Gobierno de España se encuentra en una situación límite o crítica. La mayoría de las leyes se han aprobado (o los Decretos convalidados) de manera tan holgada que la afirmación anterior causa risa, además de estupor. A título de ejemplo, la Ley de Explosivos, 190 votos, la Ley de Empleo, 292, la Ley contra el proxenetismo y la legislación sobre Trabajador@s del Hogar, 293 votos. Por no hablar de los 3 Presupuestos Generales del Estado, que superaron sobradamente los 176 votos requeridos. Cierto que la Reforma laboral se aprobó "por los pelos", pero el balance es tan demoledor para nuestras fantasiosas derechas políticas y mediáticas, como alentador, estimulante y positivo para la gran mayoría de la sociedad española.
Dado que la fortaleza y consistencia del gobierno es tan evidente, basada además en un programa político claro y nítido, hay que recurrir al chascarrillo o a la solemnización de lo obvio para intentar desgastar, siquiera mínimamente, la acción gubernamental
Dado que la fortaleza y consistencia del gobierno es tan evidente, basada además en un programa político claro y nítido, hay que recurrir al chascarrillo o a la solemnización de lo obvio para intentar desgastar, siquiera mínimamente, la acción gubernamental. Que si disputas internas, que si diferencias de criterio elevadas a categoría de rupturas que nunca llegan, que si un quítame de allá esas pajas, etc. Eso que tanto gusta a nuestra prensa aburrida, a fuer de amarilla y, por cierto, tan falta de entender y asumir la cultura democrática (debate, contraste, discusión, incluso escenificación, a veces excesiva, incluida). Todo lo que conlleva un gobierno de coalición, formado por dos fuerzas políticas diferentes y autónomas. Pero al final, mes tras mes, año tras año, lo que queda es políticas, políticas y políticas.
Ya decía que la realidad nos ofrece políticas, emanadas de un gobierno de coalición que afronta el último ejercicio de legislatura, (ya 3 años, busquen y comparen, la muy democrática Bélgica, Italia, o mas cerca, Cataluña, para quien quiera ver anomalías). Insisto, de dos partidos que, además de compartir un Programa común, cada cual tiene el suyo, como es natural.
Y acuerdos sólidos, que significan políticas, muchas de ellas ejemplo para otros países. Sinceramente, eso es lo importante y lo que interesa a la gente, lo que caracteriza a un gobierno, hacer políticas, conseguir mayorías sólidas, amplias e incontestables
Aspectos irrelevantes, cierto que evitables algunos en un contexto de avance de nuestra cultura de la coalición, protagonizados por los dos partidos del gobierno y por los socios parlamentarios principales, algo natural, pues al final siempre hay acuerdo, que es lo importante. Y acuerdos sólidos, que significan políticas, muchas de ellas ejemplo para otros países. Sinceramente, eso es lo importante y lo que interesa a la gente, lo que caracteriza a un gobierno, hacer políticas, conseguir mayorías sólidas, amplias e incontestables. Quizá el debate público debiera transcurrir por ese cauce, la explicación (no exenta de crítica) de las políticas, el debate sobre sus efectos, y la discusión sobre las alternativas. Claro que, para ello, debe haberlas y ofrecer un mínimo de consistencia, lo que no es el caso, en nuestro país.