El sindicato CCOO ha puesto en marcha una campaña informativa para detectar enfermedades relacionadas con la exposición a amianto en trabajadores de edad avanzada, pues, según las cifras que maneja la organización, en 2014 se contabilizaron unas 42.000 personas en seguimiento en Andalucía y 2.135 acogidas a programas de vigilancia para la salud.

 

El amianto, también llamado asbesto, es un grupo de minerales de naturaleza fibrosa; es decir, se puede deshacer en fibras cada vez más pequeñas, no observables a simple vista, hasta el punto que pueden ser respirables.

 

Esta sustancia se ha utilizado en gran medida a lo largo del tiempo por sus propiedades aislantes, mecánicas, químicas, térmicas y su bajo coste. Prácticamente se ha usado en todos los sectores productivos y ha estado presente, en ocasiones sigue estándolo, en muchos ambientes de la vida diaria.

 

Puede producir graves enfermedades, algunas de ellas después de haber pasado mucho tiempo. De hecho, en ocasiones aparecen entre 30 y 50 años después de la exposición. Por este motivo, sólo se reconocen el dos por ciento de los casos como enfermedades profesionales, y de ahí, "la importancia de esta campaña" que impulsa CCOO.

 

El sindicato recomienda que, ante la certeza de haber trabajado con amianto o la duda de haberlo hecho, se acuda al centro de salud demandando consulta médica y pidiendo ser incluido en el 'Programa de la salud de los trabajadores expuestos a amianto'. Es recomendable que la petición se acompañe de información documental de haber trabajado o estado en contacto con amianto.

 

Según ha explicado el responsable de Salud Laboral de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO, Carlos Mella, este material está considerado como cancerígeno y está prohibido en España desde 2002.

 

La campaña de CCOO no sólo pretende informar sino también "hacer visible lo invisible", de modo que afloren las enfermedades relacionadas con la exposición al amianto que en muchas ocasiones son tratadas como contingencias comunes, y se produzca así una prevención real en las empresas y un cambio de contingencia en la situación de jubilación y, por tanto, una mejora de la prestación.