El final de la exitosa investigación del fármaco de la UGR contra el cáncer depende de fondos aún precarios
Los catedráticos Juan Antonio Marchal (izquierda) y Joaquín Campos, este martes en la UGR. miguel rodríguez
¿Cuántos fondos necesitan los dos grupos de investigadores liderados por los catedráticos Juan Antonio Marchal y Joaquín Campos para culminar su prometedora investigación? Es una pregunta de difícil respuesta pero la que ha exclamado Campos resume la realidad de los equipos científicos que como los granadinos dedican buena parte de su vida profesional y personal a sacar adelante sus investigaciones: "Me apaño con lo que sea".
La financiación pública de la que estaban pendientes, procedentes del Ministerio de Economía y Competitividad, acaba de llegar, prácticamente 125.000 euros. A esa cantidad se suman otros 20.000 del sector privado. Con la llegada de estos fondos tienen, según sus cálculos, garantizados los dos próximos años de investigación. Pero queda mucho trabajo pendiente hasta alcanzar la fase clínica, es decir, la del ensayo en humanos, mucho más costosa y que escapa al ámbitode la financiación pública. Llegar hasta ahí no es fácil y tampoco barato.
La llegada de estos fondos garantiza "lo más urgente", que son estudios que profundizan en la seguridad del compuesto, denominados ADME-Tox (Absorción, Distribución, Metabolismo, Excreción y de Toxicidad) y que podrían concluirse de aquí a final de año. Pero para el futuro será necesario mirar a los fondos privados, no ya en las fases avanzadas del ensayo clínico, en el que inevitablemente entran en juego grandes farmacéuticas, sino para alcanzar ese punto que requiere autorizaciones de las Agencias de Medicamentos española y europeas.
La rectora de la UGR ha desvelado que la institución, que cuenta con un centro de mecenazgo a través del que da apoyo equipos de investigación, y también la Oficina de Transferencia de la Investigación, está en conversaciones con la Fundación CajaGranada para que apoye específicamente esta investigación. Esa línea de mecenazgo está "avanzada". Pilar Aranda ha considerado que la suma de capital privado para completar la financiación pública que representa ahora el 85 por ciento es el "gran reto" a afrontar.
Una respuesta importante para evitar que esta exitosa investigación se frene en seco a las puertas de un momento decisivo, el ensayo clínico, como se temió este verano provocando una importante movilización social y política recabar apoyos.
Pilar Aranda conversa con Joaquín Campos y Juan Antonio Marchal. miguel rodríguez
Fabricar un fármaco no es barato, como han recordado, porque al dinero necesario para el trabajo del día a día -22 años, una crisis económica que les ha llevado a perder becarios investigadores en busca de un futuro mejor fuera de España- se une toda la tecnología necesaria. La UGR tiene "una millonada" en esa infraestructura, ha recordado Campos. Los investigadores han recurrido a un ejemplo gráfico: tres aviones Air Bus 380, lo que traducido en dinero, según cálculos realizados en EE.UU, pueden ser 800 millones de euros. Un cálculo global que incluye todo el proceso.
La fase clínica que podría comenzar el próximo año, una vez que concluyan los estudios de seguridad antes citados (ADME-Tox), la debe liderar la iniciativa privada. Es un hecho aceptado. Serán unos cinco años de trabajos en tres etapas:
- Fase 1: se estudia la dosis en voluntarios -entre 20 y 30-. Dura un año y necesita de entre 1,5 y 3 millones de euros.
- Fase 2: con enfermos, unos 80.Dura dos años y el dinero necesario para afrontarla puede alcanzar los 50 millones.
- Fase 3: un máximo de 200 personas en las que se estudia la eficacia y la toxicida. El coste se dispara: entre 100 y 200 millones.
A esta fase clínica se llega, como se ha resaltado, tras dos décadas de trabajo dedicadas primera a obtener el compuesto y después a su ensayo preclínico. En cifras, en estos veinte años se ha trabajado con medio millón de moléculas para llegar al fármaco, lo que da idea de la complejidad y el esfuerzo del trabajo.
Un avance fruto de la colaboración
La de los dos grupos de investigación liderados por el catedrático de Química Farmacéutica y Orgánica, Joaquín Campos, y el de Anatomía y Embriología Humana, Juan Antonio Marchal. Un "esfuerzo común" que, como han destacado, desean que termine con "un fármaco interesante que pueda ser de utilidad para la sociedad". Para llegar a ese momento pasarán como mínimo 5 años. Un lustro que se suma a los 22 años de investigación, con "sus horas de soledad y estudio" en el laboratorio, ha destacado la rectora, Pilar Aranda, quien ha elogiado "el valor" de la investigación y "el compromiso" de los investigadores con la sociedad, y ha puesto el acento en "el servicio público" de su trabajo.
Aranda ha expresado su orgullo por estos resultados, haciendo hincapié en que es "la manera en la que queremos seguir trabajando" y felicitando a los investigadores, al Personal de Administración y Servicios, a los estudiantes, al Vicerrectorado de Investigación y Transferencia y la OTRI.
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