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"Hemos vuelto a ser niños por un momento, pero con la experiencia de la vejez"

Implicados - IndeGranada - Martes, 25 de Agosto de 2015
Encarnita y Alejandro, usuarios de Teleasistencia y de talleres de Envejecimiento saludable de Cruz Roja Granada, hablan de cómo afrontar los últimos años de la vida con optimismo y, sobre todo, con muchas ganas de vivir. ”Las personas que trabajan en este proyecto son grandes profesionales, saben dar respuesta a las necesidades y propuestas que les presentamos. Con ellas hay un trato muy cercano y entrañable”, afirman.
Alejandro y Encarnita, a sus 85 años, se divierten como niños.
Cruz Roja
Alejandro y Encarnita, a sus 85 años, se divierten como niños.

Alejandro Vega y Encarnita Betoret tienen la misma edad, 85 años. Ella es valenciana y él malagueño, pero llevan viviendo en Granada desde hace  52 años. Tienen actualmente tres hijos, y perdieron a otro quie falleció a los 27 años. Encarnita es una mujer muy inteligente, con formación equivalente a lo que hoy llamaríamos “Económicas” y con aptitudes artísticas: pintura, manualidades, piano, costura, etc, y como dice Alejandro: “una gran cocinera”.

Hablar con nuestros mayores nos ayuda a entender el pasado y comprender el porqué de tantas cosas. Al conversar con Alejandro Vega y Encarnita Betoret, usuarios del servicio de Teleasistencia de Cruz Roja Granada, entendemos lo que muchos voluntarios y voluntarias de la institución humanitaria comentan sobre las visitas a personas mayores: el conocimiento que adquieren cuando están con ellos.

¿Cómo conocisteis el proyecto de Envejecimiento saludable?

Encarnita: Ante los síntomas de tristeza que tenía, mi hija me animó a participar en los talleres de ‘Envejecimiento saludable’. Al principio  me costó  salir, pero asistí. Precisamente los talleres que están impartiéndose en ese momento tratan sobre estrés, ansiedad, y afrontamiento de la enfermedad. Entender qué es la depresión, compartir experiencias en grupo, salir de casa y relacionarme, me ayuda a mejorar mi estado de ánimo.

Alejandro: Hasta 2008 no me animé a participar. Mis primeros contactos con Cruz Roja los realicé asistiendo a charlas sobre prevención de accidentes dentro y fuera del hogar, primeros auxilios, etc. Venir un día a la semana, hablar con el voluntariado y con el resto de participantes, me anima a continuar asistiendo a todas las actividades que realizamos. 

La educación para la salud, la risoterapia... ¿de qué forma os ayudan en vuestro día a día?

Encarnita: Los temas sobre la salud han sido muy interesantes. Hemos hablado de enfermedades, de hábitos saludables, de cómo enfrentarnos a esas enfermedades. Nosotros aportamos nuestra experiencia, realizamos ejercicios que nos ayudan a entendernos mejor y a mejorar nuestra actitud ante los cambios que se producen con el paso de los años. Con nuestra edad, participar en estas actividades nos ayuda además de  relacionarnos, a mantener la mente activa, la ilusión y a reírnos un rato con el resto de participantes. 

Alejandro: ¡Quién nos iba a decir que a los 85 años íbamos a volver a jugar con globos y reírnos tanto¡ Creo que la risa es una gran medicina, que mejora sobre todo  nuestro estado de ánimo. Hemos vuelto a ser niños por un momento, pero con la experiencia de la vejez, que te ayuda a valorar  los momentos de felicidad con más intensidad, hemos podido desinhibirnos y  romper prejuicios, llegando incluso a olvidar los achaques. 

Y los voluntarios y trabajadores del proyecto de Cruz Roja, ¿qué opináis de su trabajo?

Encarnita: Solo podemos dar las gracias por la gran labor que realizan, por cómo preparan las sesiones, por la gran humanidad y cariño que demuestran en el trato con todos los que participamos. Ver a los voluntarios/as dedicarnos su tiempo con esa calidad humana que demuestran, nos llena de esperanza, y rompe barreras generacionales, valoramos y entendemos mejor a los jóvenes y ellos a nosotros. Las personas que trabajan en este proyecto son grandes profesionales, ya que saben dar respuesta a las necesidades y propuestas que les presentamos. Con ellas  hay un trato muy cercano y entrañable.

¿Cómo ha cambiado vuestra vida el servicio de teleasistencia de Cruz Roja Granada?

Alejandro: Te ayuda a sentirte más seguro dentro del domicilio, sabes que ante cualquier incidente, pulsando un botón, vas a tener enseguida la ayuda que necesitas. Es un gran avance para que los mayores podamos permanecer  en nuestro domicilio de forma más segura y autónoma.

Encarnita: La teleasistencia que nosotros tenemos además de ‘la medallita con el pulsador’ dispone de un detector de humos, hace unos días se estaba quemando el pan en el tostador y con el humo salto la alarma, gracias  a  este servicio no tuvimos un incidente  más grave.

También se organizan actividades culturales, de ocio y tiempo libre, que nos ayuda a relacionarnos con personas que también tienen este servicio.

¿Recomendáis la teleasistencia a quien lo necesite?

Encarnita: Si, por supuesto. Es un servicio que aporta seguridad y te sientes protegido. Además se lo recomendaría, no solo a los mayores, sino para todas aquellas personas que están solas, tengan o no problemas de salud. Nadie está libre de tener una caída en el domicilio. 

Os visita una voluntaria para realizar un seguimiento en casa. Contad un poco cómo es vuestra relación con ella.

Alejandro: Nos visita  una vez al mes, charlamos un rato, y repasamos los temas de salud que puedan haber cambiado, nos recuerda  el funcionamiento del servicio y actualizamos todos los datos que son   necesarios para mantener una atención rápida  y eficaz. Es una visita  que nos gusta, porque pasamos un rato muy agradable conversando con ella, es una persona estupenda. 

¿Qué mensaje os gustaría hacer llegar a los granadinos para que participen y colaboren con Cruz Roja?

Encarnita y Alejandro: Nosotros hemos participado en muchas actividades de otros programas: inmigrantes, cooperación internacional,  juventud, etc, y no deja de sorprendernos cada día. Participar con Cruz Roja es sentir que estas dentro de una gran familia. Animamos  a los mayores a participar, y relacionarse con personas de todas las edades, a salir de sus  casas y  mantenerse activos. Como decimos dentro de los talleres: ”No se trata de  aumentar los años de vida, porque no siempre es posible. Pero podemos aumentar la calidad  de vida, los años que nos queden”.

También animamos a los granadinos a colaborar  con esta institución para que puedan seguir realizando su gran  labor humanitaria.  Aprovechamos para  dar las gracias a Cruz Roja, por ayudarnos  a llevar el paso de los años  en compañía, con alegría, optimismo y una gran dosis de humanidad.